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Los países del G7 rechazan nuevas sanciones a Rusia pero le piden que deje de apoyar a Al Asad

  • Los ministros del G7 descartan una solución militar y apuestan por una política
  • Advierten a Moscú que ya no cuentan con Al Asad para el futuro de Siria
  • Tillerson se reunirá con Lavrov para transmitirle el mensaje acordado en la cumbre
  • La guerra en Siria ha centrado la reunión de los siete países más ricos del mundo

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Foto de familia de los jefes de Exteriores de los países del G7 junto a la alta representante de la UE.
Foto de familia de los jefes de Exteriores de los países del G7 junto a la alta representante de la UE.

No hay futuro para Siria con Bachar al Asad en el poder. Es la conclusión extraída de la reunión de los ministros de Exteriores del G7 celebrada entre este lunes y martes en la ciudad italiana de Lucca.

Una tesis en la que Rusia puede jugar un papel clave, por eso, los jefes de la diplomacia del G7 -Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá, Japón- han rechazado una propuesta del Reino Unido que planteaba la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Rusia.

El ministro de Exteriores de Italia, Angelino Alfano, ha indicado que "ahora mismo no hay un consenso sobre la posibilidad de aplicar nuevas sanciones a Rusia" y que a su juicio "es más productivo tratar de comprometer a Rusia a través del diálogo" con el Kremlin.

"Necesitamos dialogar con Rusia, evitando aislarla y también alentando a (el presidente ruso Vladímir) Putin para que ponga fin al apoyo" al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, ha señalado Alfano, porque "Rusia tiene toda la fuerza para presionar a Al Asad para que decrete el alto el fuego".

Previamente, el jefe de la diplomacia francesa Jean-Marc Ayrault, los siete países participantes en la cumbre -los países más ricos e industrializados del mundo excepto Rusia, excuída hace tres años- y los países árabes invitados (Catar, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Turquía) han estado de acuerdo en que no hay una solución posible para Siria con Al Asad al frente.

Ayrault ha asegurado que no se trata de "una posición agresiva en contra de Rusia -principal valedor junto a Irán del régimen sirio-, sino más bien una mano tendida".

Así, los miembros del G7 apuestan por una solución "política y no militar", en la que Rusia colabore activamente junto a la comunidad internacional.

Cambio en la postura sobre Al Asad

Se trata de un giro en su posición con respecto a la continuidad de Al Asad, al que en los últimos años han apoyado de forma velada. Cabe recordar que al inicio del conflicto hace seis años la mayoría de los países del grupo estaban de acuerdo en la salida del presidente sirio del poder. Sin embargo, con la irrupción del autoproclamado Estado Islámico, el asunto de su continuidad pasó a un segundo plano y todos los esfuerzos se centraron en combatir el terrorismo yihadista.

Por ello, Ayrault ha señalado que "ya es suficiente (...) hay que salir de la hipocresía y respaldar muy claramente el proceso político".

En esa misma línea se ha expresado el ministro alemán de Exteriores Sigmar Gabriel, quien ha señalado que su objetivo es que "Rusia apoye el proceso político para una resolución pacífica del conflicto sirio".

El ministro de Exteriores de Italia, Angelino Alfano, quien ha presidido la reunión ha asegurado que "necesitamos dialogar con Rusia, evitando aislarla y también alentando a (el presidente ruso Vladímir) Putin para que ponga fin al apoyo" al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, porque "Rusia tiene toda la fuerza para presionar a al Asad para que decrete el alto el fuego".

Reunión de Tillerson y Lavrov

Los ministros de Exteriores del G7 han alertado del riesgo de una escalada militar en Siria y han mostrado su apoyo al secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, que viajará a Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en el que será su primer encuentro para transmitirle el mensaje acordado en la ciudad toscana.

"Todos los Estados del G7 quieren evitar una escalada militar y desean una solución política sin una nueva espiral de violencia", ha inistido Gabriel al término de la reunión en la ciudad toscana.

El conflicto en Siria ha centrado la atención de estas dos jornadas, debido al ataque químico en el país que causó la muerte de 87 personas el 4 de abril, del que Occidente responsabiliza al régimen de Al Asad, y que fue contestado con el lanzamiento de misiles por parte de Estados Unidos contra la base siria de Shayrat.

Los reunidos en Lucca también han hablado de Libia y la necesidad de garantizar la estabilidad en el país, de la crisis en Ucrania, de la no proliferación de armas, de la preocupación por el desarrollo del programa nuclear en Corea del Norte.

Y sobre el terrorismo yihadista han señalado "que la respuesta no solo puede ser militar sino que también es necesario el intercambio de información entre estados", y la prevención con una cierta atención a "la seguridad informática" para frenar "el reclutamiento por internet".