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El gol de Iniesta en Sudáfrica: 15 años del Mundial que emocionó a todo un país

  • Recordamos el gol en el minuto 116 ante Holanda que dio a España su primera y única Copa del Mundo
  • De la derrota inicial a la gloria eterna: España comenzó cayendo ante Suiza y terminó conquistando Johannesburgo
Se cumplen 15 años del gol de Iniesta que llevó a España a ganar su primer y único Mundial
RTVE.es

Johannesburgo, 11 de Julio de 2010. Minuto 116, Cesc lo ve desmarcado y le pasa el balón a Iniesta para que haga historia. El de Fuentealbilla golpea el balón con la fuerza de 46 millones de españoles que aquel día estaban pendientes de la pantalla y bate a Stekelenburg para poner el 0-1 y dar el triunfo final a España.

Han pasado 15 años, y todavía resuena en la memoria de todos aquel "¡Iniesta de mi vida!" que nos sigue poniendo los 'pelos de punta'. Todavía se conservan en nuestra memoria los gritos y abrazos en las casas, las celebraciones en las plazas, donde gente que tan solo se saludaba lloraban juntos como si fueran familia.

España en los Mundiales: El gol de Iniesta (2010)

Aquel gol no fue solo el que nos dio el Mundial. Fue el que cerró una herida antigua, el que nos hizo comprender que también nosotros podíamos. Que los sueños, con talento y paciencia, también se hacen realidad para los que nunca lo vieron de cerca. Fue un segundo eterno que convirtió a Iniesta en símbolo, y a Sudáfrica en santuario.

España llegaba al Mundial como una de las grandes favoritas. Venía de conquistar la Eurocopa en 2008 con un juego que deslumbró al mundo. El equipo de Vicente del Bosque era admirado, respetado y temido. Pero el camino no fue fácil. Todo empezó con un tropiezo inesperado ante Suiza. La derrota en el debut agitó los viejos fantasmas.

España 0 - 1 Suiza

Pero este grupo, lejos de temblar, se rehízo. Partido a partido, pase a pase, fue reconstruyendo la confianza y desplegando el estilo que ya era marca registrada: el 'tiki-taka', la pausa, la inteligencia, la fe.

El Mundial lo ganó el único equipo que quiso jugar la final

Hasta llegar a aquella final. Aquel duelo durísimo ante una Holanda de juego áspero, de dientes apretados. Una final trabada, física, en la que el talento encontró apenas una rendija para colarse. Y fue entonces, en el minuto 116, cuando todo se detuvo. El pase de Cesc, el control, el disparo. El estallido. El país entero en pie. El cielo tocado con las manos.

Las celebraciones que siguieron fueron simplemente históricas. Las calles colapsadas. Las fuentes desbordadas. Las banderas ondeando en cada ventana. Millones de personas abarrotando plazas, emocionadas, incrédulas, abrazadas. España entera se fundió en una fiesta sin precedentes. Por unas horas, no hubo crisis, ni distancia, ni diferencias: solo orgullo, alegría, y una sensación compartida de estar viviendo algo irrepetible.

España entera celebra el triunfo de la selección española

Hoy, 15 años después, España recuerda ese 11 de julio como quien recuerda el primer amor o una canción que marcó una época. Aquel equipo dirigido por Del Bosque, el equipo del 'tiki-taka', nos enseñó que se puede conquistar el mundo sin renunciar a tu estilo.

Andrés Iniesta, el manchego callado, el que nunca gritó más de la cuenta, nos regaló un grito que aún no se apaga. Un gol que no envejece. Un momento que no se irá jamás.

Porque hay goles que dan títulos. Y hay goles que se quedan a vivir para siempre.