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Bush advierte sobre las consecuencias de un "colapso incontrolado" del sector del automóvil

  • El presidente de Estados Unidos duda sobre si dar ayudas a esta industria para salvarla
  • La Casa Blanca abre la puerta a una bancarrota controlada de estas empresas
  • Sin embargo, Bush dice que no quiere legar una catástrofe a Obama

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Bush, duranta una charla en el Instituto Americano de Empresa.
Bush, duranta una charla en el Instituto Americano de Empresa.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha anunciado que la Casa Blanca quiere evitar un "colapso incontrolado" de las grandes empresas automovilísticas del país, que podría minar aún más la confianza en los mercados financieros, aunque se plantea una quiebra controlada de las mismas.

Bush, que deja el puesto el 20 de enero, se está planteando incluir dentro del plan salvamento de la industria financiera ayudas a los fabricantes de automóviles, aunque no ha tomado una decisión final.

"Estoy preocupado por una bancarrota desordenada y lo que supondría para la psicología y los mercados, pero también estoy preocupado sobre dar dinero para premiar una mala gestión y si estas empresas de automoción son o no viables en el futuro", ha matizado.

Con todo, ha mostrado su predisposición a aprobarlo al subrayar que no quiere dejar una "gran catástrofe" a Obama en sus primeros días en el cargo.

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, ha dicho que está "muy cerca" de llegar a una decisión sobre la concesión de ayudas económicas a los fabricantes de automóviles pero se ha negado a ser más específica.

Quiebra controlada

Es la primera vez que la administración de Bush admite públicamente que está considerando la quiebra de uno o varios de los Tres Grandes de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler) a pesar de las advertencias que el cese de actividades de uno de ellos provocará graves pérdidas económicas y laborales.

Las palabras de Bush y Perino se producen un día después de que Chrysler anunciase que dejará de producir vehículos en Estados Unidos durante un mes, desde mañana hasta el 19 de enero, como consecuencia de la caída de la demanda de sus productos.

La decisión de Chrysler provocará el parón total de las 30 plantas de producción (desde plantas de montaje hasta fábricas de motores, transmisiones y estampado) que el fabricante tiene en Estados Unidos (22), México (5) y Canadá (3).

El segundo fabricante estadounidense de automóviles, Ford, que se encuentra en mejor situación financiera que GM y Chrysler, también dijo que durante tres semanas 10 de sus 12 plantas de montaje en Norteamérica pararán sus actividades al extender una semana las tradicionales vacaciones navideñas.

A principios de noviembre un estudio dijo que Estados Unidos perdería 3 millones de empleos si los Tres Grandes de Detroit cesasen sus operaciones.

En caso de que sólo uno de los Tres desapareciese las pérdidas de empleos sumarían 2,4 millones de personas en el 2009 y las económicas 125.000 millones de dólares. En 2011, las pérdidas laborales se reducirían a 1 millón.