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Dos nuevas muertes se suman a la larga lista de periodistas rusos asesinados

  • La última víctima es un activo luchador contra las corrientes fundamentalistas del islam
  • Fue tiroteado en su coche por varios asaltantes y no se pudo hacer nada por su vida
  • Sólo tres días antes, otro periodista opositor fue asesinado bajo custodia policial
  • Desde que en 2000 Putin llegó al poder, han sido asesinados 22 periodistas rusos

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Dos periodistas rusos han sido asesinados en los últimos tres días, un hecho que pone de relevancia los grandes riesgos que supone ejercer esta profesión en el país de Vladimir Putin. La última víctima es Abdulla Alishayev, un afamado reportero de la república de Daguestán -en el Cáucaso Norte- que ha sido tiroteado por varios asaltantes cuando se encontraba en el interior de su vehículo.

Alishayev recibió varios tiros en la cabeza y el hombro. Según la policía, dos individuos se acercaron al vehículo del periodista y efectuaron contra él varios disparos. Fue operado pero la gravedad de las lesiones era tal que los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida.

El periodista asesinado era un activo luchador contra las corrientes fundamentalistas y radicales del islam, en particular contra el wahabismo, con gran influencia en el movimiento separatista chechén. Además, fue coautor del documental "El wahabismo corriente", título elegido por analogía con el del realizador soviético Mijaíl Romm "El fascismo corriente", que trata sobre el ascenso y la caída del nazismo.

Sólo tres días antes, el pasado domingo, otro reputado periodista de la república de Inghusetia -también en el Cáucaso-, Magomed Yevloyev, perdió la vida después de que recibiera un "balazo fortuito", según la versión de los agentes de policía que en el momento de su muerte le custodiaban.

Yevloyev era fundador y propietario de página web opositora  "ingushetiya.ru" y su muerte ha conmocionado a buena parte de la sociedad rusa, que clama contra las represivas medidas a las que constantemente hacen frente los periodistas para trabajar en Rusia.

El asesinato de estos dos periodistas coincide con la crisis que vive la zona del Cáucaso, tras el reconocimiento del presidente ruso, Dimitry Medvedev, de la independencia de las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.

Dos años de la muerte de Politkovskaya

Además, el próximo 7 de octubre se cumplen dos años del vil asesinato de la periodista Anna Politkovskaya, acribillada en el ascensor de su casa cuando regresaba de trabajar. Dos años después, este crimen permanece impúne, al igual que los de la otra veintena de periodistas que han sido tiroteados en Rusia desde que en 2000 Vladimir Putin llegó al Kremlin. La causa de estas muertes no fue otra que ejercer la libertad de expresión e información.

Según relatan en algunos sitios webs, la muerte de Magomed Yevloyev tiene un marcado tinte revanchista. Según ha trascendido, le detuvieron los servicios de seguridad en el aeropuerto de la capital de Ingushetia, Nazran, cuando bajaba de un avión en el que también viajaba el jefe del Estado de Ingushetia, Murat Zyazikov.

Sólo una hora más tarde se lo llevaban inconsciente camino del hospital, con un disparo en la cabeza, pero la gravedad de las heridas impidió ayudarle. Hasta ahora han trascendido dos versiones de lo que supuestamente ocurrió. Por un lado, la de la Policía, que asegura que fue un "disparo fortuito" a un individuo que se resistía a ser detenido.

Pero un amigo de Yevloyev que había ido al aeropuerto ha buscarle sostiene que los agentes le dispararon deliberadamente, una vez que se encontraba ya en el coche.

Un largo historial de amenazas

Tras conocer su muerte, dos centenares de personas se manifestaron en el centro de la capital de Ingushetia en contra de los sucedido y tras varias horas, la policía disolvió la protesta en Nazrán.

Según cuenta periodista-es.org, no era la primera vez que Yevloyev veía peligrar su vida. En 2007, tuvo conocimiento de que el presidente Murat Zyazikov ¿el mismo que fue compañero en su último viaje- había contratado a un asesino a sueldo para eliminarle. En contra de lo que esperaban sus enemigos, Yevloyev no sintió miedo y se decidió a denunciar en su periódico el peligro que corría su vida.

Las amenazas continuaron y no sólo contra él, también su famiila y sus trabajadores fueron objeto de este tipo de violencia psicológica. La redactora jefa de su publicación, Rosa Malsagova, se haya visto obligada a abandonar el país y pedir asilo político en un país de la Unión Europea.

El portal de Yevloyev llevaba varios meses clausurado por sus críticas a las instituciones judiciales, aunque tras su muerte sus compañeros sí han informado a los lectores del modo en que el fundador de este medio de comunicación fue asesinado.

Desde Reporteros sin Fronteras han mostrado su indignación ante la muerte de Yevloyev, al que definen como "un periodista que, en varias ocasiones, demostró su valor y determinación para dar información independiente sobre Ingushetia, a pesar de las presiones y las amenazas que pesaban sobre él, y su familia".

Además, su página web publica un comunicado en el que exigen que esta "muerte no quede impune". "Es indispensable que la comunidad internacional, y especialmente la Unión Europea, exijan saber lo que ha ocurrido realmente y quién es el responsable de la muerte del periodista. Las explicaciones de las autoridades no se sostienen" afirman desde esta organización.