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Madrid 2016: de la decepción a la ilusión contenida

  • Fue la primera ciudad del mundo en presentarse a los Juegos de 2016
  • Tras el fiasco de Madrid 2012, el alcalde apostó por reedirigir la expectación creada
  • La candidatura pasó el primer corte con la segunda mejor nota, tras Tokio
  • La Comisión de Evaluación felicitó a los organizadores, pero vio peros en dopaje
  • En los días previos a la elección, resurge la euforia con el día de la corazonada
  • Gallardón está convencido del éxito: "El sábado volveremos vencedores"
  • La última hora sobre la elección de la sede, en el especial Madrid 2016

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Cinco de las bases de la candidatura, Mercedes Coghen, Alejandro Blanco, Alberto Ruiz Gallardón, Jaime Lissavetzky y Manuel Cobo, antes de salir camino de Copenhague.
Cinco de las bases de la candidatura, Mercedes Coghen, Alejandro Blanco, Alberto Ruiz Gallardón, Jaime Lissavetzky y Manuel Cobo, antes de salir camino de Copenhague.

No había pasado ni un día desde que el presidente del COI, Jacques Rogge, anunciara que los Juegos Olímpicos de 2012 tendrían acento británico, cuando Alberto Ruíz Gallardón mostró su afán por volver a presentar la candidatura de Madrid. "Será una ciudad olímpica, no tengo duda", afirmaba rotundamente. 

Se dio un año para presentar a la ciudad a los Juegos de 2016, siendo la primera del mundo en postularse, en un pleno municipal celebrado al año del fiasco de Singapur y en el que la candidatura recibió apoyo unánime. El sí del Comité Olímpico Español no tardó en llegar y el 30 de mayo de 2007 avaló la propuesta.

Arrancaba así Madrid 2016, la candidatura de las corazonadas, heredera de la euforia del proyecto para 2012. Fue una apuesta arriesgada, criticada por muchos, que creen a pies juntillas en la regla no escrita de que los Juegos cambian de continente cada cuatro años. 

Pero Gallardón respira olimpismo y quería redirigir la ilusión ciudadana hacía un nueva nueva meta. No por nada el proyecto español es el que cuenta con un mayor respaldo en las calles según el informe de el informe evaluador del COI, con el apoyo del 85% de los madrileños.

Rearmó el equipo de la candidatura con caras nuevas, como la de la consejera delegada, Mercedes Cohgen, ex campeona olímpica de hockey en Barcelona 92, y poseedora de un perfil a medias entre el deporte y la gestión. Además, tiene el gesto amable que la candidatura necesitaba para crear adhesión entre los miembros del COI.

La segunda mejor nota en el primer corte

La candidatura superó su primer test en enero de 2008, en el que cayeron a candidatas como Doha -se quedó fuera porque proponía celebrar los Juegos en octubre, aunque sacó la misma nota que Río de Janeiro, que sí entró en el corte-; Praga o Bakú. 

Junto a Madrid, que obtuvo la segunda mejor nota de la evaluación, con un 8,4, superando incluso en una décima a la que recibió Madrid 2012, pasaron a la 'gran final' Chicago -que aprendió de los errores de la candidatura de Nueva York, también defenestrada en la elección de Singapur-, Río de Janeiro -que pasó a la final con la peor nota de las cuatro, pero que su situación en el mapa le da muchas opciones, ya que nunca ha habido unos Juegos en Sudamérica- y Tokio -gran vencedora de esta primera evaluación, con un 8,6 de nota final, y que presentó una candidatura técnica y económicamente impecable-. 

Los puntos fuertes que entonces el COI destacó de nuestro proyecto fueron el apoyo gubernamental y del público, las infraestructuras generales y deportivas, el legado, la Villa Olímpica y las facilidades del transporte. Los puntos a mejorar: la capacidad hotelera y la seguridad. 

Los miembros de Madrid 2016 sabían que esta buena nota no garantiza el éxito en la elección final: París 2012 sacó ventaja en el primer informe de evaluación, muy por delante de Londres -en tercera posición-, pero la elegida finalmente fue la capital británica.

"Trabajo, trabajo y más trabajo". Así describía Coghen en aquel momento lo que quedaba por delante. Sabían que un proyecto olímpico sin relaciones públicas de altura se quedaría en agua de borrajas y el alcalde Alberto Ruiz Gallardón convirtió en objetivo prioritario de su gestión la consecución de los Juegos. Viajes, entrevistas con los miembros del COI, recepciones... Tenían que vender la marca Madrid 2016 y si en eso se basara la votación de Copenhague, Madrid partiría con ventaja. 

Unos juegos contra la crisis

En febrero de 2009 presentaron en Lausana el dossier final de la candidatura, basados en un proyecto "austero", unos juegos contra la crisis, con un 77% de sus obras ya realizadas o licitadas. "No necesitaremos una inversión bastante exigente", explicó Coghen.

El aval del Gobierno en la causa ha sido siempre plena en este sentido: "La crisis rechaza los proyectos virtuales y el de Madrid es real", apuntó el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, tenaz embajador de la candidatura.

La visita de la Comisión de Evaluación a Madrid fue el primer encuentro 'oficial' con los miembros del COI. En la mismísima escalerilla del avión recibió al alcalde a los observadores, que previamente ya habían visitado las otras tres ciudades candidatas.

Tuvieron seis días para conocer de cerca 27 de las 28 instalaciones incluidas en el proyecto, para terminar felicitando a la candidatura por la presetnación de los datos fiscales y jurídicos. 

La visita tuvo momentos distendidos, como el 'atracón' de churros que se dieron los evaluadores en el Estadio de La Peineta o los esfuerzos ímprobos del alcalde Gallardón por bromear en inglés con la jefa de la expedición, la marroquí Nawal.

Dudas sobre la legislación antidopaje

El sabor dulce de esos días se disipó al conocer el informe de la Comisión de Evaluación, que criticaba la 'inadecuada limitación de los roles en la estructura organizativa', además de la poca "adecuación de la legislación antidopaje española con la internacional'. 

Gallardón se ha armado de optimismo en los días previos a la presentación de Copenhague. Exultante, eufórico, desatado... Así le hemos visto este domingo, en el 'Día de la Corazonada', rodeado de los 500.000 madrileños que se volcaron en dar un último empujón a la candidatura

Un enorme mosaico humano en forma de 'Corle', el logotipo de la candidatura, que partió de un concurso y cuyo nombre fue puesto por error por su autor -pensaba que le preguntaban un pseudónimo cuando en realidad solicitaban un título para el diseño-, desembarcó en el epicentro de Madrid, la Cibeles, para demostrar el olimpismo de la ciudad.

Madrid vive, come y respira por la consecución de estos Juegos y los miembros de la candidatura no contemplan otra derrota. Rodríguez Zapatero, los Reyes, Mariano Rajoy... todos ellos estarán apoyando la causa en Copenhague, en una delegación ilusionada y optimista, compuesta por 400 personas entre empresarios, deportistas y políticos. "Volveremos el sábado vencedores", ha dicho pletórico el alcalde en el aeropuerto, poco antes de salir a su gran cita con la historia.