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Mijaíl Fridman, máximo accionista de DIA, imputado por la caída del grupo tecnológico Zed

  • Anticorrupción cree que maniobró para asfixiar a la compañía económicamente y después adquirirla a un "precio irrisorio"

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El empresario Mijaíl Fridman en una imagen de archivo
El empresario Mijaíl Fridman en una imagen de archivo.

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha acordado citar como investigado -antes imputado- al empresario ruso y máximo accionista de la cadena de supermercados DIA, Mijaíl Fridman, en la causa que investiga supuestas irregularidades en la caída del grupo tecnológico Zed.

Según han informado a Efe y Europa Press fuentes jurídicas, el titular del juzgado central de Instrucción número 6 ha aceptado la petición de la Fiscalía Anticorrupción, que a comienzos de semana solicitó la imputación del magnate por supuestos delitos contra el mercado, administración desleal e insolvencia punible.

El relato del Ministerio Público ubica al empresario en el origen de la insolvencia de Zed, una situación que Fridman, accionista del grupo tecnológico, habría propiciado con maniobras para asfixiar a la compañía económicamente y después adquirirla por 20 millones de euros, un "precio irrisorio" por debajo del de mercado.

Por ello, el juez instructor le ha citado a declarar en esta causa, donde también se encuentra investigado el expresidente de Zed Javier Pérez-Dolset, para que dé su versión sobre la serie de actuaciones que llevó a cabo en relación a esta mercantil.

Fridman se aseguró de tener una posición dominante

Los vínculos con el empresario se remontan a hace casi una década, con la entrada en el accionariado de varias de sus sociedades afines. Éstos se intensificarían más tarde, en 2013, cuando Zed, a la vista de su crecimiento, planeó su salida a bolsa en el Nasdaq estadounidense, operación para la que requería de una línea de crédito de 140 millones suscrita con varias entidades, entre ellas Amsterdam Trade Bank, filial del Alfa-Bank controlado por el ruso.

El informe de Anticorrupción, recogido por Efe, describe cómo Fridman "se aseguró una posición dominante" en la sociedad de la familia Pérez Dolset, lo que le daba un papel privilegiado "frente a cualquier decisión, en la medida que participaba del accionariado y, al mismo tiempo, era uno de los principales acreedores".

Como "acción de presión y ahogo económico", los socios rusos "subordinados" a Fridman, los ya imputados Vage Engibaryan y Sergey Gorbuntsov, "planificaron una estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas", hecho que dio como resultado "una falta total de liquidez" por parte de Zed.

Esta circunstancia, unida a las modificaciones "agresivas e injustificadas" de contratos, a la "pérdida de capitales en presuntas comisiones ilegales y a las obligaciones crediticias (...) llevó a la compañía española a la insolvencia", que dio lugar a que el 30 de junio de 2016 se presentara una solicitud de declaración de concurso de acreedores de Zed WorlWide.

Cuatro meses después, los inversores rusos presentaron una oferta de compra por un importe de 20 millones de euros, muy por debajo del que era su valor cuando dieron comienzo las "maniobras de paralización y bloqueo" de Mijaíl Fridman.

Imputación a raíz de una denuncia del expresidente de Zed

Las sospechas de Anticorrupción, de las que ahora se hace eco el juez en su auto, parten de la denuncia previa del expresidente de Zed Javier Pérez Dolset, que en 2016 expuso ante la Fiscalía una serie de actuaciones personales y societarias de sus socios que podrían ser constitutivas de una absorción ilegal de empresas.

Esta práctica, conocida en el entorno criminal ruso como raid (asalto o ataque) busca el apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad, ejecutadas en diversas líneas y que culmina con el bloqueo de la sociedad para adquirirla a un precio "irrisorio".

Apenas un año más tarde, en 2017, la Audiencia Nacional abría una causa contra el propio Pérez Dolset y otras diecinueve personas, por un presunto delito de fraude de subvenciones en la compañía, que habría ocasionado un perjuicio de más de 100 millones de euros.

En su querella, la Fiscalía ya advertía de los vínculos de Fridman con Zed; sin embargo, no ha sido hasta después el último informe policial, aportado a la causa el pasado julio, cuando ha considerado probada la existencia de un nexo entre el papel del empresario ruso y la caída, supuestamente provocada, de la compañía.

Fridman: "Las acusaciones, producto de una teoría de la conspiración"

Mijaíl Fridman ha asgurado este miércoles no haber recibido ninguna notificación legal. "Las acusaciones, tal como las entendemos actualmente, parecen ser el producto de una teoría de la conspiración inventada por Dolset y sus asociados, de quienes se ha comprobado en asuntos relacionados que han aportado pruebas falsas y engañosas", ha explicado a Europa Press un portavoz del inversor ruso.

Según ha indicado el portavoz, cualquier acusación que implique a Fridman en cualquier tipo de actividad ilegal con respecto a las empresas del Grupo Zed es "totalmente falsa". "Confiamos en que las autoridades españolas -una vez examinado el caso- estarán de acuerdo con nosotros", ha señalado.