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Uno de cada 3 pasajeros llega con retraso y sin poder defender sus derechos

  • Al 35% no se le dieron explicaciones y al 30% se achacó al avión
  • Las aerolíneas y aeropuertos asiáticos son los mejor valorados

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Llegar con retraso al trabajo por una causa como las cancelaciones en los aeropuertos, no es motivo de sanción en las empresas

Uno de cada tres pasajeros de avión llega con retraso y en la mayoría de los casos no se respetan sus derechos, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que suspende a las aerolíneas españolas.

La OCU, junto con cinco organizaciones de consumidores europeas de Bélgica, Italia, Portugal y Francia, ha realizado una encuesta a más de diez mil pasajeros sobre su experiencia con las líneas aéreas y los aeropuertos.

Respecto a España, donde se han realizado 1.730 encuestas, el informe señala que "los derechos de los pasajeros se pisotean: el aumento del número de viajeros producido por el descenso de precios ha venido acompañado de un descenso aún mayor del respeto a los derechos de los usuarios".

Con retraso y sin indemnización

Los pasajeros encuestados no están muy satisfechos con el servicio prestado: uno de cada tres pasajeros llegó a su destino con retraso y, cuando hubo problemas, en la mayoría de los casos los usuarios no pudieron hacer valer sus derechos.

En el 35% de los casos no se ofreció explicación alguna acerca de la causa del retraso y en el 31% de los retrasos se achacó este a la llegada con retraso del avión.

La asistencia en caso de conflicto (retraso, cancelación, overbooking o pérdida de equipaje) es mala, ya que no se ofreció el folleto explicativo de los derechos más que una vez de cada diez y muchas veces no se informó ni de palabra. En más de la mitad de las ocasiones el cliente no recibe la indemnización a la que tendría derecho, señala la OCU en un comunicado.

Lo que más valoran los pasajeros entrevistados es la puntualidad, seguido de la relación calidad-precio, la limpieza de los aviones, la eficiencia en la facturación y el embarque o el espacio para sentarse.

Mejor las aerolíneas asiáticas

Las cinco aerolíneas mejor valoradas son asiáticas (Singapore Airlines, Cathay Pacific, Emirates, Ethiad y Qatar Airways) y la primera compañía europea se sitúa en la séptima posición, la alemana Tuifly.

En los últimos puestos se encuentran las compañías del área mediterránea, incluyendo a todas las españolas. La mejor situada es Binter Canarias, en el puesto 64 (de las 84 compañías analizadas), Iberia está en el 78 y Spanair en el 81, por delante de Royal Air Maroc, Aerolíneas Argentinas y la francesa XL.com, que es la compañía peor valorada.

El estudio destaca que algunos problemas se producen en la forma de contratación del billete a través de las páginas web, que hace muy difícil conocer cuánto se va a pagar. A las ofertas que lanzan algunas compañías luego se van añadiendo cargos por servicios adicionales que hacen que en algunos casos los pasajeros no conozcan el precio final.

El peor aeropuerto es el de La Habana

Respecto a los aeropuertos, los mejor valorados son asiáticos: Singapur, Tokio y Hong Kong. Los europeos de Oslo y Munich les siguen de cerca. El aeropuerto de La Habana es el peor valorado junto con el de Hurghada en Egipto.

De los españoles, el de Valladolid (en el puesto 14) y el de Zaragoza (en el 17) son los aeropuertos españoles mejor evaluados entre los 150 analizados.

Los de Vigo y La Coruña, entre los puestos 131 y 132, son los peor evaluados. Entre los tres grandes aeropuertos españoles el que mejores valoraciones recibe es el de Barcelona (puesto 48), seguido de Barajas (86) y Palma de Mallorca (91).

Conflictos laborales

La OCU ha analizado, además, las políticas de 19 líneas aéreas respecto a sus trabajadores, el impacto medioambiental y la transparencia en sostenibilidad, junto a la competencia que para las tradicionales ha supuesto la entrada de aerolíneas de bajo costo.

Expone que "tratando de mantenerse a flote" las compañías están apostando por las fusiones y llevando a cabo procesos de reestructuración que desembocan en una mayor conflictividad laboral.

El análisis de la OCU pone de manifiesto que las compañías también deben mejorar en el ámbito ambiental, ya que los aviones producen una contaminación acústica severa, empleando carburantes fósiles no renovables cuya combustión emite gases de efecto invernadero.

La OCU denuncia que en el sector existe resistencia en general a someter sus emisiones a control, excepto los miembros de la Alianza Global Deal, como Air France-KLM y British. Iberia, Lufthansa, SAS y Swiss ya disponen también de una estrategia medioambiental.