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El abrazo de Alepo

  • Adeeb Ayoub, un niño sirio, ha regresado a su país tras dos años en Alemania
  • Ha preferido volver con sus padres, aunque ya no reconoce la que fue su ciudad

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Un niño refugiado en Alemania regresa a Siria al no poder reunirse con su familia

No hay nada como el abrazo de una madre, aunque tarde dos años en dártelo. Ni nada parecido al abrazo de un padre.

Adeeb Ayoub, de 13 años, es un niño sirio que escapó del horror y la muerte en 2015 de la mano de su tío. Su destino: Alemania; el objetivo, reunirse allí después con sus padres y sus tres hermanos. Pero pasaron los días, las semanas y los meses y la familia de Adeeb no llegaba.

"Cuando vi que no podía reunirme con mi familia en Alemania, fui a una oficina local y les dije que quería regresar a Siria. Al principio rechazaron mi petición, pero lo intenté después y me dieron 500 euros para pagarme el billete de avión", explica el menor.

Miles de refugiados se jugaron la vida para tener una vida mejor en Europa. La familia de Adeeb también intentó huir a Alemania pero su ciudad, Alepo, en manos rebeldes, estuvo sitiada durante años por las fuerzas del régimen sirio hasta que logró echar a los opositores.

Miles de menores sirios continúan sometidos al desplazamiento forzoso por la guerra en Raqqa y Deir ez-Zor

Una ciudad distinta

"Nunca antes había pensado en abandonar mi país. Pero la guerra lo aplastó todo. Vivimos en una bola de fuego, donde lo único que ves es fuego, proyectiles, cohetes", dice el padre de Adeeb.

A su regreso, dos años después, Adeeb ya no reconoce su ciudad. Ya no quedan barrios ni casi edificios en pie. Extrañado, mira a través de la ventanilla del coche un paisaje y unas calles que ya no son las de su infancia.

Me quedaré aquí, no pienso volver porque este es mi país

"Me quedaré aquí, no pienso volver porque este es mi país. Además, en Alemania la gente es diferente. Tienen otra religión", afirma.

La guerra de Siria que comenzó en 2011 ha costado la vida a cerca de medio millón de personas y unos siete millones de sirios han tenido que abandonar sus hogares.