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Después de cinco días, empiezan a respirar en Losacio, Zamora. El fuego está estabilizado y sin llama, pero podría ser, según las primeras estimaciones, el peor incendio de la historia de España. La extensión quemada es enorme, más de 30.000 hectáreas, y el paisaje tardará muchos años en volver a ser lo que era antes. En la fauna y en la flora, los daños son incontables.

Foto: EFE / MARIAM A. MONTESINOS

Julio está siendo un mes abrasador y ha convertido a este verano en el peor en lo que va de siglo. Este jueves ha comenzado a arder Los Realejos, en Tenerife, y han tenido que evacuar las zonas de acampada cercanas. Los vecinos de Hoyo de Pinares, afectados por el incendio de Cebreros, en Ávila, han vuelto ya a sus casas; igual que los alrededor de 2.000 desalojados de Ateca, en Zaragoza, donde el incendio ya está estabilizado. Gran parte de las llamas de Valdeorras y O Courel, en Galicia, están aplacadas, pero queda un frente activo. Y en Losacio, Zamora, solo se ve y se oye desolación, después de que el incendio, ya estabilizado, haya arrasado en torno a 30.000 hectáreas.

Hay muchos fuegos activos a la vez en España y de gran intensidad y eso convierte a esta ola de incendios en excepcional. Pocas zonas de España se han librado. Extremadura ha pasado lo peor, pero ahora preocupan los que siguen activos en Galicia, entre Lugo y Ourense. También en Castilla y León. El de Zamora es hasta el momento el más devastador y las llamas también avanzan en Ávila. Esta ola de incendios ha obligado a desalojar a miles de personas. Y algunos de los que han podido volver han visto sus casas reducidas a cenizas. En Castilla-La Mancha, Guadalajara es otra de las provincias afectadas. Y en Aragón,  Zaragoza está sufriendo uno de los incendios más violentos de las últimas décadas. En total, en los últimos días se han quemado unas 80.000 hectáreas.

Foto: EFE / JAVIER CEBOLLADA

Hoy, en la sección de "Playas vivas", presentada por SEO/BirdLife en Por tres razones, nos acercamos a la playa del Vao en Vigo, Galicia, desde donde nos atiende Paulo Lago, técnico del Porgrama Marino de la organización, que nos explica las amenazas que sufren las aves marinas de este entorno y del resto del país. Especies como la gaviota patiamarilla o el cormorán moñudo, son algunas de las que se encuentran en riesgo de muerte por las capturas accidentales de los pescadores. Para tratar de evitar esto, la ONG ha desarrollado, junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, una aplicación móvil llamada Bycatch a través de la cual los pescadores pueden informar de las capturas accidentales para poder hacer un recuento y medir la magnitud del problema.