A la final del Mundial de rugby con ayuda de un 'crowdfunding': la historia familiar de la selección de Canadá
- Detrás del éxito de las jugadoras norteamericanas hay un proyecto que ha crecido poco a poco
- Final del Mundial femenino de rugby: Inglaterra - Canadá, en directo este sábado a las 17.00 h en RTVE Play
La selección canadiense es la sensación del Mundial femenino de rugby, donde se jugará el título con Inglaterra tras eliminar a Nueva Zelanda. Puede parecer osado, pero no es más que el compromiso que hizo a sus aficionados cuando les pidió dinero con la campaña Misión: Ganar la Copa del Mundo 2025.
"Su donación apoyará nuestra misión de ganar la primera Copa del Mundo de Rugby de Canadá, un hito que sin duda dejará un legado que inspirará a las futuras generaciones de jugadoras de rugby canadienses y que impulsará el crecimiento de nuestro deporte en todo el país", explicaba la federación nacional en el crowfunding que lanzó en marzo pasado.
"La selección femenina de rugby de Canadá ocupa el segundo puesto del ranking a pesar de contar con solo una fracción del presupuesto de nuestros principales rivales", añadía la entidad, que se puso como objetivo recaudar un millón de dólares canadienses, unos 640.000 euros al cambio de entonces.
Según su propia web, logró el 95% de lo que pedía para poner en marcha un "plan de entrenamiento y competición de primer nivel" para las internacionales canadienses, un país donde el rugby tiene menos tradición que otros deportes, incluido el fútbol canadiense --muy parecido al más conocido fútbol americano--, con el que comparte orígenes.
Y ese programa, efectivamente, ha permitido que su selección haya rendido a un gran nivel en este Mundial 2025 que ha organizado Inglaterra, el país que es el número uno en este momento y en cuya liga semiprofesional militan la mayoría de las jugadoras del combinado canadiense.
De madre a hija: dos leyendas
Entre ellas, Sophie de Goede, que tras brillar en este campeonato acaba de ser nominada por segunda vez al premio a la mejor jugadora del año de World Rugby entre únicamente tres finalistas.
Esta jugadora de las Saracens de Londres ha impresionado con su desempeño en la segunda línea tras un año ausente por una lesión de ligamento cruzado: es la segunda máxima anotadora del Mundial y la líder en offload, una de las acciones más valiosas y desequilibrantes del rugby, consistente en pasar la pelota mientras se está siendo placado.
Pero hay otro dato de esta jugadora, de carácter biográfico, que permite poner en contexto la evolución del rugby en Canadá. Sophie es la hija del exjugador de los Canucks Hans de Goede (de origen neerlandés) y de Stephanie White, pionera del rugby en categoría femenina del país norteamericano.
Steph fue la primera capitana de la selección que se formó en 1987 y cocapitana en el primer Mundial que se disputó en 1991 en el que Canadá quedó quinta tras ganar a España la final por la Bandeja o Copa de Plata --el torneo que jugaban las selecciones eliminadas en la primera fase--.
Pagar por jugar hace una década
White de Goede, que se había implicado también en la organización de la primera liga femenina canadiense de rugby, siguió vinculada al oval tras su retirada como entrenadora y también en el ámbito federativo. La de Alberta siguió desde los despachos el crecimiento de las mujeres canadienses en el rugby impulsado por la organización de la Copa del Mundo de 2006; y que llevó luego a la selección al segundo puesto en la edición de 2014, donde jugó la final precisamente contra Inglaterra.
Stephanie White de Goede, miembro vitalicio honorario de Rugby Canada rugby.ca
Justo después de ese campeonato fue cuando la federación nacional, con la implicación personal de Stephanie White, decidió dar un paso más para que las jugadoras no tuvieran que costearse su propia carrera. A través de una fundación recurrió ya entonces a una cuestación popular para poner fin a esa práctica de "jugar por pagar", tan habitual en el amateurismo.
Ese fondo se mantuvo abierto hasta el Mundial de 2021, cuando Canadá se marcó el objetivo de llegar a la final. Cayó en semifinales ante Inglaterra --quién si no--. Ahora son más ambiciosas y quieren la revancha ante la única selección que nunca se ha bajado del podio en las 10 ediciones del Mundial y que tiene dos títulos. Sería una sorpresa y una recompensa excepcional para los mecenas canadienses.