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Elecciones generales 20D

Mariano Rajoy, la reválida de un presidente "normal" en un tiempo atípico

  • La crisis y la corrupción desgastaron la imagen del presidente más votado del PP
  • El candidato más veterano (60 años) quiere encarnar la continuidad frente al cambio
  • Afronta la reelección con el objetivo de minimizar la previsible pérdida de poder

Por
El presidente del Gobierno y candidato del PP a las elecciones del 20D, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno y candidato del PP a las elecciones del 20D, Mariano Rajoy.

Fecha y lugar de nacimiento: 27 de marzo de 1955 (Santiago de Compostela).

Estado civil: Casado. Tiene dos hijos, Mariano y Juan.

Formación: Licenciado en Derecho, obtuvo por oposición una plaza de registrador de la propiedad.

Idiomas: Aprende inglés.

“Yo mismo soy mi principal rival”, afirmaba en una reciente entrevista en TVE Mariano Rajoy. Una frase que no debe leerse solo como un recurso táctico del candidato del PP en las próximas elecciones generales para evitar emparejarse con sus rivales a la Moncloa, sino como el convencimiento personal de que, después de media vida en cargos públicos, su historial no importa y que su victoria o derrota dependerá casi en exclusiva de cuánto cale su relato de los cuatro últimos años, los de su Gobierno.

Y, sin embargo, Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, 1955), a quien le gusta apelar a las cosas que son normales, ha sido el presidente de la legislatura más extraordinaria que se recuerda en España, llena de problemas, encrucijadas y amenazas, en la que una crisis camino de perdurar una década ha hecho tambalear todos los cimientos posibles: los del Estado del bienestar, los de la economía, las finanzas exteriores e incluso la pervivencia del proyecto político de la UE y, a última hora, la misma unidad de España.

El Gobierno de Rajoy ha medido su actuación con el termómetro del paro, de la Seguridad Social, del déficit público, de la prima de riesgo y de los millones de euros en recortes. Varias de estas cifras reflejan la mejora relativa del paciente -la metáfora médica es original del PP-, y en vender el éxito de sus tratamientos se aplicará el presidente en su campaña, porque España era "un país al borde la quiebra” y ahora promete llegar en 2019 a los 20 millones de personas trabajando.

La garantía de lo "previsible"

Rajoy no es médico, es registrador de la propiedad. Fue opositor, tiene fama de "memorión" y gusta de medir sus éxitos por los resultados y por generar confianza. Presume de ser un político "previsible" como garantía de que no es veleidoso y sí digno de confianza. En un tiempo en que el sistema político español también ha dado un vuelco y los partidos tradicionales cotizan a la baja, Rajoy pone las siglas de su partido y a sí mismo como ejemplo de que lo viejo conocido es mejor que lo nuevo por conocer.

Desde luego, poco nuevo puede decirse de un candidato que se presenta por cuarta vez consecutiva a la Presidencia del Gobierno. Rajoy lleva en cargos políticos desde que hace 35 años entró de diputado en el Parlamento gallego. Ha estado en todos los escalafones nacionales de la política, y ha sido ministro de Administraciones Públicas, Educación y Cultura, Presidencia, Interior, vicepresidente y portavoz del Gobierno.

En muchos aspectos, la trayectoria política de Rajoy ha consistido en ir sorteando crisis, sea en la oposición, en su partido o en el Gobierno, lo que le ha valido en los medios el calificativo de superviviente político. Así se explica que un escándalo de corrupción política de la extensión del caso Gürtel no le impidiera ser presidente del Gobierno, o que no hayan acabado con él casos de corrupción de tanto calado como los de la trama Púnica y los célebres papeles de Bárcenas, aun cuando le señalaron directamente como presunto perceptor de dinero negro procedente de una financiación ilegal mantenida durante décadas y la Policía se presentó en la sede central del partido.

El único candidato que repite y el de mayor edad

Que es un superviviente también lo evidencia que es el único candidato a La Moncloa de un gran partido nacional que repite. En algo más de una década, Mariano Rajoy se habrá batido con tres secretarios generales del PSOE diferentes. Se presenta por cuarta vez a unas elecciones generales, con la posibilidad de equilibrar su balance personal (hasta ahora, dos derrotas y una victoria).

Cerca de los 61 años, Rajoy lleva casi tantos años en política como tienen algunos de sus rivales a la Moncloa

Rajoy, el presidente de más edad de los seis que ha habido en la democracia española, también es en 2015 el candidato más veterano. A sus 60 años, lleva casi tantos años en política como tienen de vida los candidatos de Ciudadanos, Podemos o IU. Ese atributo presidencial de la experiencia lo pondrá en valor en unas elecciones que presentan al elector el dilema entre lo viejo y lo nuevo, la continuidad y el cambio.

Y es que a Rajoy, a quien le gusta encomiar el trabajo, el esfuerzo y la sensatez, no le van las "frivolidades", tampoco en lo personal. De él se conoce lo que ha dejado ver en contadas entrevistas personales: que es aficionado a ver deporte, que es del Real Madrid, que corre en la cinta y hace ‘elíptica’ por la mañana, que se disputa familiarmente el Marca en el desayuno con su hijo…

Serio y reservado por naturaleza, con poca vida social, según él mismo admite, el gran público no sabe cuáles son sus series favoritas, sus experiencias sentimentales, los libros que lee o si ha pagado alguna vez en negro, como otros candidatos han reconocido. Ni posiblemente lo conocerá, porque él mismo ya lo ha advertido: "Nadie se espera que yo me ponga a bailar". Golpes de efecto que servirían de poco a quien esgrime haber priorizado "el despacho" sobre la comunicación.

Lo cierto es que en sus tres décadas desempeñando responsabilidades públicas, Rajoy ha ido reduciendo su exposición, de ser un político con intervención en cualquier debate a seleccionar mucho sus comparecencias, especialmente ante los medios de comunicación, a los que ha sorprendido siendo esquivo a sus preguntas o directamente interponiendo entre ellos y él una pantalla.

Los periodistas siguen en una rueda de prensa por televisión y sin preguntas una rueda de prensa de Rajoy en la sede del PP.

Los periodistas siguen en una rueda de prensa por televisión y sin preguntas una rueda de prensa de Rajoy en la sede del PP en febrero de 2013. EFE

Revalidar el mandato ante la pérdida de poder

Rajoy encara su reelección sabiendo que sus perspectivas de voto son mucho peores que las que tuvieron todos sus antecesores en el cargo ante su primera reválida en las urnas. Y que él, el presidente más votado del PP y el segundo más votado de la democracia -solo superado por el Felipe González de 1982-, se ha convertido en el peor valorado de todos.

Ni siquiera recién elegido obtuvo un aprobado de los ciudadanos -le daban un 4,55 sobre 10-, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y durante toda la legislatura ha seguido cayendo hasta repuntar a partir del año pasado. Con todo, su última nota, un 2,82, es peor que la de la mayoría de sus ministros.

Rajoy se presenta para su reelección con una valoración de 2,82 sobre 10, según el CIS

Rajoy reconoce que la crisis y la corrupción han hecho daño y pasarán factura a los 186 diputados, 136 senadores y casi el 45% de los votos cosechados en 2011. El debilitamiento del binomio PP-PSOE, que dio sus primeras señales en las elecciones europeas de 2014 se ha confirmado en las autonómicas y municipales de mayo, cuando el PP perdió 2,5 millones de votos, y en las catalanas de septiembre, en las que su partido ha sido el más perjudicado. El barómetro del CIS difundido a 45 días de las elecciones estimaba para el PP un 29,1% del voto.

Ante el posible cuadro de alianzas postelectorales, el líder del PP reivindica por adelantado que en España no se impida lo que es normal -en el sentido estadístico del término- y que, como siempre ha pasado, gobierne el partido más votado, que sería el suyo, según coinciden las encuestas.

Pero tras el 20D podría romperse esta norma no escrita. En Portugal acaba de pasar; en las elecciones municipales lo ha sufrido el PP en varios enclaves donde no pudo establecer pactos. Por eso, Rajoy buscará superar su propio hándicap, el de sus siglas y el de la gestión de la crisis; por eso dice que él mismo es su principal rival.

Cabezas de lista renovadas, candidaturas poco rejuvenecidas

Mariano Rajoy tardó en desenredar el nudo de las listas electorales ante la dificultad de conformar algunas de ellas, en especial la de Madrid, pero finalmente, el PP desveló las últimas incógnitas tras buscar blindar a sus principales candidatos y ofrecer a la vez unas listas renovadas [Candidaturas del PP al Congreso y al Senado 2015].

En los números uno de las listas del PP hay un 61,5% de renovación respecto a las presentadas en las elecciones generales de 2011, ya que hay 32 nuevos candidatos. Quince mujeres ocupan primeros puestos, un 29% del total. Sin embargo, la media de edad de los primeros espadas ronda los 50 años, con lo que la renovación no llega al aspecto generacional y el PP abunda en la idea de apostar por candidatos con experiencia contrastada.

En unas listas en las que ocho ministros concurrirán también como números uno, solo De Guindos y Morenés no serán incluidos, ya que no querían volver a presentarse. Son José Manuel García Margallo (Alicante), Fátima Báñez (Huelva), Rafael Catalá (Cuenca), Jorge Fernández (Barcelona), Alfonso Alonso (Álava), José Manuel Soria (Las Palmas), Ana Pastor (Pontevedra) e Íñigo Méndez de Vigo (Palencia).

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, encabezará la candidatura de su partido por Toledo. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, repite como número dos por Madrid, lista que además incorpora a los ministros Isabel García Tejerina como número tres y a Cristóbal Montoro como número cuatro. En los segundos puestos hay otros nombres destacados del PP, como Jorge Moragas (Barcelona), Javier Maroto (Álava) y Celia Villalobos (Málaga).

En la lista por Madrid, destaca la inclusión en el puesto 14 de la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, hermana del concejal asesinado por ETA Miguel Ángel Blanco, y de la exatleta Marta Domínguez, que finalmente fue apartada de la candidatura un día antes de conocerse una sanción del Tribunal de Arbitraje Deportivo por dopaje.

En la lista al Senado, aparece al frente el que ha sido presidente de la Cámara Alta esta legislatura, Pío García Escudero, seguido de Rosa Vindel y Carlos Aragonés, exdirector de gabinete de José María Aznar.