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Manuel Cobo, el azote de Aguirre bajo los hilos de Gallardón

  • El vicealcalde de Madrid profesa fidelidad y lealtad sin límite a Gallardón
  • En 1991, Gallardón le pidió que fuera en la lista para las autonómicas
  • Ha ocupado cargos como secretario del PP y portavoz en la Asamblea
  • También ha sido consejero de Presidencia y de Hacienda

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Pocos ejemplos de fidelidad y de lealtad sin límite habrá en la vida y en la política como el de Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid,  hacia Alberto Ruiz-Gallardón, por se ha desquitado abiertamente contra Esperanza Aguirre, la eterna rival del alcalde, en esta ocasión por el control de la poderosa Caja Madrid.

Las acusaciones de Cobo a la presidenta de la Comunidad de Madrid hay que entenderlas en el marco de la relación de fiel adhesión que desde hace más de 20 años le une con Gallardón, cuya cercanía está a la altura de la que representaron dos de los personajes más célebres de nuestra ficción literaria, Don Quijote y Sancho.

Como hiciera el caballero andante con su escudero, a quien pidió que le acompañara, hacerle gobernador de alguna ínsula y, sobre todo, "correr muchas aventuras", Gallardón tendió la mano a Cobo para que fuera con él en la lista que encabezó a las elecciones autonómicas madrileñas de 1991.

Cuatro años después, el actual alcalde empezó a ganar elecciones consecutivamente y por mayoría, dos a la Comunidad y las últimas al Ayuntamiento de la capital, y, desde entonces, a su mano derecha no le han faltado "ínsulas" cada vez más notables, y siempre muy cerca de su idealista y ambicioso jefe.

El leonés, de 53 años, ha sido, entre otras cosas y por orden cronológico, secretario del PP en la Asamblea, portavoz popular en la Cámara regional, consejero de Presidencia, responsable de una hiper dotada Consejería de Haciendavicealcalde (ya en el Ayuntamiento), y, siempre y ante todo, mano derecha.

Ruiz-Gallardón al 100%

Ahora, en la batalla por el control de Caja Madrid, Cobo ha vuelto a dar la cara por Gallardón, haciendo gala de una forma de ser pasional y encendida que le ha llevado a calificar de vómito y de ausente de vergüenza la actitud de Aguirre y su equipo en esta nueva "guerra".

En la manera en la que se refería a la presidenta madrileña había cierto contagio de la forma de expresarse del alcalde, amante de las citas literarias -recurrió a Bertolt Brecht en varias ocasiones-; pero también de su estilo personal, más ingenioso y bromista, cuando hablaba de "la gestapillo" montada por la Comunidad para "espiarle".

No oculta de donde viene -"todo el mundo sabe que en política soy de Ruiz-Gallardón al 100%"- y salta a la vista que para él, antes que cualquier cosa, incluido el partido, está su jefe. Por eso nadie ha calibrado nunca la posibilidad de que ascienda a alcalde si Gallardón dejara el puesto y a no ser que éste se lo pidiera.

Las veces que se ha lanzado al ruedo en defensa del alcalde son tan célebres como innumerables y se hicieron notar a partir de 2004, cuando trató de disputar a Aguirre la secretaría del PP de Madrid, aunque finalmente retiró la candidatura por falta de apoyos.

Explosión tras perder los Juegos

Ante cada órdago que Aguirre ha lanzado a Gallardón en los últimos años a Cobo se le ha visto encendido, irritado, pero siempre que el alcalde se lo ha pedido, contenido.

Tanto como lo había estado hasta ahora en el caso de Caja Madrid por el bien de la imagen de unidad de la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos de 2016, el proyecto más importante del alcalde que, como no podía ser de otro modo, estuvo capitaneado en todo momento por el vicealcalde.

Hasta que Madrid fue descartada para los Juegos, Cobo había defendido con ahínco que las discrepancias en la Caja no eran con Aguirre sino por el bien de los intereses de la capital. Pero muerto el olimpismo, floreció la sinceridad.