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Banesto: 110 años de historia, 30 fusiones y una sonada intervención del Banco de España

  • El banco, fundado en 1902, desaparecerá absorbido por el Santander
  • Botín lo adquirió en 1994, tras la intervención del Banco de España
  • El supervisor destituyó a Mario Conde, condenado a prisión por su gestión
  • Una treintena de fusiones y una fuerte cartera industrial definen su historia

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Banesto, el Banco Español de Crédito, desaparecerá definitivamente y su estructura -oficinas, empleados y clientes- se integrará en el Grupo Santander, al que pertenece desde hace casi dos décadas. Esto supondrá el fin de una entidad con más de 110 años de historia y un protagonismo esencial en el desarrollo industrial español.

Los caminos de Banesto y Banco Santander se unieron en 1994, cuando la entidad presidida por Emilio Botín se adjudicó en subasta la entidad intervenida meses antes por el Banco de España.

Mario Conde y el agujero de 600.000 millones de pesetas

El 28 de diciembre de 1993 Banesto vivió el momento más difícil de su historia. Aquel día, el supervisor destituyó a todo el consejo de administración, presidido entonces por Mario Conde, quien acabaría cumpliendo pena de cárcel por su gestión al frente de la entidad. 

La intervención del supervisor se produjo después de que descubriera un agujero patrimonial que entonces cuantificó en más de 600.000 millones de pesetas, el equivalente a unos 3.600 millones de euros.

En la comisión de investigación creada en el Congreso sobre el bautizado como caso Banesto, el entonces gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, cifró en 200.000 millones de pesetas (1.202 millones de euros) la inyección de capital público necesaria para sanear la entidad.

La intervención de Banesto puso fin, no solo a la  ascensión meteórica de Mario Conde, entonces considerado un advenedizo  de la banca, sino también a la fuerte expansión de la entidad, que  acumuló una importante cartera industrial y se había logrado situar entre los cinco grandes del sector financiero español.

Después de esa intervención y la adjudicación al Santander, Banesto vivió una de las juntas de accionistas más largas y complicadas de la historia empresarial española, en las que fueron necesarias ocho horas para que los accionistas aprobaran la operación.

El Banesto de hoy, resultado de 30 fusiones

Desde su fundación el 1 de mayo de 1902, Banesto ha protagonizado una treintena de fusiones, lo que le permitió absorber a entidades como el Banco de Vitoria, la Banca Coca, la Banca Garrigues Nogues o, décadas antes, el Banco de Oviedo, el de Burgos, y el Comercial de Valencia.

Siete años antes de su intervención, en 1986, Banesto protagonizó otro de los episodios más sonados de la historia bancaria española, cuando consiguió eludir la opa hostil lanzada por el Banco de Bilbao. La operación del Bilbao se produjo después de que Banesto rechazara unos días antes la fusión amistosa.

En sus momentos de máxima expansión, Banesto llegó a contar con más de 2.000 oficinas. En la actualidad tiene 1.698, muchas de ellas solapadas con las del Santander debido a la convivencia de ambas marcas.

Durante años, la dirección del Santander ha defendido este modelo de negocio, entre ellos el actual consejero delegado del grupo, Alfredo Sáenz, a quien el Gobierno puso al frente de Banesto tras la intervención.

En sus intervenciones públicas, tanto Sáenz como el presidente del Santander, Emilio Botín, han defendido la pervivencia de Banesto como marca y entidad jurídica independiente, así como su negativa a venderla a terceros. Este mimo por parte de la entidad cántabra se demuestra en que una de las hijas del propietario, Ana Patricia Botín, lo presidió durante ocho años, hasta 2010, cuando la sustituyó Antonio Basagoiti García-Tuñón, directivo histórico de otra entidad absorbida por el Santander, el Banco Central Hispano.

Sin embargo, el proceso de reestructuración del sector financiero español ha llevado a la entidad cántabra a plantear un nuevo modelo de negocio en España, que pasa por un adelgazamiento de su estructura y la desaparición definitiva de la marca Banesto, con la que el Santander espera ahorrar 420 millones y un aumento de ingresos de 100 millones.

A septiembre pasado, la entidad que preside Botín contaba, incluido Banesto, con activos valorados en 1,3 billones de euros, cerca de 4.700 oficinas, de las que ahora se cerrarán 700 sucursales. Además, el Grupo emplea a 31.500 personas, un número que deberá reducirse, aunque la entidad ha asegurado que será "de manera progresiva y no traumática" mediante la recolocación en otras unidades del Grupo.