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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sigue haciendo negocios a pesar de su posición política. Está preparando el lanzamiento de su propio teléfono móvil, hecho en Estados Unidos, con su propia operadora: Trump Mobile. Irrumpe en el mercado mientras crece el debate sobre los negocios de este empresario que también ejerce de presidente.

El nuevo teléfono ha sido llamado T1, de color dorado y con un precio de 499 dólares. Se puede abonar a través de un plan mensual por 47,45 dólares. Esto es una referencia a Trump, que ha sido el presidente número 45 de EE.UU. y ahora ejercer como el número 47. Este es el último de los negocios de la familia Trump, que también se ha metido de lleno en el mundo de las criptomonedas.

El actual presidente estadounidense hace tiempo que diversificó sus negocios, pasando de los casinos y el sector inmobiliario a vender de todo: zapatillas deportivas, cromos e incluso biblias. A pesar de todo, por ley, ha tenido que delegar los negocios en sus hijos, muchos apuntan a que existen evidentes conflictos de intereses.

"Utiliza la Casa Blanca para hacerse rico", ha asegurado Elizabeth Warren, senadora demócrata. Desde que ha regresado al Despacho Oval, Trump ha legislado a favor o ha quitado regulaciones en sectores donde tiene negocios. Warren ha sentenciado que se trata de una "orgía de la corrupción".

Foto: GETTY IMAGES

En medio de los ataques de Israel a Irán, Trump aumenta la incertidumbre. Pide a los 10 millones de habitantes de Teherán que evacúen la ciudad y reitera que Irán no puede tener armas nucleares. Tel Aviv argumenta que el país persa lleva años invirtiendo millones para exterminarles. La campaña israelí comenzó con bombardeos contra objetivos militares e infraestructura nuclear, como la central de Natanz. Ahora amenazan a todo el régimen iraní. Netanyahu advierte que las operaciones continuarán tantos días como sea necesario. Teherán podría estar intentando que Estados Unidos forzase un alto al fuego inmediato a cambio de que el país persa considerase ser más flexible en las negociaciones nucleares. Trump predice que Teherán firmará el acuerdo nuclear.

FOTO:EFE/EPA/ATEF SAFADI

En los alrededores del desfile militar en Washington se enfrentaron manifestantes y seguidores de Donald Trump. Hubo protestas en Chicago, Filadelfia, Boston, San Francisco... La policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos en Los Ángeles. Hubo detenciones. También en Nevada y más estados. En otros, las protestas fueron pacíficas contra las políticas autoritarias de Trump y las migratorias. "Nadie es ilegal" se ha escuchado en Chicago.

Foto: Alex Kent/Getty Images via AFP

El centro de Los Ángeles se ha convertido, desde hace una semana, en el epicentro de las redadas migratorias ordenadas por el presidente de EE.UU., que se ha encontrado de frente con numerosas protestas en la calle así como con el rechazo total tanto del gobernador de California como de la alcaldesa de la ciudad, ambos demócratas. Donald Trump y su política antiinmigración ha puesto a la ciudad en el punto de mira. La situación es muy crítica. "Es muy difícil, la gente tiene miedo a salir a trabajar. Están deteniendo a gente trabajadora y eso es injusto", cuentan a ‘Informe Semanal’ vecinos del barrio de Pico Union. Se han llegado a imponer toques de queda parciales para poder controlar la reacción a las detenciones que ya se han producido y que, además, ya se están reproduciendo en otras capitales del país como Nueva York o Chicago. "Siempre hemos tenido detenciones, deportaciones y redadas, pero no a este nivel ni de la manera en la que se está haciendo", señala Marta Arévalo, directora del Centro de Recursos Centroamericanos: "Se está haciendo de una manera muy cruel".

La tensión, localizada principalmente en torno a los centros del Servicio de Inmigración, se mezcla con el miedo que ya se ha instaurado entre la población migrante. El despliegue tanto del ejército como de la Guardia Nacional recuerda a otros tiempos y contribuye a aumentar el malestar generalizado como asegura Gavin Newson, el gobernador de California: "Este descarado abuso de poder por parte del presidente ha exacerbado una situación explosiva". Parece que muchos han olvidado que la historia de Estados Unidos es la historia de los inmigrantes europeos, latinoamericanos y asiáticos. Una historia que habla de esclavitud, desigualdad y racismo. "Trump está utilizando una vez más al colectivo como chivo expiatorio, una táctica de distracción política que le sirve para amasar más poder y beneficios económicos", explica Marta Arévalo. La historiadora Esperanza Sánchez añade que "este movimiento va a seguir. La gente va a seguir peleando por sus derechos". Es el primer gran pulso a Trump.