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El rey defiende una España en la que "caben todos" y pide diálogo dentro de la Constitución

  • "La crisis empezará a resolverse cuando los parados puedan trabajar", señala
  • El rey reconoce la necesidad de modernizar y regenerar la democracia
  • Como rey, asume “las exigencias de ejemplaridad y transparencia”
  • Dedica un “recuerdo muy especial y emocionado” a las víctimas de ETA

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Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey de 2013

El rey ha defendido en su tradicional mensaje de Navidad una “España abierta en la que cabemos todos” y ha invitado a las fuerzas políticas “a que, sin renunciar a sus ideas, superen las diferencias para llegar a acuerdos” con diálogo en el marco de la Constitución y las leyes, las “reglas del juego” que garantizan la convivencia de todos los ciudadanos.

Don Juan Carlos ha dedicado parte de su discurso, de cerca de doce minutos, a la situación de Cataluña sin olvidarse de la crisis, que “empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar”; y de la necesidad de regeneración democrática. Una tarea “crucial” que es competencia, ha dicho, de toda la “sociedad en su conjunto”, no solo de los partidos políticos.

El rey, que ha tenido un “recuerdo muy especial y emocionado” para las víctimas de ETA tras la anulación de la doctrina Parot, ha trasmitido a los españoles su “determinación” de continuar ejerciendo sus tareas –despejando así las dudas sobre una posible abdicación- y la “seguridad” de que asume “las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad”.

Sin mencionar expresamente a Cataluña, el monarca se ha referido a la situación creada tras el anuncio de la pregunta y la fecha de la consulta soberanista para 2014 subrayando que cree en “un país libre, justo y unido dentro de su diversidad” -una “España abierta en la que cabemos todos”-, y ha hecho un llamamiento a seguir caminando “juntos”.

Diálogo dentro de las “reglas de juego”

Don Juan Carlos ha defendido el diálogo como “el método prioritario y más eficaz de solución de los problemas colectivos” y ha pedido “generosidad” para “ceder cuando es preciso” y para “comprender las razones del otro”.

Pero ha advertido de que ese diálogo debe desarrollarse dentro del marco constitucional. “Las diferencias y las controversias” deben resolverse “con arreglo a las reglas del juego democráticas aprobadas por todos” porque son la “garantía de nuestra convivencia y la fortaleza de nuestra democracia”. Esa es una “verdad incuestionable”, ha subrayado. Por eso, el Estado de Derecho tiene que cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes. Una Constitución que reconoce “la diversidad que compone nuestra realidad”.

El rey ha señalado que durante muchos años los españoles han caminado “juntos” en la construcción de la democracia y que “juntos” han de seguir “construyendo” el futuro porque son “muchísimas cosas” las que les unen.

Don Juan Carlos ha destacado, entre ellas, “la intensidad de los afectos y lazos históricos, las culturas que compartimos, la convivencia de nuestras lenguas, la aceptación del diferente”; “la extraordinaria riqueza de un país diverso, de culturas y sensibilidades distintas”; y la “solidaridad” ante las “desigualdades sociales y territoriales”.

Por último ha subrayado que a los españoles les une “el sentimiento de comunidad” y ha utilizado una frase del príncipe para resumirlo: “España es una gran Nación que vale la pena vivir y querer, y por la que merece la pena luchar”.

Con paro no habrá fin de la crisis

La crisis ha centrado también buena parte del mensaje de Navidad del rey, quien ha pedido “esfuerzo” para que la economía “confirme los indicios de recuperación que se están empezando a ver” y para que estos sean más “sólidos” porque no se puede “aceptar como normal la angustia de millones de españoles” desempleados.

“Para mí, la crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar”, ha subrayado en una de las frases más contundentes de todo el mensaje.

Don Juan Carlos ha empezado, de hecho, su discurso con “un saludo especialmente afectuoso a quienes con más dureza está golpeando esta crisis”: los parados, los que no tienen vivienda “por circunstancias diversas”, los jóvenes y todos los que han “soportado tan duros sacrificios con coraje”.

Ha destacado también el papel de los emprendedores, las pequeñas y medianas empresas, los autónomos, los inmigrantes, los empleados públicos y los emigrantes españoles por aportar lo mejor de su “creatividad” y de su “talento para superar las dificultades”.

El rey ha hecho también una especial mención a los pensionistas, que están siendo el “soporte de muchas economías familiares”, y a la sociedad civil, “que ha demostrado una solidaridad verdaderamente ejemplar para atender a millones de personas en graves dificultades”.

El rey expresa su apoyo a las víctimas de ETA

El rey ha dedicado también un “recuerdo muy especial y emocionado” a las víctimas de ETA, “con las que la sociedad sigue teniendo una permanente deuda de gratitud”.

Sé que estáis pasando unos momentos especialmente difíciles”, les ha dicho el monarca en alusión a la excarcelación de más de medio centenar de terroristas tras la anulación de la doctrina Parot por el Tribunal Europeo de Estrasburgo.

“Hoy, como antes y como siempre, quiero compartir vuestro dolor con renovada solidaridad y expresaros todo mi apoyo”, ha subrayado. Un apoyo reforzado por un gesto: la foto que ha elegido este año el rey para el mensaje de Navidad es una imagen de la reunión que mantuvo con las víctimas de ETA en el Palacio de la Zarzuela tras conocerse la decisión de Estrasburgo.

Modernización y regeneración democrática

Al margen de Cataluña y la crisis económica, el rey ha abordado un tercer gran tema en su discurso: la modernización y la regeneración de la democracia. Una tarea “crucial” que “no es competencia exclusiva” de los partidos políticos, sino también de los agentes económicos y sociales y de la “sociedad en su conjunto”.

Don Juan Carlos ha reconocido que la crisis económica, con la “dificultad de alcanzar soluciones rápidas”, y “los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública” están afectando “al prestigio de la política y de las instituciones”. Como hace dos años, cuando señaló que la justicia era igual para todos, el rey no ha mencionado ningún caso de corrupción.

La sociedad, ha señalado el rey en su mensaje, reclama “un profundo cambio de actitud y compromiso ético en todos los ámbitos de la vida política, económica y social”. En ese sentido, ha añadido que hay “voces” que quieren “una actualización de los acuerdos de convivencia”.

El rey se ha mostrado convencido de que “estas cuestiones” se podrán resolver con “realismo” para reconocer que la “salud moral de una sociedad se define por el nivel del comportamiento ético de cada uno de los ciudadanos, empezando por su dirigentes; con “esfuerzo” para salir de la crisis; con un “correcto” funcionamiento del Estado de Derecho “para que la ejemplaridad presida la instituciones”; y con “generosidad”.

El rey ha defendido el sistema político que nació con la Constitución por proporcionar a España “el periodo más dilatado de libertad, convivencia y prosperidad de toda su historia”. Don Juan Carlos ha subrayado que conviene tenerlo presente en un momento en el que se pretende, en su opinión, que “lo ignoremos o lo olvidemos cuando se proclama una supuesta decadencia de nuestra sociedad y de nuestras instituciones”.

Reivindicar el “logro histórico” de la Constitución no es “incompatible con reconocer” la necesidad de “mejorar en muchos aspectos la calidad de nuestra democracia”.

Asume su “ejemplaridad” y “transparencia”

El rey ha terminado su discurso despejando las dudas que pudiera haber sobre su continuidad al frente de la Corona después de que otros monarcas europeos hayan abdicado este año y tras las tres operaciones a las que se ha sometido este año.

En este sentido, ha transmitido su “determinación” para continuar “estimulando la convivencia cívica, en el desempeño fiel” de su mandato y las competencias que le atribuye la Constitución.

Don Juan Carlos ha defendido que él, como rey de España, “asume las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad”.