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Takata pierde 107 millones de euros en 2015 y negocia con fondos estadounidenses

  • El fabricante japonés necesita 8.921 millones de ayuda finaciera
  • Ya ha iniciado contactos con el fondo Kohlberg Kravis Roberts y Lazard

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Logo de Takata en un mostrador
Logo de Takata en un mostrador.

El fabricante japonés de airbag Takata, en dificultades económicas por el escándalo de sus dispositivos defectuosos, ha iniciado negociaciones con varios fondos de inversión estadounidenses. para una posible ayuda financiera, según el diario Nikkei.

Takata registró unas pérdidas netas de 13.075 millones de yenes en 2015 (107 millones de euros) debido al incremento de los costes derivados de reemplazar sus airbag con problemas de fábrica en millones de vehículos en todo el mundo.

El fabricante nipón ha iniciado los contactos para obtener ayuda financiera que le permita hacer frente a estos costes, que podrían ascender hasta 10.000 millones de dólares (8.921 millones de euros) después de que las autoridades estadounidenses le instaran a ampliar las llamadas a revisión de vehículos equipados con sus airbag.

Takata ya ha recibido una oferta de un plan de financiación por parte del fondo de inversión Kohlberg Kravis Roberts, y también ha iniciado contactos con el banco de EE.UU. Lazard, según señalaron fuentes empresariales al antes citado diario económico nipón.

Hasta la fecha, unos 100 millones de automóviles han sido llamados a revisión en todo el mundo debido al problema de los airbag de Takata, entre ellos más de 40 millones de vehículos en Estados Unidos.

El 20% del mercado mundial

La empresa japonesa acapara un quinto del mercado mundial de los cinturones de seguridad y de los airbag, y es proveedora de una decena de fabricantes automovilísticos -entre ellos los tres mayores del mundo, Toyota, General Motors y Volkswagen-, que han asumido hasta ahora parte de los costes de las llamadas a revisión.

Además, Takata debe abonar a las autoridades de Estados Unidos 200 millones de dólares (179 millones de euros), incluida una multa de 70 millones (62 millones de euros), por el defecto de millones de airbag y la forma en que el fabricante japonés llamó a revisión las unidades afectadas.

Los fallos en sus infladores (el encapsulado metálico en el que se aloja el airbag) hace que el dispositivo de seguridad pueda abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos a los ocupantes. Este defecto se ha ligado con la muerte de once personas en Estados Unidos y Malasia.