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BP dotará con 20.000 millones de dólares el fondo para los afectados por el vertido

  • La petrolera no controlará el fondo y no limita su responsabilidad
  • BP pide perdón y no repartirá dividendos este año
  • El fondo será administrado por el supervisor de las víctimas del 11-S
  • Obama marca un tanto en la lucha contra el vertido

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La petrolera BP acepta depositar 20.000 millones de dólares en un fondo por el escape de crudo

"Un buen principio", así ha calificado Obama la decisión de BP de crear un fondo de plica para compensar a los afectados por el vertido en el Golfo de México. Los ejecutivos de la petrolera han pedido perdón publicamente por la catástrofe frente a la Casa Blanca.

El fondo estará dotado inicialmente con 20.000 millones de dólares, 16.300 millones de euros al cambio actual, aportados íntegramente por BP. Esta cantidad no limita la responsabilidad de la petrolera y puede aumentar en el futuro.

De hecho, la dotación se hará a lo largo de varios años por tres razones: para no estrangular las finanzas de la petrolera, no ahuyentar a los inversores y por el desconocimiento de a cuánto ascenderán los costes del vertido. Aún así, BP ha anunciado que este año no repartirá dividendos.

La contrapartida al esfuerzo ha tenido una traducción inmediata en el tono de Obama: "BP es una compañía fuerte y viable, y es nuestro interés que siga siendo así". La petrolera ha perdido la mitad de su valor en bolsa desde que se hundió la plataforma y se exponía al ataque frontal de la administración.

Administrado por un independiente

Una de las características más importantes de este fondo es que no será controlado por BP sino administrado por un tercero independiente.

Ese tercero será Kenneth Feinberg, que supervisó las compensaciones a las víctimas del 11-S y supervisa ahora el pago de las primas de los ejecutivos de las compañías intervenidas por el Gobierno.

El fondo es el resultado de dos horas de negociación y varias semanas de discretas conversaciones entre la compañía y la administración Obama. La reunión de hoy ha tenido lugar en la Casa Blanca, y el Presidente de EE.UU. ha asistido a ella durante los primeros 20 minutos. 

Tanto para Obama

Tras 58 días de la peor catástrofe medioambiental que sufre el país, Obama se marca el primer tanto concreto. El Presidente pronunció ayer martes un discurso desde el Despacho Oval, el escenario elegido por los presidentes para los momentos de crisis. La valoración de los medios no pasa del aprobado raspado.

Pero más allá de la retórica, Obama anunció a sus ciudadanos que exigiría este miércoles a BP ese fondo de plica, una cuenta en efectivo gestionada independientemente, para pagar las compensaciones a los afectados. Dicho y hecho. Y con creces, el Presidente ha conseguido que BP aporte 100 millones más para compensar a los parados por la moratoria de seis meses que ha decretado Obama en las perforaciones frente a la costa.

BP "deberá apartar los recursos necesarios para compensar a los trabajadores y los empresarios que han sido dañados por la insensatez de la compañía", dijo Obama. Y subrayó que ese fondo sería "administrado por un tercero para asegurar que se pagan justa y puntualmente las reclamaciones legítimas".

"No os equivoquéis, lucharemos contra este vertido con todo lo que tenemos y durante el tiempo que sea necesario", dijo Obama en tono solemne, "haremos que BP pague el daño que ha causado. Y haremos lo que sea necesario para ayudar a que la costa del Golfo y sus habitantes se recuperen de esta tragedia".

Reforma para curar la "adicción" al petróleo

No es el único compromiso que pretende materializar. Según fuentes de la Casa Blanca, Obama se reunirá el próximo 23 de junio con los congresistas del partido Demócrata para impulsar la legislación de la energía, actualmente paralizada en el Senado.

Obama recordó que EE.UU. importa más del 20% de la producción mundial de crudo y sólo tiene el 2% de los yacimientos. Y pretende empezar a curar esa "adicción" al petróleo este mismo año

En términos políticos, y dado el coste que supone el vertido para su mandato, Obama intenta convertir la tragedia en una oportunidad para cambiar el modelo energético. "Ahora, no admitiré la inacción como alternativa".

Apela al Congreso para que apruebe una amplia reforma legislativa que ponga precio a las emisiones de CO2 e incentive las energías limpias y las centrales nucleares. Los republicanos no están por la labor y exigen a Obama que se centre en limpiar el vertido.