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Birmania, libre de epidemias pero con escasas reservas de agua potable

  • Los muertos por el paso del ciclón Nargis ya llegan a los 134.000
  • La Junta Militar está dando un lavado de cara a los campos de refugiados
  • Todo preparado para la llegada de los cooperantes internacionales
  • La Organización Mundial de la Salud alerta sobre la falta de agua potable

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Tres semanas después de que el ciclón Nargis arrasara el sur de Birmania, que ha dejado al menos 134.000 muertos y más de 2,5 millones de damnificados, según datos de la ONU, no se han registrado por el momento brotes de enfermedades tropicales en las zonas afectadas. Sin embargo, los cargamentos de ayuda humanitaria no está llegando suficiente agua potable, según ha indicado la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Según el documento hecho público por la representación de la OMS en Birmania, hasta ahora el número de casos de cólera, dengue y malaria, los males más temidos, "se encuentra dentro de lo normal en este periodo estacional".

La OMS advierte de que beber y bañarse en agua contaminada por la putrefacción del lodazal dejado por el ciclón eleva el riesgo de que las víctimas padezcan diarrea y disentería, que debilitan las defensas naturales e incrementa la vulnerabilidad a otros contagios.

Fuentes de otras organizaciones y agencias de ayuda humanitaria, coincidieron en que las últimas lluvias están provocando un aumento de las enfermedades respiratorias en aquellos damnificados que apenas tienen plásticos para cubrirse y carecen de mantas secas.

Los campos de refugiados, listos para las visitas

Por su parte, la Junta Militar ha ordenado poner a punto los campos de refugiados en el delta del río Irrawaddy, a donde se prevé la llegada de los primeros cooperantes extranjeros.

Ordenadas filas de tiendas impolutas aguardan a los expatriados, que podrán visitar la zona más afectada por el ciclón tras el acuerdo alcanzado el pasado viernes entre el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el máximo líder birmano, general Than Shwe, en la fortaleza del régimen, en Naypidaw.

En los campos situados a lo largo de la carretera que atraviesa la región era visible el bullicio de funcionarios gubernamentales y soldados trasladando de forma apresurada enseres, sacos de comida y otro material de emergencia, para que los recintos ofrezcan el mejor aspecto posible.

Uno de los guardas confirmó que esta semana tendrán la visita de varios extranjeros, aunque hasta el momento sólo UNICEF ha obtenido autorización por escrito para mandar a seis expertos -cinco asiáticos y un occidental- a Labutta, población situada en la otra punta del delta.

Esta zona del país vive una situación extrema, ya que más del 75% de las infraestructuras sanitarias, ya de por sí precarias antes de la tormenta en el delta del río Irrawaddy, han sido destruidas, según datos de la OMS.

Por ello, los cooperantes extranjeros confían en que la Junta Militar cumpla su compromiso de dejarles acceder sin trabas al delta para transportar medicinas y llevar a cabo masivas campañas de vacunación.