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En el último año más de 13.600 pequeños comercios han echado el cierre en España. Es muy difícil competir contra las grandes cadenas de restauración, moda y alimentación. En nuestro país hay casi 85.000 franquicias. Hemos hablado con algunos de esos comerciantes para saber cuál es la receta para resistir.

FOTO: Exterior de una tienda en Cadaqués (GETTY)

Esta tarde todo apunta a que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos bajará los tipos por primera vez en nueve meses, lo que impacta en el cambio del euro al dólar. La divisa europea se ha revalorizado más de un 14% frente a la estadounidense desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. Esto tiene efectos positivos y negativos en nuestros bolsillos.

El primer beneficio es la confianza, ya que una moneda fuerte es síntoma de una economía saneada y puede atraer inversores. Además, lo que se paga en dólares nos sale más barato, desde las compras en internet hasta las materias primas, incluidos el petróleo y el gas.

El economista jefe de BBVA Research, Miguel Cardoso, explica que "de la noche a la mañana estas importaciones se han abaratado un 15%, un 20% y por lo tanto las ventajas están para el consumidor".

También es una buena noticia para quienes viajen a EE.UU., ya que pagarán menos euros por lo mismo. Sin embargo, quienes nos visiten desde EE.UU. todo saldrá más caro y vendrán menos y gastarán con más cuidado. Es todo un golpe para el turismo en España.

Pero el mayor inconveniente de la fortaleza del euro es el golpe a la competitividad de nuestras exportaciones. El jefe de oficina de Bloomberg, Rodrigo Orihuela, afirma que "si estás vendiendo un producto y hay alguien en EE.UU. o en otro país con una moneda débil que te está vendiendo el mismo producto más barato, estás en desventaja".

Este sobrecoste se suma a la subida de precios ya provocada por los aranceles de Trump y que ya notan empresas como Inditex. Además, los resultados de las empresas generados en dólares menguan cuando los repatrian y los cambian a euros.

Imagen: GETTY

Bruselas ha tomado medidas contra Israel y ha aprobado la propuesta para suspender parcialmente el acuerdo comercial con ese país y sancionar a dos ministros extremistas del Gobierno de Benjamín Netanyahu. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ya lo avanzó la pasada semana y ahora los Estados tienen que votar la medida por mayoría cualificada.

La CE da este paso, el más contundente hasta el momento, porque la situación humanitaria en Gaza es "insostenible" y con el objetivo de presionar al Ejecutivo israelí.

Foto: REUTERS/Ebrahim Hajjaj

Cuarta ronda de contactos entre EE.UU. y China en medio de la guerra comercial, esta vez en Madrid, centrada en aranceles y seguridad nacional. Encabezan las delegaciones el secretario del Tesoro estadounidense y el viceprimer ministro chino. Buscan un acuerdo sobre aranceles, tras la prórroga de la tregua entre las dos potencias, que extiende hasta noviembre la suspensión de nuevos gravámenes. Ahora mismo EE.UU. impone aranceles del 30% a productos chinos y Pekín del 10% a las importaciones estadounidenses

Sobre la mesa, también el futuro de TikTok. Esta semana expira el permiso de la red social china para operar en Estados Unidos si no se llega a un acuerdo sobre su propiedad. Las negociaciones seguirán en la capital española hasta el miércoles en la sede del Ministerio de Exteriores, donde les ha recibido el ministro José Manuel Albares.

En La Economía del canal 24 Horas el empresario y divulgador Adrián Díaz Marro, que lleva 20 años viviendo en China y ha publicado recientemente el libro 21 claves para entender a China en el siglo XXI.

Marro desmiente el mito de que los productos "chinos son basura". Afirma que el país asiático produce lo que el resto del mundo le pide: "Si le pedimos que produzca un sillón que se rompa al segundo uso, así lo hará" y añade que "si les pedimos que produzcan un iPhone, también".

Por otro lado, el hecho de que China sea un estado comunista puede dar una imagen del país que no es real. Por ejemplo, Marro explica que el "estado social chino es mínimo, por no decir cero". Comenta que el gigante asiático tan solo está empezando a crear un estado del bienestar para intentar impulsar el consumo interno. La sanidad es pública, pero es de pago, aunque "hay cada vez más compensaciones".

Asimismo, el sistema de pensiones es básico. "El funcionariado tiene pensiones", asegura Marro, "pero más allá del funcionariado, por ejemplo, también cuentan con ello las personas de la agricultura". Sin embargo, estas retribuciones son "ridículas".

Los ancianos a menudo dependen de los familiares más cercanos, como los hijos para su jubilación, pero también de los ahorros que han amasado durante su vida. Sin embargo, las personas que no cuentan con este colchón familiar tienen a su disposición una red estatal "muy básica", aunque "cada vez es mayor", apunta el empresario.

En cuanto a si China es comunista o una dictadura, Marro pone ambos aspectos en duda. Asegura que "es un régimen autoritario, pero de comunista no tiene nada". Por otro lado, la educación es "super competitiva". El empresario afirma que "los niños compiten y tienen clarísimo que compiten contra el estudiante del pupitre de al lado" y sentencia que en "China hay una clasificación de los niños en las clases".

También desmiente que en China sea complicado hacer negocios y, según Marro, todas las empresas e industrias se deslocalizaron en China "porque era el lugar donde eran más bienvenidas, donde el dinero se podía multiplicar mejor". Sin embargo, durante los últimos años cada vez menos empresas estadounidenses y europeas vienen a China. "Hoy en día tengo más proyectos para trasladar fábricas de China a Camboya y Vietnam".

A su vez, el empresario comenta que China es uno de los países más abierto al libre comercio y está dispuesto a firmar acuerdos con todos los países del mundo ya que "necesita una serie de materias primas".

Imagen: GETTY

China impondrá aranceles a la carne de cerdo europeo, en respuesta a las tasas que gravan sus coches eléctricos. No van a ser iguales para todos los países. España sale mejor parada, aranceles alrededor del 20% y otros socios europeos llegarán al 62,4%. Hay 87 empresas españolas que exportan carne de cerdo y derivados a China.

El director de Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC), Alberto Herranz, afirma que "tener un diferencial de estas características hace que tengas más oportunidades".

La tasa hará más cara la carne de cerdo europea en el voraz mercado chino, donde España es el primer proveedor mundial, por delante de Estados Unidos y Brasil. El país asiático importa el 10% de todo el porcino producido, unas 540.000 toneladas en 2024 que facturan 1.097 millones de euros.

Herranz añade que "el mercado chino para nosotros es un mercado estratégico, pero nosotros para ellos somos también un proveedor de confianza".

Pekín justifica los aranceles por la supuesta competencia desleal del porcino europeo, pero Bruselas y España creen que son una represalia por la guerra comercial del coche eléctrico.

Por otro lado, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planes, explica que "el origen de esta investigación era tema de la importación de vehículos eléctricos en la Unión Europea".

Asimismo, el portavoz de la Comisión Europea, Olof Gill, afirma que "esa investigación se basa en alegaciones cuestionables y en pruebas insuficientes, y no encaja con las norma de la Organización Mundial de Comercio". Europa responderá a los aranceles para defender a los ganaderos e industrias comunitarias.

Imagen: GETTY

El economista y profesor de la Universidad de Alcalá, José Carlos Díez, se ha mostrado a favor de la postura que la Comisión Europea ha adoptado respecto a los aranceles impuestos por Estados Unidos, aceptando un gravamen del 15% a sus exportaciones y rechazando así entrar en una guerra comercial con su presidente, Donald Trump, que no beneficia a nadie. "Porque alguien cometa un error, tú no tienes que cometer el mismo", ha señalado este jueves en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE.

En su opinión, el principal perjudicado de esta política serán los propios consumidores estadounidenses: "Si él se quiere pegar un tiro en el pie y subir la inflación y los precios de los bienes de la cesta de la compra a sus votantes, pues que lo haga", ha insistido.

No obstante, ha instado a la Unión Europea a "evitar que las empresas chinas con ayudas y subvenciones de su gobierno entren en nuestro mercado para competir con industrias y con fábricas europeas". Y es que, en su opinión, la imposición de altas tasas arancelarias de Estados Unidos al país asiático se traducirá en el cierre de este mercado y su sustitución por el europeo.

Foto: AP Photo/Achmad Ibrahim