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La financiación autonómica se aprueba con una amplia mayoría por un error de CiU y PNV

  • Consigue 192 votos a favor cuando la mayoría está en 176
  • El PP y el BNG votan en contra del nuevo modelo

Por
PLENO DEL CONGRESO
Los socialistas aplauden tras aprobar el nuevo modelo de financiación autonómica.

Un error de CiU y PNV en la última votación sobre el nuevo modelo de financiación autonómica ha permitido que el sistema haya sido aprobado por una mayoría mucho más amplia de la prevista y con los únicos votos en contra del PP y del BNG.

En una jornada atípica repleta de problemas técnicos -fallaron los ascensores y erraron los servicios de la Cámara en el procedimiento-, los diputados de CiU cambiaron su voto, inicialmente en contra de la reforma, y la apoyaron; lo mismo que ocurrió en el caso de los parlamentarios vascos, que en un principio se iban a abstener.

Votación repetida

La ley orgánica del nuevo modelo de financiación autonómica se acabó votando dos veces porque, tras hacerlo la primera vez, el presidente del Congreso se dio cuenta de que no se habían votado las enmiendas de la oposición por un fallo en el cuaderno de votaciones elaborado por los servicios de la Cámara. 

La norma pasó de obtener 180 a 192 votos a favor superando la mayoría absoluta que está en 176. El PNV, que hasta ahora mantenía una tradicional abstención dado que el País Vasco tiene su propio sistema de financiación, apoyó la ley.

CiU, por un error al marcar el sentido de voto, llevó al 'sí' a nueve de sus diputados (el décimo, Jordi Jané, que está en la Mesa del Congreso, sí que votó en contra). "'Otra, otra!", gritaron los diputados del PSOE, comentando que en una tercera votación podrían sumar incluso al PP.

Más problemas

Pero éstos no fueron los únicos problemas, ya que unos 17 diputados, en su mayoría de PP y CiU, no llegaron a tiempo a la votación por haber tenido problemas con los ascensores del Congreso. Al tratarse de una "razón técnica", el  presidente de la cámara, José Bono, tomó la decisión "excepcional" de  permitirles la entrada, lo que suscitó encendidas protestas entre los propios diputados populares.

Uno de ellos, José Eugenio Azpiroz, del PP, se acercó a la Presidencia quejándose de que había habido poco tiempo para llegar al hemiciclo, lo que irritó a Bono que le espetó que la obligación de los diputados es estar en su escaño, con independencia de que funcionen o no los servicios de aviso de votación.  

Se da la circunstancia de que en la votación de Presupuestos un error socialista propició este miércoles que se incluyerá una partida adicional de 300 millones de euros para financiar programas de gestión transferida que correspondían a 14 enmiendas presentadas por CiU.