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El Real Madrid impone su ley en Málaga para dormir como líder

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Cristiano Ronaldo celebra con sus compañeros su segundo gol del partido.
Cristiano Ronaldo celebra con sus compañeros su segundo gol del partido.

Ficha técnica:

1 - Málaga CF: Galatto; Gámez, Weligton, Staadsgaards, Mtiliga; Fernando (Sandro Silva, m. 67), Apoño (Portillo, m. 77), Juanito; Quincy, Rondón y Edu Ramos (Luque, m. 51).

4 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Carvalho, Marcelo; Di María (Pedro León, m. 69), Xavi Alonso, Khedira, Cristiano Ronaldo; Ozil (Canales, m. 81) e Higuaín (Benzema, m. 73).

Goles:

0-1, M.30: Higuaín.

0-2, M. 44: Ronaldo.

0-3, M. 49: Ronaldo (p).

1-3, M. 54: Stadsgaards.

1-4, M. 64: Higuaín.

Este Real Madrid es otro desde el partido contra el Deportivo. La ansiedad ya no existe y la orquesta blanca puede presumir de tener un director especial batuta en mano, el alemán Mesut Özil. [Estadísticas del partido]

Desde el pitido inicial, el ritmo del partido fue alto y el juego que planteaban tanto merengues como andaluces era de ataque. En ese intercambio de golpes, a la larga el Madrid tiene mayor corpulencia y poco a poco fue arrinconando al Málaga a su esquina del ring.

Özil ponía la calidad y Cristiano la entrega. Sin embargo, fueron Higuaín y Khedira los que estuvieron más cerca de romper el cero a cero cuando estrellaron sus disparos en el poste y en el larguero, respectivamente.

El Málaga sufría en defensa, le costaba Dios y ayuda el salir de su campo con la pelota controlada. Mientras, Mourinho demostraba en el banquillo que su única preocupación aparente era la de esconder sus chicles ya mascados en algún lugar del banquillo.

Fue en el minuto 29 cuando se rompió la igualdad en el marcador. Di María montó la contra, Cristiano puso el centro en el área, e Higuaín se encargó de marcar el gol de volea. Gol el del 'Pipita' que fue un calco del que este sábado le ha hecho el delantero del Milan (próximo rival que visitará el Bernabéu) Pato al Chievo Verona.

Aunque pareciese una contradicción, el gol fue positivo para el Málaga. Los andaluces se soltaron y se quitaron el miedo de encima a partir del tanto merengue. De la mano de Rondón y de Quincy, a punto estuvieron de empatar el partido de no ser por un Casillas que estuvo soberbio en los pocos momentos que tuvo que aparecer.

La mala suerte condenó al Málaga justo antes del descanso. Un fallo defensivo de Weligton facilitó el robo de balón de Özil que se adentró en el área con el balón cosido a su pie izquierdo. El alemán puso la pausa, miró a la portería, y se la regaló a CR7 para que el portugués se olvidara de una vez por todas de la ansiedad por marcar gol.

Gol psicológico por partida doble

En todos los manuales de balompié está escrito que un gol en los últimos minutos de la primera parte o en los primeros compases de la segunda es psicológico. Pues el Madrid le ha hecho al Málaga uno en el 44 y otro en el 48.

Un penalti absurdo de Edu Ramos a Özil a un metro del colegiado Undiano Mallenco permitió a Cristiano Ronaldo marcar su quinto gol en esta Liga y ponerse al frente de la lista de goleadores codo con codo junto a Nilmar.

Ni siquiera el gol del Málaga, ejecutado por Kris al introducir en las mallas un centro prolongado por Weligton en el primer palo, ilusionó a la parroquia malacitana con una posible remontada.

Si hubo alguna esperanza, se vino abajo con un jugadón de Cristiano que completó Higuaín, en el 19 de la segunda, con un disparo cruzado que batió al meta Galatto por cuarta vez en la noche. 

Con el 1-4 en el luminoso, los de Mourinho se gustaron y tocaron y tocaron a placer por todo el terreno de juego. Fueron los minutos apropiados para que Mourinho diera minutos a los que más falta les hace: Pedro León, Sergio Canales y Karim Benzema; que entraron al campo en sustitución de Di María, Özil e Higuaín.

La única pega que se le puede poner a este 'Mou-Team' es que aún faltan jugadores por aplicar al sistema que quiere el portugués. Se necesita especialmente que vuelva ¿si es que alguna vez estuvo¿ Benzema. El francés es ahora mismo el segundo delantero, a años luz de Higuaín, pero es ese sustituto que tiene que meter todo lo que le caiga en los pocos minutos que juegue y hasta ahora no lo está haciendo. Su desconexión se pudo ver en La Rosaleda cuando el francés desperdició un pase de la muerte, que le había concedido Özil tras su enésima jugada individual, y que falló con toda la portería para él. El francés apunta a ser la asignatura pendiente de Mourinho para la próxima evaluación.