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Reino Unido

Aumentan los disturbios en Irlanda del Norte motivados por el 'Brexit' y la pandemia

  • La violencia callejera alcanzó el miércoles su punto álgido con el secuestro e incendio de un autobús urbano en Belfast
  • Boris Johnson ha condenado los disturbios y pide una solución con "diálogo,  sin violencia o criminalidad"

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14 horas - Seis días de disturbios reavivan los fantasmas de la violencia en Irlanda del Norte

El Brexit y la pandemia de coronavirus están avivando las tensiones en Irlanda del Norte, donde los disturbios de los últimos días en áreas protestantes de la provincia británica han causado numerosos daños y heridas a medio centenar de policías.

La violencia callejera, protagonizada principalmente por grupos de unionistas -en su mayoría jóvenes-, alcanzó en la noche del miércoles su punto álgido con el secuestro e incendio de un autobús urbano en Belfast y la agresión a un fotógrafo de prensa.

Los alborotadores buscan ahora, además del enfrentamiento con la Policía autónoma (PSNI), el choque con la comunidad católica-nacionalista en las zonas que dividen a ambos bandos en la capital norirlandesa, las llamadas eufemísticamente "líneas de paz".

Varios focos de protestas

El Parlamento y los principales partidos de Irlanda del Norte han hecho un llamamiento a la moderación para intentar frenar la escalada de disturbios que llevan repitiéndose desde hace casi una semana entre decenas de personas y la policía. Los detenidos son adolescentes o postadolescentes que no vivieron el conflicto del Ulster -donde murieron más de 3.000 personas- y que ni siquiera habían nacido cuando se firmó el Acuerdo de Paz de Viernes Santo hace 23 años.

Además de las tensiones comunitarias entre unionistas y separatistas, que no han acabado de disiparse, los detonantes de los disturbios han sido, por un lado, que no se haya procesado a los que asistieron -rompiendo el confinamiento- a un funeral multitudinario por un miembro del IRA, y por otro, el malestar que ha generado en una parte de los norirlandeses los controles impuestos en el mar de Irlanda tras el Brexit.

El problema es que llueve sobre mojado, porque el sentimiento de agravio que acusa la comunidad unionista-protestante también tiene sus raíces en el Brexit y, en concreto, en el controvertido Protocolo Irlandés, incluido en el acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea.

En virtud de este mecanismo, Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario, por lo que las mercancías que cruzan entre ese territorio y el resto del Reino Unido deben pasar controles aduaneros, con una nueva carga burocrática que ha provocado escasez de productos y tensiones políticas.

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Aunque esa solución fue diseñada para evitar el establecimiento de una frontera física entre las dos Irlandas, clave para sus economías y para el proceso de paz, la comunidad unionista cree que pone en peligro su relación con Londres, sobre todo ahora que los partidos nacionalistas han redoblado sus esfuerzos para avanzar en el objetivo histórico de la reunificación de la isla.

Una solución que evite posibles muertes

En este clima de creciente crispación, la sociedad norirlandesa teme rememorar tiempos pasados llenos de violencia. El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, ha advertido este jueves de que los disturbios "causarán muertes" si los políticos no trabajan juntos para "rebajar la tensión" y abordar "los desafíos" a través de la vía democrática.

"Es muy preocupante ver que hay esfuerzos para provocar una reacción de la comunidad nacionalista (en las 'líneas de paz') y extender la violencia más allá de las comunidades lealistas", ha dicho Coveney, quien pidió recuperar el espíritu del acuerdo del Viernes Santo.

El primer ministro británico, Boris Johnson, también ha condenado los disturbios y los ataques contra la PSNI, al tiempo que ha insistido en que la "única manera de resolver las diferencias" es a través del "diálogo, sin violencia o criminalidad", en clara referencia a la implicación de los paramilitares protestantes.

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De momento, Londres abordará la situación a través del ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, quien ha mantenido este jueves en Belfast una reunión con los principales partidos de la región.

Ha descartado reunirse con el llamado Consejo de Comunidades Lealistas (LCC), que representa a los tres principales grupos paramilitares protestantes de la región, los cuales retiraron el pasado mes su apoyo al acuerdo del Viernes Santo por su oposición al citado protocolo del Brexit, aunque aseguraron que se mantienen en tregua. "Siempre estoy dispuesto a reunirme con cualquiera que tiene claro que el proceso para abordar los problemas es a través de la vía democrática", dijo Lewis a ese respecto.