30 años de "la Liga de 22": el verano en que explotó el fútbol español cuya onda expansiva aún perdura
- La presión popular y política evitó el descenso de Sevilla y Celta por no presentar a tiempo sus avales
- La marcha atrás no quitó las plazas de Albacete y Valladolid, por lo que hubo 22 equipos en Primera y aún ahora en Segunda
En el verano de 1995 se vivió una de las situaciones más rocambolescas de la historia del fútbol español, por no decir la más. Desde finales de la temporada hasta mediados de agosto se vivieron una serie de acontecimientos que derivaron en el nacimiento de la llamada "Liga de 22", por la inédita situación de ver a dicha cantidad de equipos en Primera. Aquella anomalía duró dos temporadas en Primera División y aún hoy se mantienen las consecuencias en LaLiga Hypermotion, la Segunda.
Un rápido resumen: Sevilla y Celta de Vigo no presentaron a tiempo sus avales presupuestarios, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) les descendió administrativamente, pero la presión popular y política obligó a intervenir al Consejo Superior de Deportes (CSD), forzando una solución salomónica a la hora de rectificar dicho descenso para no perjudicar a los que habían sido ascendidos previamente en lugar de aquellos dos: 22 equipos en Primera la temporada siguiente.
La temporada 1994-1995 termina con el Real Madrid campeón, el descenso de Logroñés y Real Valladolid como colistas, sumado al del Albacete tras perder en la promoción a doble partido contra el Salamanca. Desde 1990 estaba en vigor una Ley del Deporte que exigía a los clubes profesionales presentar avales por valor del 5% del presupuesto para garantizar la viabilidad económica.
La fecha límite llegaba y la LFP constató que ni Sevilla ni Celta presentaron a tiempo sus avales, con lo que determinaba su descenso automático a Segunda B. Eso provocó un efecto dominó por el que Albacete y Valladolid recuperaban su plaza en Primera, además de Getafe y Leganés la suya en Segunda.
25.000 personas en Sevilla contra el descenso
Desde los primeros días de agosto se empezaron a movilizar los aficionados hispalenses y celtistas por las calles de Sevilla y Vigo en protesta por la decisión. Hubo manifestaciones multitudinarias el 2 y el 7, llegándose a contabilizar hasta 25.000 personas en Sevilla en la mayor de ellas. La indignación masiva no tardó en contagiarse al terreno político, haciendo de abanderados de las protestas los respectivos alcaldes, Soledad Becerril y Manuel Pérez Álvarez. Eso hizo que se exigiera una mediación política y la máxima autoridad en ese terreno es el CSD.
En lo deportivo, pero desde los despachos, la crisis le costó el cargo al presidente del Sevilla, Luis Cuervas, que fue sucedido de manera interina por su vicepresidente, un abogado entonces desconocido llamado José María del Nido. Igualmente cesó en la presidencia el del Celta, Ignacio Núñez, que cedió el testigo a Horacio Gómez.
LFP y CSD se pasan la 'patata caliente'
Ni unos ni otros estaban por la labor de ceder y la posibilidad de una "Liga de 22" dejaba de ser un tema tabú para empezar a verbalizarse públicamente. La LFP, entonces presidida por Antonio Baró, se abría a dicha posibilidad si se hacía "por imposición política", esto es, del CSD. Pero el organismo presidido por Rafael Cortés Elvira únicamente confirmaba la permanencia de Albacete y Valladolid, así como las de Getafe y Leganés. Ambas instituciones se pasaban la 'patata caliente'.
Eso sí, de forma paralela el CSD prometía una serie de facilidades económicas a los clubes si aprobaban la "Liga de 22", como la reducción del IVA y mayor reparto de los ingresos por las quinielas y los derechos de televisión. La LFP no tuvo más remedio entonces que convocar una asamblea extraordinaria para el 16 de agosto a la que estaban llamados todos los clubes de Primera y Segunda, con Sevilla y Celta sólo como oyentes por ser parte interesada.
Una asamblea muy extraordinaria de la LFP
La expectación mediática que despertó dicha asamblea hizo que fuera retransmitida en directo, dejando intervenciones para la posteridad como la del entonces presidente del Compostela, José María Caneda, o la de la presidenta del Rayo Vallecano, Teresa Rivero, esposa del empresario José María Ruiz Mateos. A partir de esas y otras intervenciones se pueden inferir las posturas a favor o en contra, ya que la votación fue secreta.
También hubo expectación fuera, puesto que la sede de la LFP tuvo que ser vallada y se pidió refuerzo policial ante la anunciada presencia de hasta 20.000 aficionados de Sevilla y Celta como medida de presión a favor de los intereses de sus clubes. El resultado ya es conocido y ha pasado a la historia como una anomalía que se mantuvo dos años en Primera y se trasladó pasado ese tiempo a Segunda, que aún conserva esa estructura de 22 equipos.