A pesar de las indicaciones de las autoridades, hay quienes deciden quedarse en sus municipios rodeados por el fuego de los incendios. Muchos de ellos lo hacen con la intención de ayudar o para proteger a sus animales. En algunos pueblos, son más los que eligen quedarse que los evacuados. Los expertos aclaran que es comprensible, pero también muy peligroso, por lo que insisten en la importancia de prevenir y concienciar.
Los vecinos de los municipios zamoranos de Ribadelago Nuevo y Ribadelago Viejo han tenido que ser evacuados por los incendios que asolan la zona. El humo apenas les permitía respirar y los cuerpos de seguridad los han desplazado a un albergue en Benavente, donde han pasado la noche más de 100 personas, principalmente ancianos.
A la hora de investigar las causas de un incendio "los primeros instantes son los más importantes", según la jefa del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de Zamora, Isabel García. La investigación es importante para esclarecer las causas, llevar ante la justicia a los culpables. Además, añade que "el primer aviso de esa persona que ve una columna de humo" es importante para que los servicios de emergencia puedan personarse rápidamente "y tener en nuestras manos los primeros testimonios".
Es de este modo como comienza la batalla por descubrir cómo empezó y dónde comenzó. Intentan averiguar y buscan "algún vestigio, alguna prueba, algún artefacto incendiario". Explica que "empezamos por ver, por ejemplo, indicadores de dirección, miramos los elementos del terreno, que pueden ser árboles, ramas, piedras, cómo la temperatura incide y vamos marcando".
Pero hay casos en los que no hay un punto de partida. "Cuando no queda nada, y el punto de inicio lo determinamos en un sitio por las evidencias, ya no queda otra opción que la de aplicación directa de llama", un proceso de tratamiento térmico, señala el sargento Luis Miguelargulo.
Los encargados de la investigación aplican el método de evidencias físicas. Como explica García, "sobre qué cosas pueden ser" y cuáles no. En toda España ya son 33 los detenidos y 89 los investigados este verano por incendios forestales, siendo mucho más comunes los incendiarios que los pirómanos. Detrás de estas cifras hay montes arrasados y vecinos que lo han perdido todo.
5.000 efectivos tratan de hacer frente a las llamas de los ocho incendios de nivel 2 que arrasan los montes de Castilla y León. Este miércoles se incorporado más medios aéreos a las labores de extinción pero la previsión meteorológica anticipa que el resto de la jornada será más complicada.
En las últimas horas, uno de los incendios de El Bierzo, el de Yeres, se ha conseguido bajar a nivel 1. Por otro lado, se sigue intentando controlar el fuego de Porto, en Zamora, aunque hay zonas a las que resulta prácticamente imposible acceder.
También preocupan los frentes que afectan a los Picos de Europa, donde se han desalojado tres pueblos. Por el momento no hay una estimación del número de viviendas devoradas por el fuego.
En Cáceres la situación empeora por el viento, que está complicando mucho la lucha contra ese incendio de Jarilla y no se prevé que la situación mejore en las próximas horas. De hecho, en la localidad de La Garganta los vecinos están en preaviso por si tienen que ser evacuados.
La noche también ha sido muy complicada. Dentro del puesto de mando las caras eran de preocupación. Fuera, llamas de varios metros de altura, alimentadas por el viento, hicieron que los bomberos forestales vivieran momentos complicados en la línea de defensa de Hervás, donde llegaron a estar peligro.
Siete días después reabre la vía de tren que conecta Galicia con Madrid. El servicio se interrumpió el jueves pasado por el avance de los incendios de Orense y Zamora. Un total de 50.000 personas y 101 trenes han sufrido el corte del transporte ferroviario hasta la tarde de este miércoles. Adif ha mantenido suspendido el servicio ferroviario hasta que la dirección de la extinción de los incendios ha autorizado el paso de trenes con plenas garantías de seguridad.
Desde que la vía resultó afectada por los incendios, Adif no ha interrumpido sus labores de revisión y reconocimiento de la infraestructura ferroviaria para que las vías estuvieran preparadas para la circulación una vez las autoridades autonómicas competentes en emergencias así lo autorizaran. FOTO: ARCHIVO EFE / SALVADOR SAS
En Galicia, donde se han quemado más de 72.000 hectáreas, siguen activos siete incendios activos. El de Larouco, en Ourense, es el que más preocupa. Lleva ya una semana quemando terreno, aunque este miércoles los bomberos son algo más optimistas.
Estos fuegos que están sucediendo en España y llevan hasta el momento la destrucción de más de 340.000 hectáreas están afectando a muchos hábitats naturales de los animales. Para hablar de esta situación RTVE ha entrevistado a Roberto Hartasánchez, socio fundador del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes, y sobre las consecuencias inmediatas para el oso pardo y la fauna de Asturias ha comentado "que ha habido fuegos con unos daños muy grandes en hábitats con alto valor ecológico para la presencia del oso pardo. Esto acentúa situaciones críticas para la conservación de algunas especies".
Sobre el tiempo que van a tardar en recuperarse los vegetales que necesita el oso para sobrevivir Hartasánchez ha reflexionado que "en estos momentos la dieta alimenticia de los osos pueden ser los hormigueros que están en estas montañas y han sido aniquilados. Esto va a repercutir en que un oso ha comido ciruelas al lado de una casa debido a la desaparición de la alimentación natural que hay en las montañas, los incendios hacen que estos animales busquen otro tipo de recursos".
Respecto al urogallo, que está en una situación más delicada que el oso, ha comentado que "es una situación crítica sin incendios, el hábitat está desapareciendo, la especie se está extinguiendo y estos incendios están afectando a los últimos enclaves donde tiene una presencia estable. Estos fuegos han sido terroríficos para la conservación de este animal en la cordillera cantábrica".
Copernicus registra la cifra más alta de CO2 en el aire en 23 años en España por los incendios, llegando a acumularse 5,5 millones de toneladas de dióxido de carbono en los últimos 15 días. El humo de los incendios se ha propagado cientos de kilómetros y ha deteriorado notablemente la calidad del aire en amplias zonas de la Península, lo que se materializa en que partículas muy finas y tóxicas están diseminadas en el ambiente muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Informa Candela Barro.
Más de 30.000 personas han tenido que abandonar sus casas en las últimas semanas, salir corriendo de sus pueblos, ante el avance imparable de los incendios forestales. Y, en los casos más duros, han sido testigos a distancia de cómo se quemaban sus viviendas o su ganado o su modo de vida. Hoy, escuchamos testimonios tanto de personas que han sido evacuados por el fuego... como de quienes se ocupan de su bienestar físico y emocional.
En medio de esta oleada de incendios que ya ha arrasado más de 340.000 hectáreas en España. La solidaridad está siendo fundamental entre los vecinos que se están organizando para llevar agua o mascarillas en Galicia. RTVE ha podido hablar con Fátima Pego, voluntaria que cargó su coche para llevar agua a las zonas más afectadas, y lo que le impulsó a llevar esta acción fue "porque en Galicia llevan la tierra, la aldea en su ADN desde pequeños. Cuando ves que tu tierra arde se te remueve algo dentro y necesitas ayudar. Muchas veces me gustaría estar en primera línea, pero no se puede o no sabemos".
Para apagar los fuegos han realizado batefuegos y Pego ha explicado que son "unas palas típicas de bomberos forestales, como un remo para apagar el fuego con una parte de goma, que bloquea el fuego. No todo el mundo tiene uno de estos en casa, entonces se apaga con lo que se puede, como ramas. Muchos vecinos tenían heridas en los brazos de arrancar ramas para poder apagar el fuego cuando se acercaba a su casa". Estos batefuegos se pueden construir con los palos de una escoba, se añade esa parte de goma con lo que se pueda, tanto con alfombrillas de coche o trozos de neumáticos viejos que se sueldan con hierros, y lo que se hace es llevarlo a las aldeas. Es lo que más se solicita desde las aldeas, comenta Pego.
Pego dice que la gente que quiera ayudar "tiene que ponerse en contacto con los ayuntamientos, protección civil o diferentes grupos de voluntariado. Lo que más se necesita son garrafas de agua, material ignífugo, gafas, gasas, todo el material que pueda servir para hacer curas y alimentos para animales que se han quedado sin pasto".
Los fuegos activos en España han provocado hasta el momento la destrucción de más de 340.000 hectáreas. En Jerte, Extremadura, la preocupación es total, y La Hora de la 1 ha podido hablar a través de una llamada telefónica con Felisa Cepeda, alcaldesa de Jerte, y ha comentado que "el frente de llamas está en la ladera que se encuentra en frente del monte de los Papúos, y quiero puntualizar que la ladera contraria, donde está la reserva natural La Garganta de los Infiernos, no se ha visto afectada. Para lanzar un mensaje de tranquilidad en ese sentido".
Las previsiones que se tienen para las próximas horas son que el viento está complicando todo, dado que, a última hora de la tarde, la zona de los Papúos estaba controlada y hubo una reactivación debido al viento. Es lo que preocupa en estos momentos. "La preocupación de los agricultores y los vecinos de Jerte, que su principal método de vida son los cultivos, ven amenazado que el incendio empiece a afectar a las zonas de cerezos" comenta Cepeda.
También, quiere mandar un mensaje de tranquilidad diciendo que "el núcleo de población, en principio, no se encuentra en peligro. Los núcleos de población no corren peligro".
Rosi Fernández, una vecina de Fasgar que tiene un bar y ha sido evacuada, ha contado este miércoles en una entrevista en La Hora de La 1 que su pueblo está “todo calcinado”. A consecuencia del viento “la noche fue horrible” y lo que más preocupa a los vecinos es el “ganado” que hay en “la campa” y que está “prácticamente arrasada”.
Rosi ha asegurado que la gente está derrotada y que gracias al altavoz que se le dio en el programa los servicios de extinción y los medios llegaron a Fasgar. “Yo lo único que quiero es que se apague el fuego” ha manifestado diciendo que “esto no va de colores políticos, aquí vivimos gente y estamos viendo quemar nuestras raíces, nuestra vida”.