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Los errores de la Unión Europea en la crisis de Ucrania

  • La UE medió en el acuerdo del 21 de febrero, que quedó en papel mojado
  • Ignacio Molina (RIE) cree que la UE no debe huir de la competición con Rusia
  • Javier Solana: "Se repartieron demasiados caramelos entre los manifestantes"

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Un miembro de las autodenominadas "defensas" de maidán pasa junto a banderas de la UE y Ucrania
Un miembro de las autodenominadas "defensas" de maidán pasa junto a banderas de la UE y Ucrania

La Unión Europea (UE) debe aprender lecciones de la crisis de Ucrania, donde su actuación no ha estado exenta de errores, algunos graves, y vacilaciones. Así lo piensan expertos y altos representantes políticos que esta semana se han dado cita en Madrid.

El apoyo "frívolo" a "Euromaidán", la incapacidad para hacer cumplir el acuerdo del 21 de febrero entre Víktor Yanukóvich y la oposición, o su falta de sensibilidad hacia Rusia, que se siente amenazada por la expansión de la OTAN y la UE hacia el Este, son algunas de los aspectos en los que la actuación de los representantes comunitarios ha sido mejorable, según estas fuentes.

Excesivo entusiasmo por Euromaidán

Las protestas que acabaron con la destitución del presidente electo, Víktor Yanukóvich, se iniciaron en noviembre de forma espontánea, como una concentración en el centro de Kiev contra la corrupción y a favor de mayor cooperación con Europa. Este origen llevó a la UE y a muchos de sus representantes, desde diputados a comisarios y a la representante de la Política Exterior común, Catherine Ashton, a catalogar este movimiento como netamente proeuropeo. Muchos visitaron la acampada y mostraron abiertamente su apoyo.

"Nos hacía ilusión ver banderas de la UE en algún sitio, pero en la plaza (del Maidán) había más cosas", reconocía este jueves en Madrid, durante un acto organizado por Esade Business School, el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia.

Almunia se refería a la disparidad de grupos políticos que tomaron la protesta en sus manos, algunos de ellos ultranacionalistas violentos.

Almunia: Nos hacía ilusion ver banderas de la UE en algún sitio

Para Javier Solana, exsecretario general de la OTAN, presente en el mismo acto, "se repartieron demasiados caramelos y chocolates a los manifestantes.  Esas no son maneras de hacer las cosas".

"Hay cierta frivolización de cuáles son las  legitimidades", lamenta, en declaraciones a RTVE.es, Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano (RIE) para temas de Europa. Molina participó este jueves en Madrid en una conferencia del RIE sobre la crisis, junto a los también investigadores Gonzalo Escribano (Energía) y Félix Arteaga (Seguridad y Defensa).

Molina cree la UE erró claramente en la caracterización de la protesta de Kiev. "Es verdad que Euromaidán fue espontáneo, y luego hubo  elementos radicales, eso es un elemento informativo y político  importante pero no debemos guiarnos de manera tan simplista, en ocasiones  mediática, por esto. En Egipto también ocurrió una excesiva  simplificación y al abrir las urnas se ha visto que Egipto no era  Tahrir... Hay una impresión de que lo viral mueve la política y las  cosas no son tan simples".

El acuerdo patrocinado por la UE queda en papel mojado

Durante toda la crisis, Rusia ha insistido en que se debía volver al  último punto en que hubo algún acuerdo entre los dos bloques  enfrentados: el acuerdo del 21 de febrero entre Yanukóvich y la  oposición, en el que se establecía el adelanto de elecciones, el  desalojo de las plazas y edificios tomados y el desarme de la oposición.  Un acuerdo en el que mediaron los ministros de Exteriores de Alemania,  Francia y Polonia.

Dicho acuerdo, sin embargo, no duró ni una noche, porque la ultraderecha no lo aceptó y aprovechó la ausencia de Yanukóvich para tomar los edificios oficiales. Poco después, el Parlamento votaba la destitución del presidente.

"Se llegó muy tarde y se marchó muy pronto", sentenciaba Javier Solana, quien lamentaba que los diplomáticos europeos se hubieran marchado de Kiev sin esperar a comprobar que el acuerdo se cumplía.

Ignacio Molina: Un elemento muy negativo es llegar allí, patrocinar  un acuerdo y que a las 24 horas salte por los aires

"Un elemento muy negativo es llegar allí, patrocinar  un acuerdo y que a las 24 horas salte por los aires, la UE queda en mal lugar - reconoce Ignacio Molina - Pero no  fueron los ministros francés, polaco y alemán los que acabaron con  el acuerdo, fueron los propios ucranianos, quedó en papel mojado".

Algunos partidos políticos ucranianos, así como los  grupos de extrema derecha, consideran como un éxito propio el  cambio de poder en Kiev que se produjo entre aquella noche y el sábado 22.  Una impresión que puede sembrar la semilla de la inestabilidad, según advirtió Félix Arteaga durante su  exposición.

"No creo que Yulia Timoshenko sea un icono para nada bueno,  no creo que sea bueno lo que esta mujer piensa en privado", dijo el  experto en Seguridad del RIE, en referencia a una conversación  telefónica de la ex primera ministra, en la que habla de "matar" a los  rusos.

¿Quién obligó a Ucrania a elegir?

Antes de que la crisis se desbordara, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, advertía que no se debía forzar a Kiev a elegir entre Este u Oeste, "sobre el principio de estás conmigo o contra mí".

Durante el debate patrocinado por el RIE, en el que participaron diplomáticos de diferentes países así como expertos y académicos, varias voces advirtieron que la UE y la OTAN habían calibrado mal la percepción de amenaza que la penetración en Ucrania supone para Rusia.

Para Ignacio Molina, los países comunitarios y Estados Unidos han podido pecar de "falta de sensibilidad", pero fue Moscú y no Bruselas quien obligó a Kiev a hacer esta elección excluyente: o la asociación con la UE, o la inserción en una futura Unión Aduanera Euroasiática con Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, el proyecto personal del presidente ruso, Vladímir Putin.

Dicha Unión Euroasiática, explica Molina, está diseñada a imagen de la UE, donde es Bruselas, y no los estados individualmente, quienes firman los acuerdos comerciales.

"Por un lado estaría el bloque de la UE y por otro el bloque postovietico en el que estaría Ucrania. Si se quiere que Ucrania pivote entre los dos solo es posible si se reconsidera el diseño de Unión Aduanera que Putin quiere hacer", subraya el investigador del RIE.

"Poder blando" frente a "poder duro"

Para Molina, la forma de actuar de Rusia y de los Veintiocho son totalmente distintas. "Hay que ser consciente de lo que se le  puede exigir a la UE, de sus  enormes limitaciones, las de un actor que  trabaja con el comercio,  el derecho, el llamado 'poder blando', la seducción... Rusia no, Rusia trabaja con  el 'poder duro', usa la energía, las infraestructuras, actúa en un espacio donde no hay libertad de expresión pero se habla  ruso...".

Ignacio Molina concluye que la UE deberá aprender las lecciones e introducir elementos de gestión de crisis, pero que asumir que existe una "competición" con Rusia hará a los Veintiocho "mayores de edad".

"Rusia ha decidido no acercarse a Europa, sino tener una propia visión del mundo. Es un modelo distinto. Hay que evitar el conflicto, pero no la competición. Cómo gestionar eso por la parte europea sin exarcerbar el conflicto, intentando introducir elementos de cooperación pero siendo conscientes de que hay competición, eso nos hace mayores de edad. Y España debe estar del lado de la comunidad de valores e intereses a la que pertenece, que es Occidente".