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La tasa de inflación de la zona euro se mantuvo en julio en el 1,3%, su nivel más bajo del año

  • La inflación subyacente repunta al 1,3%, su nivel más alto desde agosto de 2013
  • Las mayores subidas de precios se registraron en Lituania (4,1%) y Estonia (3,9%)
  • En dos países los precios bajaron respecto a un año antes: Irlanda y Chipre

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Torres de alta tensión.
Torres de alta tensión.

La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en julio en el 1,3%, con lo que se mantiene en el mismo nivel que el registrado en el mes de junio y en su nivel más bajo en lo que va de año, según la segunda estimación del dato publicado este jueves por la oficina estadística europea, Eurostat, que confirma así el dato adelantado el pasado 31 de julio.

En el conjunto de la Unión Europea (UE), la inflación interanual se situó en julio en el 1,5%, también en línea con el dato del mes anterior. Entre los países de la UE cuyos datos estaban disponibles, las mayores subidas de precios se observaron en Lituania (4,1%), Estonia (3,9%) y Reino Unido (2,6%), mientras los precios bajaron en dos Estados miembros: Irlanda (-0,2%) y Chipre (-0,1%).

En el caso de España, la inflación armonizada (IPCA) -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro- se situó en el 1,7%. De este modo, el diferencial de precios desfavorable a España respecto a la eurozona aumentaría hasta las cuatro décimas.

La inflación subyacente sube hasta el 1,3%

Entre los principales componentes, Eurostat señala que la energía se encareció en julio un 2,2% interanual, frente a la subida del 1,9% del mes anterior, mientras los precios los servicios subieron un 1,6%, en línea con el dato de junio, y los bienes industriales no energéticos aumentaron un 0,5%, una décima más que el mes anterior.

Por su parte, los precios de los alimentos, el alcohol y el tabaco aumentaron en tasa interanual un 1,4% por segundo mes consecutivo, después de que el incremento de tres décimas en tasa interanual del alcohol, el tabaco y la comida procesada (1,9%) fuera compensado por la menor subida de los alimentos frescos, que se encarecieron un 0,6%, menos que en junio (cuando fue del 1%).

De este modo, al excluir el impacto de la evolución de los precios de la energía, los precios subieron un 1,2%, en línea con el dato de junio, mientras que la inflación subyacente, que tampoco tiene en cuenta los precios de los alimentos frescos, repuntó al 1,3%, su mayor nivel desde agosto de 2013 e igualando la lectura del dato de inflación general por primera vez desde el pasado mes de noviembre. Este es el indicador en el que más se fija el Banco Central Europeo (BCE) para tomar sus decisiones de política monetaria.