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El Tesoro coloca 4.000 millones de deuda y baja casi un punto el interés

  • Se han adjudicado 2.723 millones en obligaciones a 10 años y 1.276 a 30 años
  • La demanda ha superado con creces la oferta del Tesoro

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España ha conseguido en las útlimas emisiones captar dinero a un menor tipo de interés.
España ha conseguido en las útlimas emisiones captar dinero a un menor tipo de interés.

El Tesoro ha adjudicado 4.000 millones de euros en obligaciones a diez y treinta años, el máximo establecido, y redujo alrededor de un punto porcentual el interés marginal de ambas denominaciones, según los datos facilitados por el Banco de España, que actúa de agente de la subasta.

En la anterior puja de obligaciones, celebrada el 17 de junio, se adjudicaron 3.000 millones de euros en obligaciones a 10 años con un interés marginal del 4,991%, el más alto para esta denominación desde 2001 y 0,7 puntos porcentuales por encima del 4,164% ofrecido esta mañana.

Por lo que respecta a las obligaciones a 30 años, en junio el interés marginal fue del 5,937%, la más alta de todos los tiempos -la primera referencia en la web del Banco de España data de 1998- y superó en 0,85 puntos porcentuales al 5,081% de hoy.

De nuevo, y tal y como viene sucediendo desde mediados de julio, la demanda ha superado con creces la oferta del Tesoro.

En total se han adjudicado este jueves 2.723,06 millones de euros en obligaciones a diez años, frente a los 6.319,46 millones solicitados por las entidades, y 1.276,94 en obligaciones a treinta años, de los 2.687,03 que alcanzó la demanda.

Lucha contra la desconfianza

Después de que en abril la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's bajara la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel "AA", la deuda soberana española comenzó a ser objeto de la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo.

Posteriormente, a finales de mayo la agencia de medición de riesgos Fitch rebajó también la calificación de la deuda española, con lo que el Tesoro se encontró con dificultades crecientes para colocar sus emisiones y con lo que los intereses marginales se dispararon.

El encarecimiento de la deuda reflejaba la desconfianza de los mercados frente a la deuda española y a su capacidad para hacer frente a los compromisos con sus acreedores.

Punto de inflexión

Sin embargo, en la segunda quincena de julio, la publicación de los test de resistencia a los que se sometieron las entidades financieras españolas insufló a los mercados la confianza perdida y, en todas las subastas celebradas desde entonces, tanto de bonos, letras y obligaciones, el interés se redujo.

La tercera gran agencia de medición de riesgos, Moody's, se limitaba a advertir en agosto de que perspectiva de crecimiento de la economía española era "más débil" que la de otros países con la máxima calificación crediticia "Aaa", pero dejaba sin cambios la calificación de España.

En todas las subastas celebradas a partir de la segunda quincena de julio, tanto de letras, bonos y obligaciones, el Estado ha podido rebajar la rentabilidad ofrecida al tiempo que la demanda superaba con creces los importes ofrecidos.