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Toca reflexionar después de Mestalla

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Una final de Copa, antológica

Solo se han jugado dos de los cuatro partidos en los que Barça y Real Madrid se juegan todos los títulos y ya se han decidido la Liga y la Copa del Rey pero ¿cómo llegan ambos a equipos a la semifinal de Champions? [Las claves de la final de Copa del Rey]

Como todo en la vida, todo depende del cristal por el que se mire y, en este caso, todo depende del lugar donde se lea la prensa. Los periódicos catalanes concluyen que la derrota en Mestalla fue para el FC Barcelona de la misma manera que podía haber sido para el rival y que una victoria en Champions sanará todas las heridas. [Crónica del partido]

En cambio, desde Madrid la victoria en la prórroga es un signo de que, gracias a Mourinho, el equipo blanco ya puede mirar de tú a tú al todopoderoso Barça de Guardiola. Se asemeja esta victoria copera a la que consiguió Cruyff en el 90 contra el Real Madrid y que significó un cambio de ciclo (de la ‘Quinta del Buitre’ se pasó al ‘Dream Team’).

Desde un lugar objetivo, pongamos por ejemplo Valencia (la ciudad escenario que ha sido un ejemplo en todos los ámbitos), uno está obligado a buscar las claves de lo sucedido y aquello que puede marcar el futuro cruce europeo.

La primera impresión es que no hay entrenador en el mundo que mejor sepa buscar los puntos débiles del Barça que Jose Mourinho. El portugués amargó a Guardiola la temporada pasada con un Inter en el que Eto’o estaba obligado a jugar casi de lateral con tal de eliminar a su exequipo y este año el Real Madrid es el único equipo capaz de impedir que el FC Barcelona gane todo. 

Desde que es entrenador del Real Madrid, el luso ha cosechado una derrota, un empate y una victoria. La primera fue escandalosa, la mayor derrota de su vida (5-0), pero en los otros dos partidos la diferencia con el rival no fue tan abismal. Hay que pensar que si Mourinho repite en Champions los resultados de esta semana, 1-1 y 0-1, saca el billete para Wembley.

En la Ciudad Condal sin embargo no tienen porqué saltar las alarmas. El equipo ha perdido la Copa pero sigue siendo el mismo y lo más importante, a pesar de todo, sigue manteniéndose fiel a su estilo.

El estado físico a estas alturas será crucial

Algo que ha dejado claro la final de Mestalla es que Guardiola tiene una plantilla corta, solo así se puede entender dos cosas: que el primer cambio en Mestalla llegara en la prórroga (con el equipo lógicamente cansado a estas alturas de la temporada) y que Villa y Pedro no tengan recambio en una época en la que viven un muy bajo estado de forma.

El Real Madrid, o Mourinho en este caso, tiene más recursos. Lo mismo puede jugar con Cristiano como delantero centro (a pesar de que Mourinho se empeñó en diciembre en tener a tres) que usar a Pepe de central, de pivote defensivo o de mediapunta. Siempre va a encontrar soluciones para las diferentes exigencias que le marca el planteamiento táctico de cada partido.

Adivinar la alineación blanca para los dos próximos partidos contra el Barça será difícil, lo que no será tanto es saber que el Madrid necesitará jugar a un ritmo altísimo, como el de la primera mitad en Mestalla, si quiere tener sus opciones. Podemos pensar que ‘Mou’ repetirá ese 4-1-4-1 de Valencia porque funcionó mejor que el 4-3-3 del Bernabéu pero todo dependerá de que Cristiano, Di María, Pepe y Khedira mantengan el listón igual, tanto físico como de tarjetas amarillas (serán dos partidos y CR7 y Di María ya están apercibidos). 

Se le exige al Real Madrid un sobreesfuerzo porque el FC Barcelona no va a conceder ni un regalo. La derrota por 0-1 se olvidará lo más pronto posible en Barcelona y la calidad que tiene el equipo culé no se irá igual de rápido. Además no hay que olvidar que los catalanes tienen una ligera ventaja y es que la eliminatoria se decidirá en el Nou Camp.

Nos esperan 180 minutos preciosos, con todos los ingredientes que más le gustan a los amantes del fútbol: tensión, pasión, ganas de revancha, calidad, pelea táctica… y sobre todo, con la seguridad de que la diferencia entre Barça y Madrid no es abismal ya que todo se va a resolver como en Valencia, gracias a un detalle, a un destello, a una jugada de crack.