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Afganistán

Las calles de Kabul se vacían de mujeres ante el terror talibán: "No podemos ir a trabajar"

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Las calles de Kabul se vacían de mujeres ante el terror talibán

Las calles de Kabul se han vaciado de mujeres ante el retorno de los talibanes al poder y el más que posible retroceso de los avances sociales de las dos últimas décadas. Las afganas se encierran en sus hogares sin poder acudir a sus empleos, como denuncia una mujer soltera de 30 años, que señala que en la capital los extremistas castigan a las trabajadoras. "Mi hermana, que es médico como yo, tampoco ha podido ir a trabajar. Los talibanes no han cambiado", explica angustiada sin desvelar su identidad.

"No tenemos libertad para vestir como queremos, una amiga ha sido represaliada por llevar un tatuaje", indica otra joven de 27 años que hasta hace unos días trabajaba como profesora universitaria y ahora borra su historial en Internet, donde reivindica la igualdad de las mujeres.

De la noche a la mañana, miles de mujeres intentan huir a la desesperada en un aeropuerto colapsado, se tapan o difuminan sus huellas para proteger a sus familias, atrapadas en una amenaza distópica cada vez más cercana.

Otras profesionales señalan que continuarán la lucha en redes: "Las afganas somos fuertes. Soy profesora y seguiré siendo profesora. Antes de los talibanes podíamos hacer de todo", detalla una maestra de 25 años, angustiada por la falta de perspectivas de futuro.

El régimen talibán ha anunciado que los derechos de las mujeres serán establecidos en el diálogo con otras fuerzas del país, pero en función de la ley islámica, según ha explicado este domingo un portavoz del grupo islamista en una entrevista recogida por EFE con la cadena de televisión catarí Al Yazira.

"La ley islámica es conocida por todos y no hay ambigüedades sobre los derechos de las mujeres, y también los de los hombres y los niños, y ahora estamos en una situación en que esperemos que durante las consultas queden más claros cuáles son estos derechos", ha afirmado Abdulqahar Balji, miembro de la Comisión Cultural Afgana.

"El punto de las conversaciones intraafganas era precisamente llegar a un acuerdo sobre lo que suponen esos derechos", añade el representante talibán, que ha hecho la entrevista en inglés. "Las consultas están en marcha y, por supuesto, va a ser un sistema inclusivo", ha manifestado ante los avances del régimen extremista por establecer un nuevo Gobierno.

Temor internacional a la represión contra las mujeres

Ante la toma de poder de los talibanes, ha cundido el temor al retroceso a una sociedad feudal. Hasta ahora, y con algunas trabas, las mujeres podían trabajar y gozar de independencia en Afganistán, pero parece claro que el regreso de los extremistas volverá a relegarlas a una labor doméstica, como sucedía antes de la invasión estadounidense cuando el grupo extremista las sometió a un régimen de humillación y terror.

"En todas las guerras las mujeres son las grandes víctimas pero en esta situación más, porque aquí hay una suma de muchas cosas: de ignorancia, de desconocimiento y de violencia", afirmaba Nadia Guhlan, educadora social y escritora, en una entrevista con RNE, en la que ha expresado su preocupación por la situación en su país y ha pedido que la comunidad internacional no abandone a las mujeres.

Cuando los talibanes gobernaron entre 1996 y 2001, la mujer tenía prohibido pisar las escuelas a partir de los 8 años porque la educación era cosa de hombres. Estaban obligadas a cubrirse el cuerpo con un burka, solo podían salir de casa en compañía de un varón y, si se saltaban las normas misóginas imperantes, podían ser azotadas de manera pública o, incluso, verse condenadas a la lapidación.

Ronda de negociaciones

El diálogo para formar Gobierno al que se refieren los talibanes se ha estado llevando a cabo precisamente en Catar. En él participaban este movimiento radical y el entonces Gobierno afgano hasta su última ronda de negociaciones, que tuvo lugar hace menos de dos semanas en pleno avance triunfal de los talibanes por todo Afganistán.

Balji indicó que la principal prioridad de su grupo es empezar imponiendo la disciplina entre sus propia filas y "no imponer las leyes a los demás" y así poder "dar ejemplo al resto de la sociedad para que las sigan".

También consideró que no cree que la gente les vea como "terroristas", sino que Estados Unidos acuñó el término "guerra contra el terror" y "todo aquel que no sigue esa línea es calificado como terrorista".

También calificó como "desafortunada" la "histeria" que se ha desatado en los últimos días en Kabul con miles de personas intentando llegar desesperadamente al aeropuerto de la capital afgana para huir del país.

Respecto a la seguridad en torno a la terminal aerea, ha dicho que los militantes talibanes que están controlando sus accesos desde el exterior y las tropas estadounidenses, que controlan su interior, "están en constante contacto".