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Fútbol | FIFA

Joseph Blatter, las presiones pudieron con un presidente inmutable

  • El todavía presidente de la FIFA lleva en el cargo desde 1998
  • Blatter ha anunciado que dimite tras ser reelegido el pasado viernes
  • El suizo, de 79 años, sucedió en el cargo al brasileño Havelange

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Blatter anuncia su dimisión y un congreso extraordinario
Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en el anuncio de su dimisión.

Joseph Blatter, que hace apenas cuatro días fue reelegido presidente de la FIFA, ha anunciado este martes de forma sorprendente su "punto y final" a un cargo donde lleva 17 años, y que se ha visto salpicado por una serie de sospechas y escándalos, remarcado por la detención de siete de sus directivos.

El pasado viernes, cuando alcanzó de nuevo la presidencia tras retirarse antes de iniciarse la segunda votación su único rival, el jordano Ali Bin al Hussein, y su posterior comparecencia ante la prensa, poco podían presagiar que Blatter diría adiós a un cargo al que se agarró siempre con "uñas y dientes".

Un cargo donde siempre defendió la limpieza de su gestión, pese a que a menudo llegaban informaciones poniendo en interrogante la actuación de algunos de sus más estrechos colaboradores. Incluidas las elecciones de Rusia y Catar como sedes mundialistas para 2018 y 2022.

Aquella concesión ha marcado el devenir de su último mandato, iniciado meses después de la votación en diciembre de 2010 y rodeado de polémicas desde el primer momento, ya que quien pretendió ser su contrincante en las elecciones de 2011, el catarí Mohamed Bin Hammam, acabó inhabilitado por intentar comprar votos.

Alejado de las acusaciones de éste y de las renuncias forzadas en 2013 de miembros de su Ejecutivo por recibir pagos injustificados de los derechos audiovisuales,  como el paraguayo Nicolás Leóz o el brasileño Ricardo Teixeira e incluso su predecesor en el cargo, el brasileño Joao Havelange, Blatter se ofreció hace meses como la mejor opción para seguir en la presidencia.

Incluso, dos días antes de la última reelección, la FIFA se vio convulsionada por la detención de madrugada de siete altos responsables de la FIFA en Zúrich por presuntos cargos de corrupción, cuando se encontraban en el hotel en el que se alojan en esa ciudad para participar en el congreso.

Se trataba de una operación ordenada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, coordinada con el FBI y la agencia tributaria, que trajeron consigo acciones legales contra nueve directivos de la FIFA y cinco empresarios implicados en una presunta trama de corrupción.

Entre ellos, estaban dos vicepresidentes de la FIFA, el uruguayo Eugenio Figueredo y el caimanés Jeffrey Webb; así como el expresidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz.

Desde diversos medios y entidades (incluidas políticas) se pidió la paralización de la elección del presidente, a lo que Blatter se negó, e incluso el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, mostró el respaldo del fútbol europeo al príncipe jordano Ali.

Nada frenó la celebración de un Congreso donde Blatter fue reelegido para un quinto mandato. En su posterior comparecencia ante los medios informativos,  se dijo "capaz" de afrontar la renovación de la FIFA, de combatir los casos de corrupción, con fuerzas para llevar todo ello.

Pero, ahora, sorprendentemente ha dicho adiós. Lo hará tras la celebración de un Congreso Extraordinario donde se elija el nuevo presidente; y mientras él seguirá al frente de forma interina.

Pese a no haber dicho los motivos del sorprendente adiós, todo hace indicar que las múltiples nuevas presiones llegadas, los anuncios de incluso pensar en boicotear el mundial Rusia 2018, y posibles nuevas actuaciones judiciales, el cerco que cada vez le aprisionaba más, le han podido.

Y es que esta misma mañana, la FIFA tuvo que salir al paso mediante un comunicado de las informaciones que acusaban a su secretario general, Jerome Valcke, y a otro antiguo dirigente, de estar implicados en "el inicio, aprobación e implementación" del proyecto por el que el Comité Organizador del Mundial de Sudáfrica 2010 hizo un pago de 10 millones de dólares a la CONCACAF.

Vinculado a la FIFA desde 1975

Ahora, cuatro días después, lo que parecía una nueva victoria de Blatter, con su continuidad al frente de la FIFA, casi queda relegado a una anécdota, a un querer alargar en exceso la agonía de su presidencia.

Blatter lleva vinculado a la FIFA desde 1975, siendo secretario general de 1981 a 1998, año en que fue elegido presidente.

Futbolista aficionado, entrenador, atleta y licenciado en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Lausana y con grado de coronel del ejército suizo, "Sepp" Blatter (Visp/Suiza, marzo 1936) llegó a la presidencia de FIFA el 8 de junio de 1998, como relevo de Havelange después de 23 años. Desde 1999 es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).

Dominador de 5 idiomas -inglés, francés, español, alemán e italiano- y diplomático de primera, Blatter inició su carrera profesional en la Oficina de Turismo de Valais -su región natal-, y en ella incluye la secretaría general de la Federación Suiza de Hockey Hielo y el ejercicio del periodismo.

Relaciones públicas de Longines y director de Sports Timing (1968-75), puesto por el que participó en la organización de los Juegos de Munich'72 y Montreal'76, mantuvo su primer contacto con la FIFA en 1975 y en poco tiempo se ganó la confianza de Havelange. En 1981 el brasileño le designó secretario general.

Aunque pensaba salir de FIFA junto a Havelange, varias federaciones le animaron a optar y ganar la presidencia contra el sueco Lennart Johansson -entonces presidente de la UEFA-. Años después, en vísperas de su primera reelección, su opositores le acusaron de comprar votos y de llevar a la organización a una dictadura.

Fue en 2002 en Seúl. El camerunés Issa Hayatou, hoy todavía en el Comité Ejecutivo, fue su rival, el único que hasta hoy le ha disputado el despacho. Blatter ganó con una autoridad- 139 votos de 197 posibles- y apagó aquel incendio, que llevó al despido de su secretario general, Michel Zen-Ruffinen, después declarado persona non grata para la FIFA.

En un ambiente más tranquilo llegó a su siguiente reelección, retrasada a 2007 para no coincidir en año de Mundial, y fue reelegido sin oposición. Igual empezó el cuarto en 2011, tras la inhabilitación de Bin Hammam, aunque las acusaciones de compra de votos para adjudicar los Mundiales de Rusia y Catar le llevaron a introducir cambios en su estilo de gobierno.

Uno de ellos fue investigar el caso y fortalecer su Comisión de Ética, formada desde entonces por un órgano de investigación y otro de decisión, aunque de momento no parece tener el efecto deseado.

Hace meses el presidente de la cámara de investigación, el exfiscal estadounidense Michael J. García, dimitió después de que su informe sobre Rusia y Catar no se publicara íntegramente y de que el órgano de decisión cerrara el caso sin encontrar irregularidades.

Aunque la resaca del "informe García" tardará tiempo en pasarse y los procesos judiciales en curso pueden deparar "peores noticias", Blatter inicia su quinto mandato, con dudas sobre lo que harán sus críticos, entre ellos su amigo, el presidente de la UEFA, Michel Platini, otrora considerado su delfín, que personalmente y sin éxito le ha invitado a marcharse.