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Aprueban 17 de los 18 bancos de EE.UU. sometidos a unos polémicos test de estrés

  • Solo suspende Ally Financial, al no superar el 5% de capital principal
  • Los demás resistirían una grave recesión durante 9 trimestres consecutivos
  • El gigante Goldman Sachs, uno de los más débiles dentro de los aprobados

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Todos los grandes bancos estadounidenses excepto uno -el Ally Financial- han superado las pruebas de resistencia o test de estrés que anualmente realiza la Reserva Federal de EE.UU.. Sin embargo, dos de los gigantes financieros del país, Goldman Sachs y Morgan Stanley, lo han hecho por los pelos, lo que pone en duda que puedan retomar su política de reparto de dividendo y, por tanto, se limita su capacidad de atraer a los inversores.

Los grupos bancarios más grandes del país "están, en conjunto, en una  posición de capital mucho más fuerte que antes de la crisis financiera" que estalló en EE.UU. en 2007,  ha asegurado la Reserva Federal en un comunicado. Los recursos de los  bancos aprobados (un total de 17 de los 18 evaluados este año) suponen más del 70% de los activos bancarios totales de Estados Unidos.

La debilidad de Goldman Sachs y Morgan Stanley

El año pasado, cuatro de los 19 bancos sometidos a las pruebas de estrés no llegaron al mínimo exigido de capital de máxima calidad o core capital.

Esta vez, solo ha suspendido el Ally Financial, cuyo capital de máxima calidad caería por debajo del límite del 5% exigido si se produjese el escenario adverso diseñado por la Reserva Federal. Esta entidad fue propiedad de General Motors y tuvo que ser nacionalizada parcialmente mediante un rescate en 2009.

Además, Morgan Stanley y Goldman Sachs han obtenido un aprobado raspado, ya que se quedarían con un 5,7% y un 5,8% de core capital, respectivamente. Eso supone que Goldman Sachs perdería hasta 20.000 millones de dólares en activos si se produjere una recesión tan grave como la simulada por las pruebas de resistencia.

Críticas a las pruebas de la Reserva Federal

Estos resultados han sido muy criticados por las entidades más perjudicadas. El Ally ha asegurado que el test ha rebajado en un 1,5% el capital de máxima calidad estimado por el propio banco para el mismo escenario de recesión. En el caso de Goldman, se ha recordado que los análisis previos de Credit Suisse le asignaban un 7,3% de Tier-1 o capital de máxima calidad.

Esas diferencias entre las pruebas de resistencia del organismo supervisor y las de los bancos han llevado a la Reserva Federal a cuestionar la efectividad de los procesos aplicados por los bancos para estimar su potencial de ingresos, pérdidas y necesidades de capital, de cara a planificar su gestión del riesgo.

Sobre la base de estas pruebas, la Reserva Federal anunciará la semana que viene qué bancos podrán repartir dividendos entre sus accionistas.

Al publicar los datos, el regulador estadounidense ya ha dado alguna pista que ha permitido a Citigroup anunciar que distribuirá beneficios. Este banco ha confirmado además que recomprará acciones por valor de 1.200 millones de dólares en los próximos 12 meses, lo que supondrá su mayor devolución de capital desde que recibió una ayuda de 45.000 millones de dólares del Gobierno estadounidense.

Un escenario adverso especialmente duro

El hipotético escenario adverso al que han sometido los balances de los 18 grupos bancarios ha sido especialmente duro, ya que se ha analizado cómo se comportarían las entidades si Estados Unidos alcanzase una tasa de paro del 12,1%, el precio de la vivienda cayese un 20% y el valor de sus activos bursátiles se redujersen a la mitad.

La Reserva Federal clacula que, si esas condiciones se extendiesen durante nueve trimestres consecutivos, las 18 entidades analizadas registrarína unas pérdidas acumuladas de 462.000 millones de dólares.

El mínimo del 5% exigido de capital de máxima calidad o Tier-1 se basa en los requisitos maracados por el tratado internacional de Basilea III, y es más estricto que el establecido en los test de estrés de 2009, cuando se fijó un mínimo del 4%.