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Las asociaciones denuncian recortes en salud mental a pesar del aumento de pacientes por la crisis

  • Asociaciones de pacientes denuncian que están aumentando los casos
  • Aseguran que ahorrar en salud mental supone más gasto a largo plazo
  • Este jueves se celebra el Día Mundial de la Salud Mental

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Hombre con depresión
Con la crisis están aumentando los pacientes que sufren algún trastorno mental como la depresión o la ansiedad.

Más allá de las cifras del paro que son la cara más visible de la crisis económica, la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes) denuncia que en los últimos años ha aumentado el número de pacientes con trastornos mentales hasta cerca de un 20%, mientras que, por otro lado, disminuyen los recursos presupuestarios en sanidad. Con este escenario, este jueves se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.

En los últimos Presupuestos Generales del Estado, Sanidad fue el ministerio que más vio reducido su partida, en concreto, un 6,6%, aunque no hay cifras concretas de la disminución en salud mental. “Se recorta en algo que no tenía un gasto excesivo y que estaba dando   unos resultados óptimos”, critica la presidenta de la presidenta de la  Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), Eudoxia Gay, quien añade   que “se está precarizando el empleo y disminuyendo los recursos”.

El presidente de Feafes, José María Sánchez Monge, explica a RTVE.es en que los recortes complican el poder encontrar alternativas para favorecer que no se pierda la atención adecuada que necesitan estas personas, ya que "aunque se ha avanzado mucho en su atención, ésta es inadecuada y estamos en una peor situación desde el comienzo de la crisis".

Si en algo coinciden las distintas asociaciones relacionadas con la salud mental consultadas por RTVE.es es que se han multiplicado las quejas de los usuarios de que han experimentado una menor atención en los últimos meses, algo que achacan a que "hay menos plantilla, a que hay personal con contratos más precarios y en algunos clasos, incluso a que se han cerrado servicios". Cinco centros de salud mental en Zaragoza y uno en Navalcarnero, en Madrid, han echado el cierre en las últimas semanas.

Menos prevención y rehabilitación y más medicamentos

“En la Comunidad de Madrid, los 35 centros de salud mental que tenemos han   perdido uno o dos profesionales de media en los últimos años. El   resultado es que, unido a un incremento de la demanda, hay equipos sobrecargados con respuestas poco flexibles, un deterioro de las intervenciones psicosociales y un incremento de la prescripción psicofarmacológica”, alertan desde la Asociación Madrileña de Salud Mental.

El que se hayan reducido las plantillas por los recortes se traduce en "una menor frecuencia en las visitas a los especialistas", según Xavier Trabado, presidente de la asociación Salut Mental Catalunya, que apunta que también "hay menos soporte en las terapias” a raíz de  la crisis. De la misma opinión son la AEN y la Feafes que creen con los  recortes se pierde en prevención, rehabilitación y reinserción y que son los pacientes con trastornos graves los más afectados al ser los que necesitan una atención más larga en el tiempo.

Otro de los problemas que, según las asociaciones, se ha producido con la crisis es el aumento de los  casos  de trastornos mentales considerados menores como la depresión o la   ansiedad. El representante de la Plataforma  per la Defensa i Millora   del Serveis de Salut Mental, Manuel Girón, señala que “ha crecido el   número de personas que acuden a las consultas de atención primaria con depresión o ansiedad, así como también ha habido un aumento de los suicidios" aunque no tienen datos oficiales al respecto.

Según el presidente  de Feafes hay más casos de trastornos menores que antes de la crisis, y si no se  tratan adecuadamente, "pueden convertirse en graves". Además, en los últimos años han aumentado "las adicciones y los trastornos del comportamiento como la agresividad", explica la presidenta de la AEN.

Por otro lado, los expertos también advierten que se están prescribiendo más medicamentos ahora con la crisis. “Al disminuir  los equipos de salud mental y al aumentar los trastornos, la atención  primaria está desbordada y ahora se responde más con fármacos en lugar  de llevar a cabo terapias que tendrían resultados más a largo plazo.  Estamos medicalizando demasiado el sufrimiento”, afirma la presidenta de la AEN.

Además, las asociaciones de familiares y pacientes de salud mental también se quejan de que con los recortes tienen menos subvenciones,  por lo que su ayuda a los asociados también se ha visto afectada.

“Nosotros tenemos un programa de acompañamiento a estos enfermos:  vamos con ellos a consulta o hacer tareas que les generan estrés. A veces  también les llevamos la medicación a casa y nos aseguramos de que se la  tomen. Pero este tipo de servicios se han visto mermado porque la  ayuda que recibíamos de la Junta de Castilla-La Mancha se ha reducido.  Todo esto va en detrimento de la calidad de vida de estas personas”,  destaca Pilar Sánchez, presidenta de la asociación Despertar cuyo ámbito de actuación es Castilla-La Mancha.

Jóvenes que no encuentran trabajo y mayores de 55 años que han perdido su empleo son los que más acuden a los centros de salud con patologías como depresión, ansiedad o crisis existenciales desde que  estallara la crisis, según el Servicio de Salud Mental del Hospital  Provincial de Toledo.

Aumentará el gasto a largo plazo

Aunque no hay datos oficiales sobre a cuánto asciende la disminución de las partidas presupuestarias destinadas a salud mental, tanto colectivos de pacientes como de sanitarios denuncian las consecuencias a largo plazo que tendrán los recortes en sanidad.

“Recortar en salud mental provocará un aumento del gasto farmacéutico y de los ingresos hospitalarios, por lo que a la larga no será una buena medida de ahorro”, señala Monge. “Un solo día de ingreso de un paciente con un trastorno mental grave cuesta entre 6.200 y 6.800 euros, que en el peor de los casos equivale a la medicación durante todo un año”, añade.

Precisamente, la Generalitat de Cataluña hizo un estudio  en el año 2010 sobre el impacto económico de la depresión. Según este informe, “la depresión costaba unos 800 millones de euros en esta región, el 10% del presupuesto sanitario de entonces”, asegura el presidente de la asociación Salut Mental Catalunya.

Por eso, desde Feafes se apuesta por un tratamiento integral de los pacientes con atención incluso psicofamiliar porque generará menos ingresos, menos urgencias y menos gasto farmacéutico a largo plazo lo que supondría “un ahorro para las administraciones”.