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Especial 'Refugiados' (III)

El buque 'Dignidad', un centinela en mitad del Mediterráneo

  • Este año han muerto más de 1.800 personas en la ruta del Mediterráneo central
  • Médicos Sin Fronteras ha desplegado tres barcos, entre ellos el Dignity I
  • Han rescatado a más de 6.500 personas, la mayoría son potenciales refugiados
  • "Estamos donde los gobiernos no llegan pese a que es su responsabilidad"

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En los últimos dos meses, los buques de MSF han rescatado a más de 6.500 personas en el Mediterráneo. Anna Surinyach/MSF
En los últimos dos meses, los buques de MSF han rescatado a más de 6.500 personas en el Mediterráneo. Anna Surinyach/MSF

Llegan cuando las esperanzas están a punto de naufragar. Son los centinelas del Mediterráneo. Tratan de evitar que las costas de Europa sigan convirtiéndose en un gigantesco cementerio humano. Desde el 2 de mayo han rescatado a 6.557 personas, entre ellas 780 mujeres y 283 niños. La mayoría huían de la violencia de sus países de origen. “Éramos 630 en una embarcación pequeña y no teníamos ni comida ni agua. Siempre teníamos miedo de que volcara. Aguantamos la respiración hasta que el viaje terminó. Gracias a Dios que vino este barco”, afirma Sammer -llamémosle- un yemení de 40 años.

Ese barco que salvó su vida se llama Dignity I. Es uno de los tres que Médicos Sin Fronteras ha desplegado en el Mediterráneo Central para llevar a cabo operaciones de salvamento marítimo allí donde los gobiernos no llegan. “El mar está dividido en zonas de control y rescate cuya vigilancia se reparten los país, pero hay una zona de Libia de la que se ocupaba Italia que ya no pertenece a nadie desde que acabó la operación Mare Nostrum", explica a RTVE.es Paula Farias, coordinadora del proyecto de MSF en el Mediterráneo.

La enfermedad más grave es que se ahogan por eso MSF está trabajando en el mar

Ahora, en ese mar de nadie, patrullan los buques de una organización humanitaria que no tiene banderas. Sólo en los últimos siete días han rescatado a más de 1.000 personas. ¿Qué hace Médicos Sin Fronteras reclutando marineros, aprendiendo de esloras, de corrientes y regulaciones marítimas?.

"La gente iba a seguir intentando cruzar el Mediterráneo. Eran muertes anunciadas (...). Si les asistimos en sus países de orígen, ¿por qué no hacerlo cuando están en tránsito y necesitan ayuda?”, señala Farias, que no ve diferencias entre esta operación y el resto de los proyecto de MSF. “Aquí la enfermedad más grave es que se ahogan, por eso estamos en el mar. Pero nuestra prioridad es la misma que en Siria o Sudán del Sur: salvar vidas”.

Así es un rescate en el Mediterráneo

"Seguid hacia el norte" es la única indicación que reciben muchas de las personas que se lanzan al mar desde Libia. Anna Surinyach /MSF Anna Surinyach /MSF

Desde el inicio de 2015, más de 100.000 solicitantes de asilo han tratado de llegar por mar a Europa y se teme que 2015 sea el año más mortífero para quienes emprenden la travesía del Mediterráneo. La óperación Mare Nostrum que llevaba a cabo Italia en el Mediterráneo tenía como misión fundamental el rescate marítimo. Salvó 155.000 vidas. En noviembre de 2014 fue sustituida por Tritón, dirigida por la Agencia Europea de Control Fronterizo (Frontex), con menos presupuesto y limitada a la vigilancia y la protección de fronteras. Hasta la fecha han muerto más de 1.800 personas en la ruta del Mediterráneo central, cinco veces más frente al mismo periodo que el año anterior.

MSF opera con tres naves: el Dignity I y Bourbon Argos, de forma exclusiva, y en colaboración con MOAS (la Estación de Ayuda al Migrante por Mar) en el caso del MY Phoenix (ver su posición en tiempo real). Se mueven a 30 millas de las costas de Libia intentando anticiparse a las rutas de los migrantes. Intervienen cuando localizan una barcaza en peligro a través de radares o cuando el Centro de Control de Rescate (RCC) de Roma les da el aviso. Una vez completado el rescate, realizan un chequeo médico a los migrantes y les llevan a los centros de acogida que les indican las autoridades italianas.

“La mayoría vienen deshidratados, algunos con malaria, otros con traumatismos previos por las difíciles condiciones de vida de sus países de origen, y muchos sufren quemaduras por el combustible de las lanchas”, explica Farias. También han atendido a mujeres embarazadas.

¿Cómo se salvan vidas?: Así es un rescate de MSF en el Mediterráneo.

Sammer, Aasiya y Kelvin, a bordo del Dignity I

Frontex ha reconocido que el 83% de la inmigración que llega a Europa es potencial beneficiaria de protección internacional. Sin embargo, sólo unos pocos consiguen asilo. Mientras no haya canales seguros y legales, miles de personas seguirán arriesgando su vida en embarcaciones precarias. Kelvin (Nigeria), Sameer (Yemen), Aasiya (Somalia) y Osman (Eritrea) representan algunos de los conflictos que hacen que vivamos la mayor crisis de desplazados desde la Segunda Guerra Mundial.

Sameer: Nos metieron en una prisión especial donde tienen a la gente que intenta cruzar el Mediterráneo. Te piden dinero y te golpean

Sameer, que prefiere no dar su verdadero nombre, sufrió un calvario para llegar a Libia tras escapar de Yemen, uno de los países más pobres de Oriente Próximo golpeado, además, por una cruenta guerra civil. Casi 3.000 personas, la mayoría civiles, han muerto en los combates entre las fuerzas del gobierno, apoyadas por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes, una minoría chií aliada de Irán.

La travesía de Assiya -llamémosla Assiya- no ha sido más fácil. “En el desierto del Sáhara me torturaron y me dispararon. No tuve acceso a cuidados médicos. Todavía tengo dificultades en mi cuerpo porque me golpearon desde la cabeza hasta los pies. Pido al mundo que me ayude”, cuenta, aún con la mirada perdida, a bordo del Dignity I. Esta somalí dice que ha perdido a tres hijos y que los otros cuatro se han quedado en Somalia. De que Europa le dé una oportunidad depende su futuro y el de toda su familia.

Kelvin: Nunca fue mi intención llevar a un bebé en estado grave a cruzar el mar para llegar a Europa

El Mediterráneo es la última etapa de un viaje que muchos migrantes inician meses o quizás años antes. La ruta para llegar de África a Europa meridional es otra tumba de jóvenes que perecen intentado cruzar los vastos desiertos o son capturados por traficantes de esclavos. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 3.000 eritreos huyen cada mes del país en buscan una vida mejor. Gran parte de ellos desaparecen en el camino.

Kelvin Anagha, padre del bebé rescatado, cuenta su experiencia tras el rescate.

Kelvin Anagha es uno de los que ha atravesado el desierto del Níger para llegar a Libia. Allí, cuando nació su hijo, no había médicos que pudieran tratar su enfermedad. Y entonces tuvo que tomar la decisión más difícil de su vida. “Nunca fue mi intención llevar a un bebé en estado grave a cruzar el mar para llegar a Europa. Pero creo que es el final de mis problemas. La gente aquí sabe de las amenazas de muerte que sufrimos y de derechos humanos… Harán que yo pueda tenerlos”, dice.