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El principal accionista del Banco Espírito Santo se declara en bancarrota

  • Da ese paso porque Luxemburgo le impidió entrar en concurso de acreedores
  • El Espírito Santo Financial Group posee el 20% del banco intervenido en agosto
  • También controla otras entidades en Panamá, Suiza y Dubái

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La sede de Banco Espirito Santo en Lisboa
La sede de Banco Espirito Santo en Lisboa.

El principal accionista del Banco Espírito Santo -el Espírito Santo Financial Group- se ha declarado este jueves en bancarrota, después de que las autoridades de Luxemburgo -donde está radicada su sede- le negasen la posibilidad de entrar en un régimen de "gestión controlada" (equivalente al concurso de acreedores de la legislación española).

En un comunicado publicado por la Comisión del Mercado de Valores de Portugal (CMVM), el grupo financiero ha informado de que también se declara en bancarrota su filial Espírito Santo Financière, con negocios en Francia y en Suiza.

El pasado mes de mayo, el Espírito Santo Financial Group (ESFG) identificó en una comisión de auditoría "irregularidades materialmente relevantes" en las cuentas de su matriz, Espírito Santo International, que dos meses después solicitó el régimen de gestión controlada en Luxemburgo. Esa entrada en concurso tampoco se ha permitido y la matriz ha sido declarada también en quiebra.

Los responsables de la compañía -una de las sociedades que pertenecen al Grupo Espírito Santo, y que agrupaba toda el área financiera del emporio familiar, incluido el banco- han señalado que esta declaración de insolvencia se produce por la negativa de Luxemburgo a permitirle entrar en "gestión controlada", una figura legal equivalente al concurso de acreedores.

Además de ser el principal accionista del Banco Espírito Santo (donde posee el 20,1% de su capital), el Espírito Santo Financial Group es propietario del 100% del ES Bank en Panamá y del Banqué Privée en Suiza, así como del 95% del ES Bankers en Dubái.

"Se espera que el tribunal de Luxemburgo competente en materia comercial apruebe la orden de insolvencia y nombre a uno o más" administradores en su audiencia del 10 de octubre, reza el comunicado.

El banco, intervenido desde agosto

El Banco Espírito Santo fue intervenido el pasado agosto por el banco central de Portugal debido a las multimillonarias pérdidas (3.600 millones de euros) contabilizadas en julio, después de un análisis pormenorizado de sus cuentas que descubrió toda una serie de operaciones ocultas.

Una de las principales causas de estos perjuicios fue la "exposición del banco a otras empresas del Grupo Espírito Santo" en riesgo de quiebra, lo que le obligó a reforzar sus provisiones por posibles impagos.

Dada su delicada situación, el banco central luso decidió intervenir la entidad y dividirla en dos: una parte con sus activos tóxicos, que mantiene el mismo nombre, y otra con sus activos saludables, agrupados en una nueva entidad llamada Novo Banco.

Según esta fórmula elegida, los accionistas del banco (el Espírito Santo Financial Group, el francés Crédit Agricole, el brasileño Bradesco y Portugal Telecom, entre otros) deberán asumir las pérdidas.