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El actual dueño de Nueva Rumasa paga sueldos a Ruiz-Mateos y a sus hijos varones

  • Nueva Rumasa creó como fórmula de financiación "facturas falsas"
  • El patriarca de los Ruiz-Mateos encargó "la viabilidad legal" de la emisión de pagarés

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El actual dueño de Nueva Rumasa, Ángel de Cabo, "paga un sueldo a José María Ruiz-Mateos y a sus hijos varones en tanto se liquiden las sociedades que le han sido cedidas", según ha declarado el exempleado de la familia Félix Uceda ante la Brigada de Blanqueo de Capitales.

Así figura en la declaración de Félix Uceda, quien trabajó durante 30 años para la familia, tanto en la antigua Rumasa como en Nueva Rumasa, y a la que cita Efe después de que la Audiencia Nacional haya levantado parcialmente el secreto de sumario.

En relación con la venta de Nueva Rumasa, Uceda ha afirmado que "no se trata de una compraventa, sino una cesión de parte de las sociedades del grupo para que, en base a la experiencia en liquidaciones de Ángel de Cabo, los Ruiz-Mateos puedan recibir, en un futuro, una importante cantidad de dinero procedente de la liquidación de las empresas supuestamente vendidas".

Pagarés de Nueva Rumasa

En este sentido, Uceda ha añadido que conocía que Ángel de Cabo paga un sueldo al patriarca de la familia y a sus hijos varones. En su declaración, ha explicado que la idea de la emisión de pagarés surgió del patriarca de la familia y que el objetivo era buscar financiación, dados "los graves problemas económicos que tenían las sociedades de Nueva Rumasa". "Ante la imposibilidad de obtener recursos en el mercado financiero, Ruiz-Mateos padre decidió encargar al despacho de Manuel Sánchez Marín la viabilidad legal de la emisión", ha apuntado.

Ha detallado que el dinero de los inversores se destinó también a pagar hipotecas de la familia Ruiz-Mateos. En este sentido, ha dicho que aunque al principio la emisión de los pagarés tenía por objeto obtener "la necesitada financiación para las empresas con una mayor falta de liquidez", el capital logrado de los inversores se ingresaba en Bardajera, empresa que gestionaba la caja única, y se destinaba según las necesidades, pagándose incluso "sus hipotecas personales".

En su declaración, que tuvo lugar el pasado 9 de enero, Uceda ha revelado, además, la existencia de gestiones para conseguir inversores que permitan liberar las cargas que recaen sobre propiedades inmobiliarias con el objetivo de "ingresar la diferencia en las cuentas de la familia Ruiz-Mateos".

Ha declarado que algunos de los 43 bienes inmobiliarios -de los que presentó una relación- podrían haber sido traspasados a una sociedad de la que es administrador de hecho o de derecho Luis María Sanz, persona relacionada con las sociedades del entramado empresarial de Nueva Rumasa.

"Facturas falsas"

Nueva Rumasa creó como otra fórmula de financiación "facturas falsas o documentos de cobro para ser descontados en las líneas de crédito que tenían abiertas en diferentes entidades financieras como el Banco Santander", según la auditora interna de Nueva Rumasa, Francisca Rodríguez.

En su declaración del pasado 20 de diciembre ante la Brigada de Blanqueo de Capitales a la que cita Efe, Rodríguez ha añadido que en algún momento se utilizó la misma factura en dos ocasiones y se realizaron facturas por servicios no prestados.

Este tipo de operativa, ha asegurado, era conocido en la familia Ruiz-Mateos como operaciones "fuelle" y era "un tipo de papel pelota". La auditora se refiere a una práctica en la que se encadenan las facturas entre una sociedad y otra, y que finalmente ninguna de ellas acaba pagando.

Entre los movimientos que observó en su labor como auditora, Rodríguez ha afirmado que hasta el 15 de abril de 2011 Bardajera, la empresa que gestionaba la caja única de Nueva Rumasa, recibió desde su constitución 673 millones de euros del resto de sociedades del grupo Nueva Rumasa. Ha detallado, también, que Bardajera prestó un importe similar a estas sociedades, incluidas las patrimoniales de la familia Ruiz-Mateos. 

Situación "del todo incompatible con la emisión de pagarés"

Según ha detallado la auditora interna, el apoderado de Janer&Baily era Rufino Martín-Maestro, pero Javier Bertolá y Alfonso Espinosa eran las personas que sacaban el dinero en efectivo de la entidad bancaria, quienes trabajaban "en la casa de Somosaguas a las órdenes directas de Francisco Javier Ruiz-Mateos.

En su declaración, Francisca Rodríguez quiso manifestar que como profesional auditora desde hace más de 25 años la situación de las sociedades Clesa, Carcesa, Grupo Dhul, Hibramer y la división hotelera de Nueva Rumasa "era del todo incompatible con la emisión de pagarés, sobre todo con ese tipo de interés".

A su juicio, la familia Ruiz-Mateos era "plenamente consciente de la mala situación empresarial de las mismas y del riesgo que corrían de no poder devolver no sólo el principal, sino también los intereses vencidos".

Los Ruiz-Mateos captaron a 4.110 inversores que destinaron 337 millones de euros a las 13 emisiones de pagarés de Nueva Rumasa, de las cuales -según la publicidad- algunas de las emisiones prometían rentabilidades de entre el 10% y el 8%.