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La era Trump

El déficit comercial en EE.UU. en 2018 se dispara al máximo en 10 años pese a las políticas proteccionistas de Trump

  • El desequilibrio entre exportaciones e importaciones ascendió a 621.000 millones de dólares
  • En total del año, las importaciones crecieron un 7,5%, mientras que las exportaciones aumentaron en menor grado, un 6,3%

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El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump.
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump.

El déficit comercial en Estados Unidos en 2018 ascendió a 621.000 millones de dólares, el más alto en diez años, a pesar de los esfuerzos del presidente Donald Trump y sus políticas de proteccionismo para reequilibrar los intercambios comerciales.

El dato, que supera ampliamente los 566.000 millones de dólares registrados en 2017, es el mayor registrado por EE.UU. desde 2008, cuando se ubicó en 708.000 millones de dólares.

En diciembre, el saldo negativo de la balanza comercial creció a 59.800 millones, impulsado por el auge de las importaciones y la caída de las exportaciones. En total del año, las importaciones crecieron un 7,5%, mientras que las exportaciones aumentaron en menor grado, un 6,3%, según los datos facilitados por el Departamento de Comercio.

Aumento del déficit con China, México y la UE

Respecto a China, con quien Trump libra una agresiva batalla comercial, el saldo negativo registró un nuevo récord al subir a 419.000 millones de dólares el pasado año, casi un 12% más que en el año anterior.

También los déficit comerciales con México, que creció a 81.500 millones de dólares; y la Unión Europea, a 169.300 millones, registraron máximos históricos. Cifras que contrastan con una de las principales promesas electorales de Trump.

"Amo los aranceles", ha señalado de manera reiterada el presidente al defender su agresivo proteccionismo. El mandatario ha defendido su agenda de "Estados Unidos primero", con la que ha prometido revitalizar la creación de empleos internamente en el país y reducir el déficit comercial que, a su juicio, responde a las injustas políticas comerciales de sus socios.

El presidente se salió del Tratado Transpacífico (TPP), acordado por su predecesor, Barack Obama, con otras 11 naciones de la cuenca del Pacífico, nada más llegar a la Casa Blanca en 2017; y forzó la renegociación el pasado año del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994 con Canadá y México, por considerarlo un "desastre".

No obstante, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.

Disparo del déficit en época de bonanza

Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.

A ello se suma la actual fortaleza del dólar, que aumenta su capacidad de compra y desalienta la competitividad de los productos estadounidense en el extranjero.

Precisamente, Estados Unidos vive un momento de sólida expansión económica, con un crecimiento del 2,9% en 2018, alimentado por el agresivo estímulo fiscal lanzado por Trump a través del recorte de impuestos para las empresas y, en menor medida, los trabajadores.

"Los mayores ingresos de los hogares se han probado definitivamente como uno de los grandes impulsores de las importaciones. El resultado ha ido casi en la dirección opuesta a lo que la Administración ha querido", ha declarado Pooja Sriram, economista de Barclays, en una nota a sus clientes.

Si se excluyen los servicios, área en la que Estados Unidos registra un superávit, el déficit comercial tan solo de bienes aumentó un 10%, hasta los 891.000 millones de dólares, el más alto desde que se tienen registros.

Los mercados financieros recibieron con cierta indiferencia el dato comercial de 2018, y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, bajaba un 0,09% a la espera de avances en las conversaciones comerciales con China.