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BP se hunde un 10% en la Bolsa, mientras anuncia un nuevo plan para recoger crudo

  • Sus acciones han caído cerca de un 50% desde el inicio del vertido
  • La compañía quiere recoger 60.000 barriles diarios en julio

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Las acciones de British Petroleum (BP) se han hundido este lunes cerca de un 10% en la Bolsa de Londres (-9,3%), debido a los temores de los inversores sobre la cuantía definitiva que la Administración Obama exigirá como depósito para cubrir los efectos del vertido de crudo en el Golfo de México. Esas pérdidas han tenido continuidad en Wall Street, donde a mitad de sesión los títulos de la petrolera caían casi un 8%.

"El temor es que BP va a recortar su dividendo y eso se está notando en  las bolsas. No sé cómo de grande será ese recorte, pero BP quiere  mantener contento al Gobierno" estadounidense, ha explicado a Reuters Andy Fitzpatrick,  director de inversiones de Hinsdale Associates, una compañía del estado  de Illinois.

Con el desplome de este lunes, la capitalización de la petrolera británica se ha depreciado cerca del 50% desde el comienzo del vertido. El 20 de abril,  cada una de sus acciones se cotizaba por encima de los 650 euros y este lunes han cerrado a 355 euros.

Objetivo: absorber 60.000 barriles diarios en julio

La caída se ha producido el mismo día que la compañía ha anunciado un nuevo plan con el que confía en aumentar la cantidad de crudo que recupera del yacimiento bajo el mar, que fluye sin control debido al accidente de una de sus plataformas en el Golfo.

Ese plan, elaborado bajo la presión de Washington, podría elevar desde los actuales 15.000 barriles que se absorben al día hasta 40.000 ó 53.000 barriles diarios al final de este mes. A mitad de julio, según BP, podría elevar esa cantidad hasta 60.000 y 80.000 barriles, pero aún no ha garantizado que algún día pueda captar todo el vertido.

Así, el flujo de petróleo puede reducirse, pero no podrá ser frenado del todo al menos, hasta agosto, cuando se espera que termine la reconstrucción completa de la plataforma dañada.

Cuando se cumplen 56 días de vertido, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha visitado por cuarta vez las costas afectadas por el crudo y ha anunciado para este martes su primer discurso televisado a toda la nación desde el Despacho Oval. 

Miles de toneladas de petróleo han contaminado el océano desde que comenzó el vertido el 20 de abril, debido al incendio de una plataforma petrolera situada a 190 kilómetros de la costa estadounidense. El fuego mató a 11 trabajadores y destruyó la instalación, lo que dejó abierto el flujo de crudo.

Después de varios intentos frustrados, la petrolera británica logró colocar una campana que logra absorber parte del crudo que sale del yacimiento. BP ha informado este lunes de que logró captar 15.200 barriles el domingo, con lo que ya habría recuperado un total de 134.500 barriles desde que el sistema de absorción empezó a funcionar el 3 de junio.

Más de 20.000 millones de dólares como depósito

Los residentes en la costa estadounidense del Golfo de México critican la lentitud de BP para luchar contra el vertido, lo que ha multiplicado los daños a varios de sus principales sectores económicos: el turismo y la pesca. Así, aseguran que la compañía británica ha pagado poco para todos los perjuicios que va a causar.

Los senadores demócratas han enviado a BP una carta en la que le instan a entregar 20.000 millones de dólares como un depósito inicial que muestre su buena fé y que no eludirá sus responsabilidades en el pago de daños y perjuicios.

Para algunos corredores de bolsa, la creación de un fondo como ése ayudaría a trazar una línea de borrón y cuenta nueva, pero para otros analistas podría ser el equivalente a entregar un cheque en blanco a la Administración estadounidense.

Este vertido ha creado una crisis sin precedentes tanto a nivel financiero, como legislativo y medioambiental para las petroleras que trabajan en el Golfo de México, según ha advertido este lunes el Servicio de Inversión de la agencia Moody's, que advierte que podría volverse al nivel de producción de crudo de hace dos años.

"El accidente podría tener también un impacto internacional si otros gobiernos con competencia sobre la producción petrolífera en el mar adoptan estos nuevos y más estrictos criterios de Estados Unidos", ha explicado Steven Wood, uno de los directores de Moody's.