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Supercopa 2011 | Real Madrid - FC Barcelona

Real Madrid - Barcelona: la liebre y la tortuga juegan un gran partido

  • Los blancos ponen el ritmo, el juego y las ocasiones, pero perdonan al rival
  • Los blaugrana, faltos de rodaje, tardan en entrar en juego, pero son letales
  • La temporada de fútbol comienza con un partidazo y el miércoles... más

Supercopa en directo, Barcelona- Madrid, el miércoles a las 23:00 en RTVE.es

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Madrid-Barça, desde dentro

El Real Madrid y el Barcelona disputaron en el partido de ida de la Supercopa un magnífico encuentro inaugural de la temporada. A mitad del mes de agosto, nunca se había jugado en tan pleno verano, y con apenas cuatro días de preparación para algunos jugadores, este nuevo clásico adelanta lo que puede ser la campaña que se avecina, en cuanto a emoción se refiere.

Los blancos, la liebre

A diferencia con la fábula de la liebre y la tortuga, en el Real Madrid no hubo confianzas ni jactancias, pero la situación de los dos equipos contendientes en el clásico recordó a la clásica historia.

Salió el Madrid a todo trapo y sin conceder ninguna ventaja al rival. Tanto que, ya al minuto y medio, Benzema afinó la puntería ante Víctor Valdés. Y eso es lo que más le faltó a los blancos y marcó el destino del partido: puntería.

Los de Mourinho realizaron unos espléndidos 25 primeros minutos, con presión tremenda sobre los hombres enganche del conjunto blaugrana y una velocidad en sus hombres punta, propia de momentos de la temporada mucho más avanzados que los de este comienzo de campaña.

Arropado, o mejor dicho, aireado por su público en la calurosa noche madrileña, los blancos fueron la liebre. Veloces y ágiles en sus desplazamientos y sin dejar actuar con comodidad al enemigo.

Gustó este Madrid de estreno. Concentrado en la defensa, por más que Messi atinara en el único error de la cobertura madridista. Presionante y creativo en el medio campo, donde Xabi Alonso estuvo impecable en sus pases de recorrido eterno, así como en el gol del empate y Özil fue el termómetro que marcó los mejores momentos de juego del equipo y anotó el primero.

Incisivo y ferozmente rápido arriba con Cristiano y Benzema, lástima para los madridistas, que portugués y francés estuvieran peleados con la efectividad ante la meta rival.

Los blaugrana, la tortuga

Así, el Real Madrid pareció la liebre, y el Barcelona asemejó a la tortuga de la fábula. Entre unas cosas y otras, los de Guardiola apenas han tenido tiempo para ponerse en marcha.

Lentos en sus movimientos, como corresponde a estas alturas de una temporada que será larga y donde los blaugrana pueden acumular hasta 65 partidos.

Los de Guardiola se vieron por momentos asediados por un rival que no les concedió tregua. Solo los reflejos de Valdés impidieron que el Madrid ampliara la cuenta. Aunque los azulgrana marcharon pausados, pero seguros, hacia el camino de la obtención de un resultado que les permite afrontar con aplomo el partido de vuelta.

Con la premiosidad y perseverancia de la tortuga, el Barça aprovechó el mínimo bajón en el ritmo de juego del Real Madrid. Le bastó el primer latigazo de Villa para poner las cosas en el sitio que mejor les venía. Poco más hizo el asturiano, pero el suyo fue un golazo que hizo temblar al rival.

El temblor se convirtió casi en pánico cuando Messi dio el segundo aldabonazo. Un Messi a quien poco antes se le pudo ver vomitando sobre el terreno de juego, exhausto por el prematuro esfuerzo al que se veía sometido en el encuentro.

La situación obligó al Madrid a redoblar esfuerzos tras el descanso y , pese al empate, la "tortuga" siguió a lo suyo. Se vio que la defensa blaugrana no es lo mismo sin Piqué y Puyol. Iniesta estuvo muy presionado. Thiago cumplió, sin más, y Alexis mostró recursos.

Y como siempre... la polémica

El partido dejó numerosos detalles de buen juego, de pasión, de goles y ... como no puede faltar en un Madrid- Barça que se precie, de polémica.

Desde el lado madridista se recrimina la doble vara de medir que pudo tener el árbitro en la consideración de las faltas de uno y otro. Y también el penalti que le hizo Valdés a Cristiano Ronaldo cuando el choque ya estaba 2-2.

Desde el costado barcelonista se pueden fijar en la excesiva fogosidad mostrada por los rivales, con la entrada de Pepe a Alves como mejor exponente. Y también en el penalti que cometió Marcelo sobre Pedro en los postreros minutos.

En fin, nada diferente a un partido como este y máxime cuando hay un título en juego. Nos quedamos con las muchas cosas positivas y con la emoción que promete el partido de vuelta de la Supercopa, el próximo miércoles a partir de las 23:00 horas y transmitido por TVE.