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Trichet defiende la credibilidad del BCE, mientras el euro cae a niveles de marzo de 2009

  • "Estamos comprometidos de forma inflexible con los precios", ha insistido
  • La autoridad monetaria europea ha mantenido los tipos de interés en el 1%
  • Trichet ha descartado que el BCE compre deuda de los Estados en crisis

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ECB President Trichet looks on at the start of an eurozone finance ministers meeting in Brussels
ECB President Trichet looks on at the start of an eurozone finance ministers meeting in Brussels

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, ha salido en defensa de la credibilidad de las políticas de la autoridad monetaria europea, especialmente tras su decisión de aceptar la deuda griega pese a su calificación como bono basura, reiterando su compromiso con el que es su principal objetivo, el mantenimiento de la estabilidad en los precios de la zona euro.

Sin embargo, la defensa de la autoridad monetaria no ha contenido la caída del euro en los mercados, de forma que la divisa europea ha cotizado, por primera vez desde marzo de 2009, por debajo de 1,27 dólares; en concreto, se cambiaba a 1,2691 dólares a primera hora de la tarde.

La crisis económica y, en especial en los últimos tiempos, la crisis de deuda que afecta especialmente a Grecia, han obligado al BCE a tener en cuenta otros aspectos además de la inflación. En este sentido, el Consejo de Gobernadores ha decidido este jueves mantener por décimo mes consecutivo los tipos de interés en el 1%, una tasa que representa el mínimo histórico del euro, para seguir alimentando la recuperación.

La intención del organismo monetario era ir retirando esa inyección de liquidez excepcional a lo largo de 2010 a medida que se superase la crisis, pero la situación de Grecia y la posibilidad de un contagio a otros países de la eurozona le han obligado a retrasar las subidas de tipos previsiblemente hasta 2011.

Estamos comprometidos de forma inflexible con la estabilidad de precios

Esto, unido a que algunos de los principales países del euro ya han salido de la recesión, han hecho aflorar los temores sobre un excesivo aumento de la inflación, lo que ha obligado Trichet a salir al paso para apuntalar la credibilidad de sus políticas: "Estamos comprometidos de forma inflexible con la estabilidad de precios en la zona euro", ha subrayado en varias ocasiones durante su comparecencia.

"España y Portugal no son Grecia"

En este sentido, Trichet ha reiterado que el nivel de precios es "adecuado", dada la "baja presión inflacionista" de la zona euro -la inflación se situó en el 1,5% en abril, cuando el objetivo del BCE es que esté por debajo del 2%- y a pesar de las subidas de las materias primas y la energía; también ha insistido en la "gradual retirada de las medidas no convencionales" contra la crisis.

Más complicado le ha resultado justificar la decisión de seguir aceptando la deuda griega en contra de la normativa del banco, que no permite que los bancos obtengan liquidez con deuda calificada como bono especulativo, como ya es el caso de los bonos helenos.

"Fuimos unánimes [en el Consejo de Gobernandores] en pedir a Grecia que estableciera un programa de estabilidad, en aprobar el plan de ajuste acordado y en que era el momento de activar el programa de rescate. Tuvimos una importante discusión sobre cómo ser coherentes con estas tres unanimidades, y hubo una amplia mayoría que apoyó la decisión", ha explicado Trichet. "Es tan claro como el cristal", ha apostillado, aunque también ha señalado que el BCE no comprará deuda soberana de los Estados, como se había especulado.

Cuánto más se posponga la corrección fiscal, mayor será el riesgo y la pérdida de confianza

El presidente del BCE ha reiterado que la quiebra de Grecia no se contempla, aunque ha vuelto a pedir a todos los países del euro que combatan el déficit: "Cuánto más se posponga la corrección fiscal mayor será el ajuste que habrá que hacer, mayor será el riesgo y mayor será la pérdida de confianza", ha comentado.

Dado que la reunión del Consejo de Gobernadores se celebraba en Lisboa -dos veces al año tiene lugar fuera de Fráncfort- y que Portugal está siendo uno de los países afectados por la incertidumbre de los mercados sobre su solvencia, Trichet también ha querido hacer un guiño ibérico: "Ni España ni Portugal son Grecia, es obvio si se miran los datos".