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Tras la dimision del primer ministro, los peruanos piden ya la cabeza del presidente Alan García

  • Yehude Simon ha confirmado su cese anunciado tras la crisis con los indígenas
  • Los conflictos sociales se multiplican en el país, que acusa los efectos de la crisis
  • El miércoles la policía detuvo a más de 150 personas y este juves hay otra huelga
  • En la recta final de mandato, el presidente es cada vez más impopular

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Manifestantes con el ataúd simbólico del primer ministro dimisionario Yehude Simon, este miércoles en Lima.
Manifestantes con el ataúd simbólico del primer ministro dimisionario Yehude Simon, este miércoles en Lima.

La conflictividad social se ha cobrado este miércoles la cabeza del primer ministro de Perú, anunciada tras la revuelta indígena, pero en las calles se pide ya la dimisión del presidente Alan García, acosado por la crisis económica.

Este jueves está programa la tercera consecutiva de movilizaciones convocada por los sindicatos, que protestan por la deriva derechista del gobierno de García, que ha reiterado su intención de proseguir con la liberalización económica.

El miércoles, las manifestaciones paralizaron varias ciudades del interior del país --no así la capital Lima-- y 156 personas fueron detenidas en diversos incidentes.

Perú, donde más un tercio de la población vive en la pobreza, empieza a sentir la crisis global con una caída de la economía (-2,1,% del PIB en abril) y un paro en alza. A principios de julio estaban registrados 226 conflictos laborales.

Pero las protestas se remontan ya un año, en el que han convergido las reivindicaciones regionalistas, ecologistas, financieras y políticas, sin que las numerosas mesas de diálogo instaladas por el Gobierno consigan calmar las tensiones.

Aunque la situación más grave se vivió el mes pasado cuando 24 policías y entre nueve y 40 indígenas murieron en las protestas en la Amazonía. Los nativos consiguieron que el Gobierno retirara los decretos derivados del Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos que abrían la selva a las inversiones de las multinacionales.

Hace unos días, el primer ministro Yehude Simon ya anunció que renunciaría una vez se resolviera la cuestión y este miércoles, antes de que García le relevara, ha presentado su "dimisión irrevocable" y ha asumido el "costo político" de las muertes del mes pasado.

No obstante, en las manifestaciones en Lima ya han enterrado simbólicamente un ataúd de Simon y han pedido en numerosas pancartas el cese del propio García, al que llaman "sicario de los ricos".

Además, las organizaciones indígenas han exigido que el Gobierno dé garantías para que su líder, Alberto Pizango, pueda regresar a Perú tras verse forzado a asilarse en Nicaragua durante la crisis.

Así las cosas, las encuestas reflejan un descontento con la gestión de García en su máximo desde el inicio de su mandato en el 2006 (el 67% de la población lo suspende). Las próximas elecciones presidenciales deben celebrarse en el 2011.