Enlaces accesibilidad

Los republicanos bloquean los intentos demócratas para llamar a testigos en el inicio del 'impeachment' a Trump

  • El histórico juicio político arranca en el Senado con un pulso parlamentario entre las partes sobre las reglas del proceso
  • Los republicanos han impuesto un juicio rápido, como quería la Basa Blanca | Especial: impeachment a Donald Trump

Por
Los demócratas tratan de ralentizar el juicio rápido que quieren los republicanos

El impeachment contra Donald Trump, el tercero contra un presidente de Estados Unidos, ha echado a andar este martes en el Senado, constituido ya como un tribunal, con un pulso entre republicanos y demócratas en torno a las reglas del juicio político. Los republicanos, que han diseñado un proceso rápido y, en principio, sin nuevas pruebas documentales ni testigos, han impuesto su mayoría para rechazar una por una las enmiendas presentadas por los demócratas para incluir nuevas evidencias, pero el debate y votación de esas propuestas ha retrasado el trámite hasta que, ya entrada la madrugada en Washington, se han aprobado las normas que regirán el procedimiento, que, tal como pretendía la Casa Blanca, podría quedar finiquitado en diez días.

El inicio del histórico impeachment ha colocado los focos mediáticos de todo el mundo en el Capitolio y ha opacado el resto de la agenda política estadounidense, desde las primarias demócratas -tres aspirantes a la candidatura, Elizabeth Warren, Bernie Sanders y Amy Klobuchar, participan en el proceso, en su condición de senadores- hasta la presencia del propio Donald Trump en el Foro Económico de Davos, en Suiza. Y, bajo la vigilancia del presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha dejado las primeras escaramuzas de una batalla que se anuncia áspera entre los siete miembros de la Cámara de Representantes que actúan como fiscales y el equipo legal que se encarga de la defensa del presidente; los senadores, que actúan como jurado, no pueden intervenir.

El Senado inicia el 'impeachment' contra Donald Trump

La sesión, que ha arrancado poco después del mediodía y ha terminado a las dos de la madrugada local, no ha deparado grandes sorpresas, más allá de la insistencia de los demócratas en dilatar el trámite para determinar las normas del impeachment. Y aunque se especulaba con que algún republicano moderado rompiera la disciplina de voto para permitir que se profundice en la trama ucraniana, esto es, en si Trump abuso de su poder al presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, para perjudicar a un rival político, todos los senadores del partido del presidente han respaldado la estrategia del líder de la mayoría, Mitch McConell, sobre las reglas del juicio.

De esa forma, los 53 senadores republicanos han tumbado, frente a los 47 demócratas, todas las enmiendas que trataban de ampliar las pesquisas: una para exigir a la Casa Blanca la documentación que Trump negó durante la investigación en la Cámara de Representantes, otra con una petición similar al Departamento de Estado, una tercera dirigida a la oficina encargada de la gestión del presupuesto del gobierno, una más destinada a citar al jefe de gabinete del presidente, Mick Mulvaney, otra sobre el Departamento de Defensa... y así hasta once mociones.

Los republicanos moderan su propuesta

En este sentido, McConell ha sugerido que las peticiones se unificaran en una sola propuesta, reiterando que la decisión sobre posibles declaraciones adicionales puede adoptarse durante el proceso, pero el líder de la minoría, Chuck Schumer, ha dejado claro que presentarían cuántas mociones fueran necesarias para que quedara constancia de todos los testigos y documentos que los republicanos se niegan a evaluar: "No renunciaremos a votar todas estas enmiendas, que consideramos extremadamente singificativas", ha subrayado.

Y eso que McConell, que ha reconocido sin ambages que se coordina con la Casa Blanca para pilotar el proceso, ha sido sensible a las peticiones de los republicanos moderados y ha abierto la mano con dos modificaciones de su propuesta original. En primer lugar, la acusación y la defensa tendrán, en lugar de 24 horas repartidas en dos días para presentar sus argumentos, el mismo tiempo pero repartido en tres días, lo que evita sesiones maratonianas hasta la madrugada, un aspecto que habían criticado los demócratas como un intento de esconder el juicio político. Además, tal como los demócratas habían reclamado, el Senado aceptará como pruebas los testimonios y evidencias registrados en la investigación que llevó a cabo la Cámara de Representantes para imputar al presidente.

Juicio político a Trump: cómo va a ser el 'impeachment' al presidente de EE.UU.

De esta forma, el juicio político propiamente dicho dará comienzo este miércoles con los argumentos de los fiscales demócratas contra el presidente Trump, que podrán exponer su caso hasta el viernes, mientras que las alegaciones de la defensa empezarán el sábado y, tras la pausa dominical, continuarán el lunes y el martes. Entre el miércoles 29 y el jueves 30 se repartirán las 16 horas reservadas a las preguntas de los senadores para ambas partes y el viernes 31 habrá cuatro horas de debate para decidir si se cita nuevos testigos o se solicita documentación adicional.

Si la mayoría republicana sigue unida -por ahora, solo una senadora republicana, Susan Collins, de Maine, ha anunciado que votará a favor de escuchar a nuevos testigos en el curso del impeachment- y bloquea la presentación de nuevas evidencias, ese mismo día podrían celebrarse las votaciones, una para cada uno de los cargos que se la imputan a Trump -abuso de poder y obstrucción a la justicia-, poniendo fin al juicio político.

Los demócratas vuelven a pedir "un juicio justo"

El resultado de la votación final, en cualquier caso, se da por descontado: aunque algún senador republicano haya cuestionado el formato, ninguno ha dado muestras de pretender votar en favor de destituir al presidente, así que la mayoría republicana exonerará a Trump. Ambas partes son conscientes de ello, pero la cercanía de las elecciones presidenciales de noviembre convierte el juicio político en un magnífico altavoz, como ha demostrado el debate sobre las reglas de impeachment.

"Abuso de poder, es el cargo más serio imputado a un presidente", ha recalcado el representante demócrata Adam Schiff, que encabeza el equipo de fiscales, durante su intervención inicial, en la que ha apelado a los deberes constitucionales y a los valores democráticos de los senadores -les ha recordado que "han prestado juramento de hacer justicia de forma imparcial"- para que permitieran la presentación de nuevos documentos y testigos.

Trump afronta el 'impeachment' a nueve meses de jugarse la reelección en las presidenciales

¿Tendrán el presidente y el pueblo estadounidense un juicio justo? Esto es más importante que si el presidente es culpable o inocente

"¿Tendrán el presidente y el pueblo estadounidense un juicio justo? Esto es más importante que si el presidente es culpable o inocente", ha argumentado Schiff, quien ha criticado que el formato del impeachment solo abra la puerta a nuevas pruebas después de haber escuchado los argumentos de las partes: "Queremos los testigos ahora, y no después". Luego, avanzado el debate, ha ido aún más allá: "La cuestión no es cuándo, porque el cuándo que pretenden es nunca".

Schiff ha insistido en que las pruebas contra Trump "son abrumadoras" y en que el presidente no puede estar por encima de la ley ni del control del Congreso, pero "va a ser exonerado, no porque sea inocente, que no lo es, sino porque el Senado lo exonera". Y ha instado a defender la credibilidad del sistema y de los contrapesos recogidos en la Constitución: "Los estadounidenses quieren un juicio justo, quieren creer que su sistema de gobierno está a la altura de las circunstacnias. Pero la mayoría no cree que eso vaya a ocurrir. Demostrémosles que están equivocados, no condenando al presidente, sino con juicio justo".

Los abogados de Trump reiteran que no hay caso

El equipo legal del presidente, por su parte, ha replicado que, si las pruebas contra el presidente son tan abrumadoras como para imputarle, los fiscales no deberían necesitar nuevas evidencias, al tiempo que insistía en que las reglas propuestas por los republicanos permiten votar las citaciones de nuevos testigos durante el proceso. "No tienen caso, con franqueza, no tienen cargos", ha subrayado el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, que dirige la defensa de Trump.

Cipollone -quien, como principal asesor de Trump, le aconsejó no colaborar con la investigación de la Cámara de Representantes, lo que llevó a la imputación de obstrucción a la justicia y le convierte en parte del caso- ha acusado a los demócratas de fabricar un relato a partir de la llamada de Trump a Zelensky el pasado 25 de julio, sobre la que se sustenta el impeachment tras la denuncia de un miembro de los servicios de inteligencia, y ha llegado a decir que se ha amenazado a altos cargos para que testifiquen, al coaccionarlos con citaciones ante la Cámara de Representantes.

Las claves del 'impeachment' contra Donald Trump

Incluso les ha acusado de tratar subvertir el resultado electoral, de negar el derecho de los estadounidenses a elegir a su presidente."Es indignante, están tratando de robar no una, sino dos elecciones", ha clamado, en alusión a las últimas presidenciales, en 2016, y a las futuras, las de este año: "Están tratando de eliminar al presidente Trump de la papeleta", ha reiterado posteriormente.

En la misma idea de un impeachment partidista ha insistido otro de los abogados de Trump, Jay Sekulow: "Cuando la investigación sobre Rusia fracasó, evolucionó al caso ucraniano. ¿Por qué estamos aquí? ¿Porque hubo una llamada? ¿O porque desde que el presidente juró el cargo hay un deseo de destituirle?". Un tono bronco que marca la pauta para un juicio político que quizás termine rápido -el de Bill Clinton se extendió hasta los dos meses y este se puede quedar en apenas diez días-, pero que seguro será duro e intenso.