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El juez acepta los cargos por corrupción contra Lula da Silva y será procesado

  • La decisión convierte en reos a 6 personas más y a la esposa del político
  • Será juzgado por aceptar casi un millón de euros en sobornos
  • Juez Moro: "No significa que se esté admitiendo la responsabilidad criminal"

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El expresidente de Brasil Lula da Silva durante una rueda de prensa en Sao Paulo
El expresidente de Brasil Lula da Silva durante una rueda de prensa en Sao Paulo

El juez responsable por la investigación del gigantesco escándalo de desvíos en la petrolera brasileña Petrobras ha aceptado este martes los cargos formulados contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por lo que será procesado por corrupción y lavado de dinero.

El juez federal Sergio Moro ha aceptado la denuncia formal presentada la semana pasada por la Fiscalía de Brasil contra Lula, a quien acusa de haber recibido favores de una de las empresas beneficiadas por los desvíos en la petrolera estatal, según la decisión divulgada por su juzgado. En total, Lula podría haberse beneficiado de casi un millón de euros.

La decisión también convierte en reos a la esposa del exmandatario, Marisa Leticia Lula da Silva; al presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto, al expresidente de la constructora OAS Leo Pinheiro y a otros cuatro ejecutivos de esa empresa.

El fiscal responsable del caso Petrobras acusa a Lula de ser el "comandante máximo" de la corrupción en la petrolera

La decisión de Moro podría impedir una posible vuelta a la arena política de Lula en las elecciones de 2018. También se interpone en las esperanzas de su formación, el Partido de los Trabajadores, de obtener un buen resultado, regresar al poder, o incluso compromete su pervivencia, según expertos citados por Reuters.

A pesar de la acusación y el proceso judicial, las encuestas apuntaban un buen resultado para Lula en una hipotética candidatura.

Lula ha sido imputado por tres cargos de corrupción que podrían suponer un máximo de 16 años de cárcel por cada uno. Además cae sobre él una acusación de lavado de dinero con una posible pena de hasta 10 años. No obstante, si es declarado culpable, la sentencia final sería decisión del juez.

La Fiscalía: "Comandante máximo"

Aunque Lula da Silva fue acusado por la Fiscalía de ser el "comandante máximo" de la red de corrupción en la petrolera estatal, el político rechazó la acusación y anunció que colaboraría con la Justicia porque no ha cometido ningún delito.

El fiscal Deltan Dallagnol, responsable del caso Petrobras, le denunció por corrupción y blanqueo de dinero. Le acusa de ser el "comandante máximo" de la trama enquistada en esta empresa estatal de hidrocarburos que movió miles de millones de euros. Entre sollozos, Lula calificó ante los medios estos cargos de "pura ficción", cuyo fin es impedirle que vuelva a presentarse a la presidencia.

En un irónico y largo pronunciamiento de marcado carácter político, el exlíder del Partido de los Trabajadores (PT) afirmó que si le prueban algún delito irá caminando hasta la comisaría para su detención.

Un apartamento de tres pisos

De acuerdo con la Fiscalía, la constructora OAS compró, reformó y amuebló un apartamento de tres pisos en la playa para que fuera usado por la familia de Lula. La acusación agrega que, sumados los gastos del alquiler del depósito y las reformas del apartamento, el expresidente brasileño recibió cerca de 3,7 millones de reales (alrededor de 1,12 millones de dólares) en ventajas indebidas de la OAS.

"Me atribuyeron un apartamento que no es mío y me acusaron de ser el comandante mayor, pero tengo la convicción de que quien mintió va a tener que construir otra versión para seguir atacándome", ha insistido.

Aunque no citó específicamente que la denuncia también se extiende a su esposa, Marisa Leticia, Lula pidió respeto para su familia y admitió haberse sentido humillado cuando la Policía invadió su casa y la de sus hijos para cumplir una orden de registro en la que levantaron hasta su colchón y se llevaron las tabletas de sus nietas.

"Mis acusadores y la prensa construyeron una mentira y, tras la destitución de Dilma y como si fuera una novela, quieren darle una conclusión, que sería acabar con la vida política de Lula", afirmó al atribuir las acusaciones a una campaña para impedirle disputar las elecciones presidenciales de 2018.

"Esto no significa que se admita responsabilidad criminal"

El juez federal Sergio Moro también ha querido aclarar que la aceptación de la denuncia no significa que se está admitiendo la responsabilidad criminal de los acusados, que tiene que ser demostrada por la Fiscalía, y ha dicho que necesita dejar eso claro debido a que la presencia de Lula entre los acusados "pueden darle al caso reacciones de toda especie fuera del proceso".

"Los elementos probatorios aún son cuestionables, pero, en esta fase preliminar, no se exige que la demostración de la responsabilidad criminal sea concluyente sino que se demuestre justa causa (para abrir el proceso)", ha agregado el juez en su decisión.

Además de sentarse en el banquillo por primera vez en el juicio por los desvíos en Petrobras, Lula también afronta un proceso en el que fue acusado de obstrucción a la Justicia por supuestamente haber ofrecido dinero por el silencio de uno de los testigos que colaboran con las investigaciones sobre las corruptelas en la petrolera estatal.

La defensa de Lula acusa a Moro de "persecución"

Poco después de la decisión, la defensa de Lula ha afirmado que el juez Sergio Moro le ha "impuesto" un delito que "jamás" cometió y que la denuncia de la Fiscalía carece de "pruebas"

Han indicado también que la decisión de Moro de procesar a Lula "no les sorprendió", al acusar al juez de "persecución y violación de las garantías fundamentales".