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Elecciones generales

¿Qué apoyos necesitaría una coalición de gobierno de PSOE y Unidas Podemos para salir adelante?

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Investidura: hemiciclo del Congreso de los Diputados
Para la investidura se precisan 176 votos en primera votación o más síes que noes en la segunda.

Una coalición de gobierno "progresista" entre PSOE y Unidas Podemos como la que quieren promover Pedro Sánchez y Pablo Iglesias necesita para llegar a término una serie de sumas posibles para lograr la investidura de Pedro Sánchez y conformar un Ejecutivo participado por socialistas y 'morados'. Tras estas elecciones generales del 10N, el resultado de ambos socios es diez escaños más corto de lo que fue tras los comicios de abril.

Hay varios escenarios posibles de pactos con los que podría afrontarse la investidura, algunos de los cuales también podrían servir para sustentar la legislatura.

PSOE-Podemos, y abstención de independentistas y Cs

PSOE y Unidas Podemos cuentan con 155 escaños, y necesitan otros 21 para lograr la investidura en primera votación por mayoría absoluta (176 diputados) o, en su defecto, obtener más votos afirmativos que negativos en una segunda votación.

Al otro lado, se situarían de manera fija y prácticamente inamovible los votos de PP, Vox, Navarra Suma y los dos diputados antisistema CUP, que suman 145 escaños, la cifra que tendrían que batir, siempre y cuando el resto de formaciones, por lo menos, se abstengan. Es decir, como mínimo, deberían colaborar con la investidura los partidos independentistas catalanes (ERC y JxCat) y vascos (EH Bildu), además de Ciudadanos.

Pero esta configuración, que hace posible poner en marcha la legislatura con un gobierno de coalición, por sí sola no mantendría al Ejecutivo ni su programa legislativo.

PSOE+Unidas Podemos+Más País+PNV+PRC

A partir de negociaciones y nuevos acuerdos el nuevo gobierno de coalición que pretenden con Sánchez de presidente e Iglesias de vicepresidente podría obtener el sí de PSOE, Unidas Podemos, Más País, PRC (el único voto afirmativo que obtuvo el presidente del Gobierno en funciones en la fallida investidura de julio) y el PNV.

Con estos números alcanzaría 165 escaños, que podrían aumentar a 167 escaños con el apoyo de los respectivos diputados del BNG y Teruel Existe. Suficientes en cualquier caso para lograr la investidura en segunda vuelta con mayoría simple, siempre y cuando los partidos independentistas de ERC y JxCat, EH Bildu y Ciudadanos se abstuvieran.

El partido naranja prometió en campaña que no sería un obstáculo para la gobernabilidad, así que, aunque haya dimitido Albert Rivera, es presumible que mantendrían su postura de no impedir la formación de un gobierno ni forzar unas terceras elecciones generales.

Fijar las abstenciones de ERC y EH Bildu, clave

La situación política catalana y las propias diferencias internas entre ERC y JxCat, socios en la Generalitat de Cataluña, pueden dificultar este acuerdo. Ya dijo el candidato republicano, Gabriel Rufián, que la investidura sería más difícil en septiembre, una vez que se conociera la sentencia del 'procés', y el clima político instalado en Cataluña complicaría justificar un apoyo por activa o por pasiva a un gobierno socialista.

Si finalmente el PSOE y Unidas Podemos convencen a los republicanos, aún habrá que hacerlo con JxCat. En el caso de que el partido de Carles Puigdemont y Quim Torra se pase a los votos del 'no', estos subirían a 152, frente a los supuestos 167 del 'sí'. En ese escenario, es imprescindible fijar las abstenciones de los 13 escaños de ERC, los 10 de Ciudadanos y los 5 de Bildu.

Sin independentistas, investidura apoyada en Ciudadanos

Si el PSOE mantiene al pie de la letra lo que anticipó el lunes el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, y no quiere formar un Ejecutivo apoyado a priori en los independentistas, tendría que fructificar una investidura con el sí de toda la izquierda (158 escaños de PSOE, Unidas Podemos y Más País), partidos nacionalistas y regionalistas como el PNV, BNG, PRC y Teruel Existe (9 escaños) y el apoyo de Ciudadanos (10 escaños).

Este escenario hace posible la investidura por mayoría absoluta con 177 votos, al margen de que el resto de partidos votara en contra, y constituiría una suma ideal desde el punto de vista del PSOE, siempre que lograra mantener la estabilidad de esta mezcolanza política, en la que PNV y Ciudadanos son incompatibles en materias como el Concierto Económico vasco.

¿Y la gobernabilidad tras la investidura?

En cualquier caso, con la fragmentación del Congreso resultante de estas elecciones, y nada menos que 16 partidos políticos en la Cámara, para mantener un eventual gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos habrá que fijar en este ciclo de negociaciones el apoyo de los diputados de Coalición Canaria (2), BNG (1), Teruel Existe (1), para el presente inmediato de la investidura y para el futuro cercano de la legislatura.

Estos apoyos, no imprescindibles para la investidura, lo serán para la gobernabilidad y la aprobación de iniciativas legislativas, entre ellas los Presupuestos Generales del Estado, que hoy siguen siendo los que aprobó el Ejecutivo de Mariano Rajoy, prorrogados. En este punto hay que recordar que en estas elecciones generales el PSOE perdió la mayoría absoluta en el Senado, lo que le aboca a acuerdos con el PP para asuntos de la envergadura del techo de gasto, la renovación del Consejo General del Poder Judicial o una posible aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Por lo tanto, la eventual suma de 'síes' de la investidura -se sitúe en 165 escaños (la izquierda, PNV y PRC), 167 (con BNG y Teruel Existe) o 169(si se suma Coalición Canaria, en la que ahora está integrada Nueva Canarias)- precisará de una incesante geometría variable de acuerdos para aunar las voluntades de los partidos independentistas, nacionalistas, regionalistas y localistas que ahora forman la Cámara Baja, entre sí o a la vez con Ciudadanos.

Entrarán en juego las exigencias de las respectivas agendas políticas catalana, vasca, canaria, gallega o incluso turolense en una legislatura que, si logra arrancar, será más complicada aún que la anterior etapa derivada de la moción de censura a Mariano Rajoy.