En unas semanas los campos españoles se teñirán de rojo con amapolas. Un paisaje precioso para los urbanitas pero indeseable para los agricultores, que ven en estas flores a unas malas hierbas. Hemos hablado de ellas con Bárbara Baraibar, investigadora del Grupo de Investigación en Ciencia y Ecología de las Malas Hierbas de la Universidad de Lérida. Son plantas muy extendidas que disminuyen el rendimiento de los cultivos; interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua; en los procesos de cosechado y comercialización; pueden disminuir la calidad del producto (contaminación de grano o del forraje) y transmitir enfermedades a los cultivos.
Sin embargo, también se ha visto que algunas especies y sus semillas contribuyen a la biodiversidad, alojan insectos beneficiosos y polinizadores, alimentan a las aves y disminuyen la erosión en ciertas épocas del año.
Según Naciones Unidas, cerca del 20 por ciento de la población mundial vive en zonas en las que escasea el agua. Y a corto plazo, con el aumento de la población, el efecto invernadero y el cambio en los patrones de consumo, se prevén mayores dificultades para satisfacer la demanda.
Y es que no solo usamos el agua para beber. Muchas de nuestras actividades cotidianas o la producción de bienes y alimentos suponen un elevado consumo. En un contexto de globalización en el que las políticas ambientales intentan alcanzar un desarrollo sostenible, cobra especial importancia la creación de un indicador que proporcione información útil a nivel internacional. En 2002, investigadores de la Universidad holandesa de Twente acuñaron el concepto de "huella hídrica" que, según Daniel Ramón Vidal --doctor en Biología y miembro de la Real Academia de Ingeniería-- es un indicador medioambiental que nos dice la cantidad de agua que nos cuesta producir un producto.
Se estima que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada con los alimentos, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Producir 1 kilo de ternera necesita 15.000 litros de agua. Esto incluye no solo el agua incorporada al producto en sí mismo, sino la que se ha contaminado, la devuelta a otra cuenca o al mar e, incluso, la evaporada en todos los procesos. Pero no sólo la carne requiere de grandes recursos: producir un kilo de arroz necesita 5.000 litros de agua, un kilo de café cuesta 8.000 y un kilo de vainilla para obtener el aroma más utilizado en la industria alimentaria precisa de 100.000 litros de agua.
China, India y Estados Unidos son los países con mayor huella hídrica del mundo pues acaparan el 38% del consumo de agua. España, a pesar de ser el país más árido de la Unión Europea, ocupa el segundo puesto -por detrás de Portugal- con mayor huella hídrica de Europa con 6.700 litros por persona y día.
En este contexto de limitaciones, se buscan estrategias para reducir ese consumo. Por ejemplo, cultivos más eficientes, seguir la dieta mediterránea --rica en frutas, verduras y pescado-- o el uso de microorganismos modificados para conseguir determinados productos como los aromas.
Según Naciones Unidas, cerca del 20 por ciento de la población mundial vive en zonas en las que escasea el agua. Y a corto plazo, con el aumento de la población, el efecto invernadero y el cambio en los patrones de consumo, se prevén mayores dificultades para satisfacer la demanda.
Y es que no solo usamos el agua para beber. Muchas de nuestras actividades cotidianas o la producción de bienes y alimentos suponen un elevado consumo. En un contexto de globalización en el que las políticas ambientales intentan alcanzar un desarrollo sostenible, cobra especial importancia la creación de un indicador que proporcione información útil a nivel internacional. En 2002, investigadores de la Universidad holandesa de Twente acuñaron el concepto de "huella hídrica" que, según Daniel Ramón Vidal --doctor en Biología y miembro de la Real Academia de Ingeniería-- es un indicador medioambiental que nos dice la cantidad de agua que nos cuesta producir un producto.
Se estima que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada con los alimentos, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Producir 1 kilo de ternera necesita 15.000 litros de agua. Esto incluye no solo el agua incorporada al producto en sí mismo, sino la que se ha contaminado, la devuelta a otra cuenca o al mar e, incluso, la evaporada en todos los procesos. Pero no sólo la carne requiere de grandes recursos: producir un kilo de arroz necesita 5.000 litros de agua, un kilo de café cuesta 8.000 y un kilo de vainilla para obtener el aroma más utilizado en la industria alimentaria precisa de 100.000 litros de agua.
China, India y Estados Unidos son los países con mayor huella hídrica del mundo pues acaparan el 38% del consumo de agua. España, a pesar de ser el país más árido de la Unión Europea, ocupa el segundo puesto -por detrás de Portugal- con mayor huella hídrica de Europa con 6.700 litros por persona y día.
En este contexto de limitaciones, se buscan estrategias para reducir ese consumo. Por ejemplo, cultivos más eficientes, seguir la dieta mediterránea --rica en frutas, verduras y pescado-- o el uso de microorganismos modificados para conseguir determinados productos como los aromas.
Muchos bares y restaurantes sirven lo que se conoce como la croqueta de quinta gama. Está hecha a mano, pero a gran escala. Es una opción por la que apuestan muchos restaurantes, aunque no lo digan.
Cada vez hay menos abejas en Europa, lo que supone un enorme riesgo para el ecosistema. Viven sólo 40 días pero sin ellas, no existirían gran parte de frutas y verduras. En Navarra, algunos apicultores han abierto sus puertas para que podamos apreciar la miel y las abeja.
El cerebro y el intestino están tan relacionados que la falta de fibra puede influir tanto como el exceso de estrés en la ansiedad. En Saber Vivir te contamos cómo.
¿Has comprado alguna vez carne envasada en bandeja?¿Para qué sirve la almohadilla que se coloca debajo del producto? ¡Aclaramos todas las dudas en Saber Vivir!
Vegetariana, cuatro quesos, barbarcoa... Analizamos las etiquetas de las pizzas que encontramos en el supermercado y también las famosas bases de masa precocinada.
Víctor Moreno-Cid viene a responder preguntas existenciales que tal vez (o no) te habías preguntado. Todos hemos escuchado mitos y frases sobre la comida ¿Es bueno para la salud tomar una copa de vino al día? ¿Los licores son realmente digestivos ¿El pan engorda? ¿Es verdad lo de las cinco piezas de fruta al día? Hablamos de todas las respuestas a estas y a más preguntas con Mario Sánchez Rosagro, tecnólogo alimentario dedicado a la divulgación científica en el campo de la alimentación, nutrición, tecnología y seguridad alimentaria. Su proyecto de divulgación en Redes Sociales se llama Sefifood. Escucha la sección "Por si te lo habías preguntado" en Gente Despierta.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha estimado este lunes que se producirá un incremento del gasto en la cesta de la compra de "más de 500 euros al año" en una familia media a causa del alza de los precios de la alimentación, según los datos del observatorio de precios de alimentación realizado por la OCU, que advierte de una subida media del 9,4%. Así lo ha explicado en 24h de TVE Ileana Izverniceanu, que ha advertido de un "impacto económico importante para un hogar medio", que va a gastar 500 euros más "en productos muy básicos". Este aumento, según la portavoz, se debe a "un traslado de los costes de producción" y también a que debido a la guerra de Ucrania, se ha producido una "especulación" con algunos productos como el aceite de oliva (que ha subido un 50 %) y un mayor acopio por parte de los consumidores. De los 156 productos analizados, el 84 % ha subido de precio respecto al último año, frente al 16 % que ha bajado. Los productos que más han subido con los aceites de oliva y girasol, el lavavajillas, la margarina, la pasta, los plátanos y el salmón.
Foto: Clientes hacen la compra en el interior del hipermercado Carrefour Planet en Alcobendas (Madrid). EFE/ J. M Espinosa
Seguro que has disfrutado de los guisantes en cremas, como guarnición o dentro de una menestra. Marta Verona nos propone una receta mucho más creativa. ¡Atrévete!
Miles de personas se han manifestado en Santiago de Compostela para protestar por las trabas impuestas por la Xunta de Galicia al sector mejillonero, que restringe las zonas donde los bateeiros pueden criar el mejillón que servirá de base para su posterior producción.