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El hombre que dijo basta a Goldman Sachs

  • Greg Smith, directivo en Londres de la compañía, la deja por ser "tóxica"
  • En una carta al 'New York Times' dice que se trata a los clientes de "marionetas"
  • La empresa de Wall Street ha sido criticada por sus prácticas en la crisis 

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Un exdirectivo de Goldman Sachs carga contra el banco en una dura carta de renuncia

"Hoy es mi último día en Goldman Sachs.  Después de casi doce años en la compañía-primero como becario de verano mientras estaba en Stanford, después en Nueva York durante diez años y ahora en Londres- creo que he trabajado aquí lo suficiente para comprender la trayectoria de su cultura, su gente y su identidad. Y puedo decir honestamente que el ambiente ahora es el más tóxico y destructivo que he visto nunca".

Con esta afirmación demoledora comienza la carta de Greg Smith, director ejecutivo de la división de derivados para Europa de Goldman Sachs en Londres, publicada este miércoles por el New York Times y que se titula "Por qué me voy de Goldman Sachs".

En ella acusa directamente a altos cargos de la compañía de estar en "bancarrota moral" y de buscar sacar el máximo dinero de sus clientes haciendo que compren productos de inversión inadecuados.

"Para poner el problema en términos simples, los intereses del cliente se dejan de lado en la forma en la que la compañía opera y piensa en hacer dinero", resume Smith, que considera que director ejecutivo de la compañía, Lloyd Blankfein, y el presidente, Gary Cohn,  han "perdido de vista mantener la cultura de la empresa".

"Este declive de la fibra moral de la empresa representa la mayor amenaza seria para su superviviencia a largo plazo", añade.

Una compaña polémica

Los detalles que Smith da sobre las reuniones de los directivos de la empresa pueden dañar más aún la reputación que tiene y que se ha visto seriamente comprometida tras la crisis financiera de 2008.

"Estamos en desacuerdo con las opiniones expresadas, que noc reemos que reflejen la forma en que llevamos nuestro negocio", ha declarado una portavoz de Goldman, que ha recalcado que la empresa "solo tendrá éxito si nuestros clientes tienen éxito".

"Esta verdad fundamental reside en el fondo de cómo actuamos", ha añadido.

En 2008 Goldman estuvo entre los bancos rescatados con fondos públicos pese a las reiteradas acusaciones sobre sus prácticas empresariales, incluyendo ayudar a Grecia a esconder partes de su enorme deuda.

La revista Rolling Stone llegó a comparar a la empresa con un "un calamar vampiro que envuelve la cara de la humanidad". Más aún, en un vídeo que dió la vuelta al mundo, el 'trader' de la City de Londres Alessio Rastani, aseguró a la BBC que "Goldman Sachs domina el mundo".

Según Smith, directores ejecutivos se refieren a sus clientes repetidamente como "marionetas", algunas veces en correos internos.

"He asistido a reuniones de ventas de derivados donde no dedican ni un minuto a preguntarse cómo podemos ayudar a los clientes. Se trata puramente de cómo podemos hacer el máximo de dinero a su costa", relata en la carta.

Las nuevas generaciones

Smith fue seleccionado como uno de los diez empleados (escogidos de un total de 30.000) que aparecen en un vídeo para reclutar nuevos empleados que Goldman emite en campus universitarios de todo el mundo y ha contratado y actuado como mentor de nuevos empleados. También ha dirigido un programa de becarios de verano del banco.

"Creí que era momento de dejarlo cuando me dí cuenta de que no podía mirar a los estudiantes a los ojos y decirles que este es un buen lugar para trabajar", escribe Smith.

De hecho, el ya ex empleado de Goldman Sachs se queja de que los analistas junior que entran en la compañía están absorbiendo esa cultura de sacarle el máximo dinero a los clientes y argumenta que las charlas sobre "marionetas", "sacar los ojos" o "ser pagado" no los convertirá precisamente en "ciudadanos modelo".

"El liderazgo solía tratar de ideas, convirtiéndote en ejemplo y haciendo lo correcto. Hoy, si consigues dinero suficiente para la empresa, serás promocionado a una posición de influencia", concluye.