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El peor Real Zaragoza de la historia, una trituradora de entrenadores en 12 años consecutivos en Segunda

  • El conjunto aragonés lleva 23 técnicos desde su descenso en 2013, con una medida de casi dos por año
  • Los maños son colistas tras la destitución de Gabi y la supuesta interinidad de Emilio Larraz
La difícil misión de ser entrenador en el Real Zaragoza en sus 13 años en Segunda
Fotomontaje con Gabi, Víctor Fernández, Fran Escribá, Rubén Baraja y Lucas Alcaraz, en su etapa en el Real Zaragoza RTVE.es / EFE

Hundido en la cola de la Liga Hypermotion tras caer con el Almería, el Real Zaragoza cesó este domingo, precisamente en el Día de El Pilar, a su entrenador Gabi Fernández, séptimo en los tres años y medio que lleva la nueva propiedad al frente del club aragonés, que deja a Emilio Larraz, hasta hoy técnico del Deportivo Aragón, como el capitán de un barco a la deriva desde hace mucho tiempo.

La derrota en el último encuentro de Liga de la temporada 2012/13 ante el Atlético (1-3) en La Romareda condenó al equipo aragonés al pozo de Segunda División, del que no ha podido salir en 12 años, en la racha más larga del club fuera de la máxima categoría de un total de 25, con el punto más bajo en la temporada 2016/17 cuando el equipo se salvó del descenso a Segunda B en la penúltima jornada.

El elegido para sustituir a Gabi es Emilio Larraz, el vigesimotercer técnico desde 2013, lo que significa que el Real Zaragoza utiliza, desde su último año en Primera, casi dos entrenadores por año, lo que aviva el debate de la falta de fe en un proyecto deportivo que se enfoque en el largo plazo en vez de quedarse en el mero, aunque necesario, aspecto resultadista del fútbol.

Desde Paco Herrera como el elegido para devolver al equipo a Primera tras el descenso con Manolo Jiménez al frente, hasta la incógnita que representa Larraz, a punto estuvo de cuajar el sueño de volver con los grandes, en las etapas del serbio Ranko Popovic, en 2015, y en 2020 en la tercera etapa histórica de Víctor Muñoz, tras una liga regular donde el equipo se desplomó tras reanudarse la competición por la COVID-19; a pesar finalizar terceros, un nuevo aplazamiento hizo que su máximo goleador, Luis Suárez no pudiera disputar el playoff al verse obligado a regresar al Watford.

Aún no se conoce si Emilio Larraz, al igual que David Navarro en 2024 tras la cuarta etapa de Víctor Fernández, será un entrenador con carácter interino en un club que ha tenido como inquilinos de su banquillo a entrenadores de reconocido prestigio como Lucas Alcaraz en 2018, quien duró solo dos meses, Rubén Baraja, tres meses en 2020 o Fran Escribá, de noviembre de 2022 al mismo mes del año siguiente.

Lejos del sueño de regresar a Primera

En la temporada 2019/20, los maños estuvieron a dos pasos de regresar a Primera tras finalizar terceros en la Liga regular, pero su derrota en las semifinales del playoff ante el Elche, les mantuvo en la división de plata hasta hoy, donde el cambio de propiedad del club en mayo de 2022, en manos del grupo inversor estadounidense que controla el Inter de Miami, no ha logrado enderezar su rumbo.

Más cerca se quedaron en 2015, cuando tras acabar sextos la Liga, sucumbieron en la final del playoff de ascenso ante la UD Las Palmas, con un resultado global de 3-3 que dio el ascenso a los canarios por su mejor clasificación en la fase regular, cuartos detrás de Betis, Sporting y Girona.

El año pasado, en la enésima situación crítica del conjunto zaragozano, el club acudió a Gabi, exfutbolista de Real Zaragoza y Atlético, para lograr salvarse del descenso, lo que ocurrió en la penúltima jornada de Liga con la victoria ante el Deportivo de La Coruña (1-0) en el último encuentro de la vieja Romareda, actualmente en remodelación.

Pero, de nuevo, la apuesta no ha salido bien, con el equipo colista con tras firmar el peor arranque de su historia en Segunda -3 puntos de 18 posibles en 6 jornadas-, pero la derrota ante Córdoba y Almería después de la fugaz alegría de su triunfo ante el Mirandés en Anduva, ha colocado una losa demasiado pesada para una afición que vive en un perpetuo estado de desilusión.