El caso Epstein vuelve a varios seguidores de Trump en su contra y él reniega de ellos: "¡Ya no quiero su apoyo!"
- El presidente llevaba años alimentando una teoría de la conspiración de la que ahora no quiere hablar
- En redes sociales son muchos los vídeos de seguidores quemando las gorras del trumpismo
El presidente estadounidense Donald Trump afronta la primera crisis interna entre sus bases. Su negativa a desclasificar los papeles del caso Jeffrey Epstein, amigo suyo e investigado por mantener relaciones sexuales con menores, ha provocado decepción y polémica. Muchos de sus seguidores esperaban del republicano la transparencia total prometida, sin excepciones, y ahora se le vuelven en contra.
"La nueva estafa (de los demócratas) se llama ahora 'el Engaño de Jeffrey Epstein' y mis antiguos seguidores han caído en esta 'tontería' por completo. No han aprendido la lección", ha escrito el mandatario en su red Truth Social.
Trump cuestiona que a pesar de que ha "tenido más éxito en seis meses que quizá cualquier presidente en la historia de EE.UU.", de lo único que se habla es del "bulo" de Epstein. "Dejen que estos débiles sigan adelante y hagan el trabajo de los demócratas. Ni se les ocurra hablar de nuestro éxito increíble y sin precedentes, ¡porque ya no quiero su apoyo!", zanja en la publicación.
De arma electoral a problema de Gobierno
Quién le iba a decir a Donald Trump que sería la sombra de este amigo con el habla en una fiesta de 1992 la nueva amenaza de su segundo mandato como presidente. Ni la guerra arancelaria, ni las críticas por su autoritarismo. Ni siquiera sus cuentas con la justicia, es Jeffrey Epstein quien le atormenta, el multimillonario pederasta encontrado muerto en su celda en 2019.
Trump lleva años alimentando una teoría de la conspiración: que Epstein no se suicidó y que tenía una lista con nombres de poderosos, muchos del Partido Demócrata involucrados en delitos sexuales.
En campaña prometió que revelaría toda la verdad y por eso, sus bases más ardientes no entienden ahora que el FBI y la Fiscal del Estado anuncien que no hay nada: ni rastro de la lista ni del asesinato de Epstein.
En redes sociales son muchos los vídeos de seguidores quemando las gorras del trumpismo. Y las caras más visibles del movimiento piden la dimisión de la Fiscal. "Estaré aquí todo el tiempo que quiera el presidente", ha zanjado ella.
Trump, de momento, la defiende, pero no quiere ni oír hablar del tema: ¿Seguís hablando de Epstein?", respondía a los periodistas. Busca pasar página cuanto antes y que todas sus bases lo hagan. "No entiendo por qué están tan interesados si lleva muerto mucho tiempo". Dice que Joe Biden y Barack Obama se inventaron la existencia de los archivos, pero no ha explicado por qué tanto él, como miembros relevantes de su Administración, llevan tantos años reclamándolos si no eran más que una simple invención.
Pero el problema para Trump es que han sido él y los suyos quienes se han nutrido de la conspiración, culpando a los demócratas de ocultar la verdad. Ahora que él tiene la llave de los papeles, se le ha vuelto en su contra.