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Análisis

Epstein acabó con el (ex) príncipe Andrés, ¿acabará con Donald Trump?

  • El caso del pederasta Jeffrey Epstein abre brechas entre los seguidores, hasta ahora incondicionales, de Donald Trump
  • Ningún documento le acusa de pederastia, pero hay sospechas por la resistencia de su gobierno ante los "archivos Epstein"
Epstein acabó con el (ex) príncipe Andrés, ¿acabará con Donald Trump?
Dos mujeres sostienen imágenes de Donald Trump y Jeffrey Epstein durante la protesta "No Kings", en Dallas, el 14 de junio de 2025 Zuma Press Wire/DPA/Jaime Carrero

"Podría disparar a alguien en plena 5ª Avenida [de Nueva York] y no perdería ni un voto", de eso se jactó el candidato Donald Trump en su primera campaña electoral, en enero de 2016, y sus dos victorias electorales (2016 y 2024) le han dado la razón. Inmune en las urnas a cualquier escándalo. Por lo menos hasta ahora.

Como candidato oímos a Trump referirse a mujeres con lenguaje vulgar y despreciar su dignidad con aquello de que "si eres una estrella, te dejan hacerles lo que quieras, agarrarlas por el coño, lo que quieras". No le impidió salir elegido. Mujeriego y adúltero, cuenta con los fundamentalistas cristianos como principal base electoral; alentó una revuelta violenta, un intento de golpe de Estado, a base de repetir una mentira, que la victoria de Joe Biden en 2020 no fue legítima y que había que luchar por "retomar el país", al no aceptar el resultado electoral se saltó la Constitución que juró defender al asumir el cargo. Más recientemente un tribunal lo halló culpable de 34 delitos, Trump prometió una segunda presidencia vengativa, contra quienes lo acusaron e investigaron y así lo está haciendo, y en general actúa de modo alarmantemente autoritario. Y, aún así, el número de votantes que lo prefirieron a él hace un año aumentó, no disminuyó, y el Partido Republicano se ha plegado a sus deseos.

Todo eso hace pensar que sí podría disparar a alguien en plena 5ª Avenida y no perder ni un voto, pero tal vez sí los perderá por la gestión y las revelaciones de los llamados archivos Epstein, de Jeffrey Epstein, el inversor multimillonario condenado por proxenetismo con chicas menores de edad, y que se suicidó en su celda en 2019, antes del juicio.

Donald y Melania Trump junto a Jeffrey Epstein y la socialité británica Ghislaine Maxwell en una fiesta en febrero de 2000 Getty Images/Davidoff Studios

Millones, lujo, fama y lujuria

Hubo dos décadas, los 80 y 90 del siglo pasado, en que Epstein y Trump formaban parte de una misma élite multimillonaria, amante del lujo, la noche, el exhibicionismo social, y el sexo. Ambos además coincidían en tener dos campos base, Nueva York y Florida. Hasta ahí nada fuera de lo común entre los ricos y famosos de aquellos años de exuberancia. "[Jeffrey Epstein] es un tipo divertido. Incluso dicen que le gustan las mujeres bonitas tanto como a mí, muchas de ellas jovencitas" dijo Donald Trump en una entrevista en 2002. "He sido el amigo más cercano de Donald durante diez años" afirmó Jeffrey Epstein.

La primera condena contra Epstein por abusar de menores llegó en 2008, la relación con Trump, según ambos amigos, ya había terminado cuatro años antes, en 2004, un año antes de que acusaran a Epstein de abusar de una chica de 14 años (2005). Trump rompió la amistad por "el comportamiento de Epstein", según la casa Blanca; por un enfrentamiento en un negocio inmobiliario, según la prensa estadounidense. Cuentan varias fuentes que Trump también estaba molesto porque Epstein "le quitaba", contrataba, chicas de Mar-a-Lago, su resort en Palm Beach (Florida), como fue el caso de Virginia Giuffre, la mujer que acusó al expríncipe Andrés, y que se suicidó poco antes de que se publicaran sus memorias.

Un grupo de jóvenes manifestantes sostiene fotografías de Jeffrey Epstein y Donald Trump frente al Tribunal Federal en el centro de Manhattan el 8 de julio de 2019, donde Jeffrey Epstein fue acusado de tráfico sexual de menores y conspiración para cometer tráfico sexual de menores. Luiz C. Ribeiro/New York Daily News/Tribune News Service vía Getty Images

Antes y después de 2005-2008

La cuestión se complica para los amigos de Epstein cuando empiezan a investigarlo (2005), y condenarlo (2008), por pederastia y tráfico de mujeres. A partir de ese momento, cualquiera que hubiese frecuentado su compañía pasó a ser visto como un potencial cliente de ese negocio oculto. Negocio de sexo y de influencias, un gran círculo de amigos o conocidos que comparten los secretos de lo que ocurre en las mansiones del multimillonario, esa economía del trueque del "hoy por mí, mañana por ti", de no poder negarte a hacer determinados favores y ofrecer determinados privilegios.

Cuanto más se sabe del ambiente que rodeaba a Epstein y de los nombres que figuran en su agenda, más surge la duda de si hubo alguien poderoso que no pernoctara en alguna de sus mansiones o volara en su avión privado. Algunos nombres de la agenda que han trascendido son Elon Musk, el ex Príncipe Andrés, Bill Gates, Bill Clinton, Peter Mandelson, Michael Jackson, Donald Trump...

Entonces surgen las preguntas para todos ellos. ¿Hasta cuándo duró su amistad? ¿Usó los "servicios" que ofrecía Epstein con mujeres jóvenes? ¿Sabía de ese tráfico de personas? Interrogantes sobre cualquiera cuyo nombre figure en esa famosa lista Epstein que aún no se ha hecho pública al completo. En campaña, y aquí viene una cuestión central, Donald Trump prometió hacer pública toda la documentación sobre el pederasta, pero una vez en el gobierno no lo ha hecho y niega, siquiera, que exista una lista de clientes de Epstein. Y ahí está la línea roja para el movimiento MAGA (Make America Great Again) que aupó a Donald Trump hasta la Casa Blanca. Les prometió limpiar el lodazal de Washington y las élites, señaló que la muerte de Epstein fue parte de una conspiración demócrata que él iba a destapar, que Epstein tenía una lista de nombres poderosos, muchos del Partido Demócrata, implicados en delitos sexuales, y cuando puede revelar esa conspiración no lo hace y protege esos documentos. Es más, ahora el FBI y la Fiscal del Estado dicen que no hay nada, ni rastro de la lista ni del asesinato de Epstein.

Qué revelan los mensajes publicados sobre Jeffrey Epstein y Donald Trump

¿Son tan dañinos para Trump como han sido para el expríncipe Andrés el testimonio y las memorias póstumas de Virginia Giuffre? No. No hay nada en lo publicado que acuse a Donald Trump de haber abusado sexualmente de menores. Sí aparece un correo de Epstein donde dice que Trump "sabe lo de las chicas porque le pidió a Ghislaine Maxwell [la pareja y proxeneta cómplice que está en la cárcel] que parara". La pregunta es obvia, ¿qué sabía Donald Trump de las chicas de Maxwell y Epstein para que les pidiera que dejaran de hacerlo? Según el periódico New York Times, en esos miles de documentos desclasificados Epstein afirma que Donald Trump sí sabía del abuso sexual de menores, pero que nunca participó en ello, "nunca recibió un masaje" escribió Epstein en un correo. Las "empleadas" de Epstein eran oficialmente masajistas.

Qué sabía Donald Trump y cuándo lo supo son dos cuestiones cruciales. ¿Sabía de la explotación sexual de mujeres menores de edad? ¿Mantuvo su amistad con Epstein, a pesar de saberlo? La cronología de las investigaciones y condenas contra Jeffrey Epstein es importantísima. Donald Trump no entró en política hasta 2015, y su primer mandato fue del 20 de enero de 2017 al 20 de enero de 2021.

Hay más afirmaciones crípticas en los mensajes de Epstein que se han hecho públicos, en uno de 2011, cuando ya no eran amigos y el pederasta ya había sido condenado, escribe "[Trump] es el perro que aún no ha ladrado", refiriéndose a que no lo habían mencionado en ninguna investigación. Y añade "una victima [palabra con la que al hacer públicos los textos los congresistas han sustituido en nombre de la chica] pasó horas en mi casa con él [Trump]". La Casa Blanca ha revelado el nombre que los congresistas demócratas habían ocultado, la difunta Virginia Giuffré. Se da la circunstancia de que Giuffre declaró que, en efecto, había coincidido con Donald Trump, pero que nunca le vio un comportamiento inadecuado y que tuvo siempre un trato "amigable" con ella. Si la chica que pasó horas con él fue Giuffre, y su testimonio vale, Trump no cometió ningún acto delictivo.

Un hombre señala una fotografía del presidente estadounidense Donald Trump y el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein en Londres

Un hombre señala una fotografía del presidente estadounidense Donald Trump y el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein en Londres Getty Images/Leon Neal

Conspiraciones de pederastas y el movimiento MAGA

Durante la primera campaña presidencial de Donald Trump, frente a Hillary Clinton, en 2016, creció una teoría conspirativa que acusaba al Partido Demócrata y a su candidata a formar parte de una red de pederastia. El bulo se conoció como el Pizzagate porque la teoría ubicaba esa red en el sótano, inexistente, de una pizzería de Washington. Por descabellado que parezca, el bulo caló entre la extrema derecha hasta el punto de que un hombre armado viajó hasta la capital con intención de tomarse la justicia por su cuenta.

En la segunda campaña, la de 2020 frente a Joe Biden, unos seguidores evangelistas de Trump en Florida me quisieron convencer de la existencia de esa red pederasta, y de que el propio Joe Biden era un pederasta, y aseguraban, mostrándome un post en Facebook, que había pruebas contundentes de que había violado a una niña de su familia.

El poso sedimentado durante una década en un sector de las huestes electorales de Donald Trump se le vuelve ahora en contra. ¿Qué hay en esos archivos para que el gobierno Trump se niegue a hacerlos públicos, a pesar de haberlo reclamado y prometido?

Tumbar a Trump

A finales de 2018 el periódico Miami Herald publicó una serie de informaciones sobre Epstein y sus contactos con el gobierno de Donald Trump, en un intercambio de correos con un interlocutor desconocido, éste lo atribuye a una campaña "para tumbar a Trump", a lo que Epstein responde "sí. Es salvaje. Porque yo soy quien es capaz de tumbarlo". De nuevo, preguntas importantes. ¿Qué sabía Jeffrey Epstein contra el entonces presidente de los Estados Unidos para pensar que tenía sobre él esa capacidad destructiva?

En ese momento, diciembre de 2018, Donald Trump estaba terminando el segundo año de su primera presidencia y podía optar, como se ha visto, a un segundo mandato. ¿Consideraba el pederasta que tenía capacidad para destruir el futuro político de Donald Trump? Si ese material existe, ¿está en los dichosos archivos Epstein que el gobierno Trump tanto se resiste a publicar en su totalidad? Jeffrey Epstein no puede testificar porque murió, oficialmente por suicidio, en su celda en agosto de 2019, cuando apenas llevaba un mes en prisión preventiva por "pagar a chicas menores de 18 años para que mantuvieran actos sexuales" en sus mansiones de Manhattan y Florida entre 2002 y 2005. Donald Trump, que alimentó la tesis de que no fue un suicidio, sino parte de una conspiración, era presidente cuando Epstein falleció.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Andrew Mountbatten Windsor en 2019 Getty/Samir Hussein

No es el caso del expríncipe Andrés

Andrew Mountbatten-Windsor, que fue el hijo favorito de la reina Isabel II, llevaba más de una década de escándalos económicos sirviéndose de ser quien era, el Príncipe Andrés. Poco a poco sus tejemanejes financieros lo fueron apartando de las responsabilidades oficiales, pero el repudio ha llegado con las memorias póstumas de Virginia Giuffré y las pruebas de que mantuvo la amistad con Epstein cuando a éste ya lo investigaban por pederastia. El rey Carlos, su hermano mayor, lo ha despojado de su título nobiliario, ahora es solo un ciudadano con nombre y dos apellidos. A secas. Y lo ha desterrado de la finca real de Windsor.

¿En qué se diferencia Donald Trump? Lo más importante hasta hora es que no hay ninguna prueba de que Trump cometiera ningún delito. Y hay diferencias institucionales. Donald Trump está en su segunda presidencia, la última, según estipula la 22 enmienda constitucional. El mandato de un presidente dura cuatro años y sólo se interrumpe por muerte, dimisión o por destitución vía impeachment. Con la información que tenemos no hay pruebas para un posible impeachment, no hay modo de "tumbarlo", hay que contar con que Donald Trump, si la salud lo acompaña, estará en la Casa Blanca hasta el 20 de enero de 2029 al mediodía.

¿Por qué, entonces, los demócratas ponen tanto empeño en que se desclasifique y publique todo el material sobre el difunto Jeffrey Epstein? Porque es la primera vez que un asunto ha hecho mella en las bases trumpistas, y está ocasionando grietas en el Partido Republicano que, hasta la fecha, obedecía al líder. Esta semana que viene esas disidencias se verán muy probablemente en la Cámara de Representantes, y algunos votarán a favor de la moción del Partido Demócrata para que se publiquen todos los documentos de Epstein.

La mirada de la oposición demócrata está puesta en las elecciones legislativas del año que viene, su objetivo es lograr que los republicanos pierdan la mayoría que ahora tienen en las dos cámaras del Congreso federal. Con una mayoría en contra el presidente Trump tendría más obstáculos para la expansión de su poder ejecutivo, que en estos diez meses de segunda presidencia parece avanzar sin frenos.