Enlaces accesibilidad
NBA | Finales

Warriors contra Cavaliers: nunca subestimes el corazón de un campeón

  • Golden State y Cleveland disputan por cuarta ocasión la final de la NBA
  • Los Warriors, con un equipo más completo, se presentan como favoritos
  • Pero el factor LeBron James ha bastado para que su equipo repita final
  • José Calderón optará al anillo de campeón por primera vez en su carrera

Por
Stephen Curry y LeBron James volverán a verse las caras en la final de la NBA
Stephen Curry y LeBron James volverán a verse las caras en la final de la NBA

En 1995, tras ganar su segunda final de la NBA consecutiva, Rudy Tomjanovich –en aquel momento entrenador de Houston Rockets-, pronunció una de las frases más famosas de la historia de este deporte: “Nunca subestimes el corazón de un campeón”.

Tomjanovich reivindicaba así a su equipo que, tras una mala temporada regular (sextos en la Conferencia Oeste) y jugando todas las eliminatorias de play-off con el factor cancha en contra, había logrado ‘barrer’ 4-0 en las finales y contra todo a los emergentes Orlando Magic de Shaquille O´Neal y Penny Hardaway, a los que todo el mundo daba como favoritos.

Más de 20 años después, la frase ha vuelto a mostrar su validez por partida doble: los dos últimos campeones de la NBA, Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, que hace apenas unos días estaban al borde de la eliminación en sus respectivas series de play-off contra Houston Rockets y Boston Celtics, volverán a repetir como protagonistas de las finales de la NBA.

Será la cuarta ocasión consecutiva en la que ambos equipos se vean las caras en las finales y hasta el momento el balance es favorable a los Warriors, con dos anillos frente a uno de los Cavs.

La serie comienza el jueves en cancha de Golden State al mejor de siete encuentros. Los Warriors buscan su sexto anillo (tras los de 1947, 1955, 1975, 2015 y 2017) mientras que Cleveland aspira a repetir la histórica victoria de 2016, hasta ahora la única de su palmarés.

LeBron, a un nivel sobrehumano

Si hay un nombre propio que destaca a estas alturas es, sin duda, el de LeBron James. A sus 33 años, el alero de Akron ha vuelto a mostrar en estos play-offs un nivel sobrehumano, echándose por completo el equipo a sus espaldas en los momentos más complicados. Sus números en la postemporada están siendo los mejores de su carrera, con 34 puntos y 9,2 rebotes y 8,8 asistencias por partido.

Hay una imagen que resume a la perfección el estado de forma de James. A poco más de un minuto para la finalización del séptimo partido de la serie entre Boston y Cleveland, con los Cavs 7 puntos arriba, LeBron dirige un contragolpe que, de culminarse, resultará definitivo para la eliminatoria. Consciente de ello, el jugador de los Celtics Marcus Morris agarra con todas sus fuerzas para intentar frenar al de los Cavaliers, que aun así logra sacar su tiro; por si acaso, y llegando desde atrás, el joven Jaylen Brown tapona el lanzamiento. Pero de todos modos el balón entra en la canasta y LeBron dispone de un tiro libre adicional. Serie finiquitada y a la final.

Desgraciadamente para Cleveland, el resto del equipo ha acompañado poco en este trayecto. Solo Kevin Love supera los 10 puntos de media por partido en los play-offs (13,9), con escasas aportaciones de hombres a priori importantes como George Hill, J.R. Smith o Jeff Green, aunque este último ha resurgido en el tramo final de la serie contra los Celtics, coincidiendo con la baja temporal de Love, quien estará recuperado para las finales tras sufrir una conmoción cerebral.

José Calderón -el tercer español en jugar una final de la NBA tras Pau Gasol y Serge Ibaka- está teniendo una participación testimonial en los play-offs pero en Cleveland valoran mucho su veteranía e influencia sobre el grupo, por lo que puede tener su momento en esta final.

Los Warriors, un superequipo

Pese a todo, da la sensación de que James está demasiado solo como para doblegar a un superequipo como los Golden State Warriors. Aunque los de San Francisco han sido esta temporada más irregulares que nunca, han demostrado que, en el momento que sus estrellas funcionan, no tienen rival.

Stephen Curry, Kevin Durant, Draymond Green y Klay Thompson completan un ‘big four’ de ensueño, aunque el banquillo no es el de antaño y solo Andre Iguodala –cuando ha estado sano- y Shaun Livingston han aportado minutos de calidad.

En su serie contra los Rockets, los Warriors se vieron con el agua al cuello y terminaron jugándose su pase a la final en un séptimo partido y enn la cancha del equipo con mejor balance de victorias de la NBA. Llegaron a ir hasta 15 puntos por debajo pero un segundo período enorme –una vez más- de Stephen Curry volvió a desnivelar la balanza del lado de los Warriors.

Cara a cara otra vez

Así las cosas, y tras muchos altos y bajos, los principales favoritos vuelven a verse la cara en las finales. Los Cavaliers necesitan que varios de sus jugadores den un paso adelante y acompañen a LeBron James, que de este modo va a disputar su octava final consecutiva y la novena de su carrera: cinco con los Cavaliers, con un anillo, y otras cuatro con los Miami Heat, donde sumó otros dos entorchados.

Mientras que los Warriors solo necesitan ser ellos mismos y recuperar a Andre Iguodala, que se ha perdido por lesión casi toda la serie contra los Rockets, algo que ha puesto en evidencia que, sin él, su equipo sufre en defensa.

Lo que está claro es que el orgullo de los campeones es un factor a tener muy en cuenta, sobre todo cuando se acercan los momentos decisivos de la temporada.