Enlaces accesibilidad

La violencia de los colonos judíos radicales conmociona a la sociedad israelí

  • El ataque a una base militar hace saltar las alarmas
  • Hasta ahora habían gozado de impunidad en sus ataques contra palestinos
  • El gobierno israelí comienza a calificarles como "terroristas"

Por

Los jóvenes colonos judíos responsables de los ataques a mezquitas palestinas han conmocionado ahora a la sociedad israelí al dirigir su violencia contra su institución más respetada: el Ejército nacional.

La escalada de estos fanáticos, que han pasado del vandalismo anti-árabe a atacar una base militar en Cisjordania ha provocado una profunda preocupación por el futuro de una sociedad ideológicamente dividida que ve a sus fuerzas armadas como un baluarte de unidad.

"Se han cruzado las líneas rojas" es el titular de portada del diario Maariv. Un oficial que resultó herido leve al ser apedreado ha declarado que los asaltantes le llamaron "nazi", superando un tabú en su furia contra Israel por los desalojos ocasionales de asentamientos construidos sin la autorización gubernamental.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha prometido aumentar el control legal y "parar los problemas mientras son menores". Pero un alto mando militar ha asegurado a Reuters que la hostilidad hacia la autoridad estatal "desafortunadamente, no es una aberración" entre los colonos.

"Tenemos que lidiar con esto con todos los medios, porque esta gente son parte de nosotros, el pueblo judío, y será mejor que encontremos una manera de seguir siendo una democracia", ha añadido, bajo condición de anonimato.

Apoyo tácito del resto de colonos

Fuentes de los servicios de seguridad afirman que los colonos radicales, a menudo conocidos con el apelativo de "jóvenes de la colina" por sus construcciones ilegales y su retórica que imita la de los pioneros de Israel, suman varios cientos de personas pero encuentran apoyo tácito entre los 300.000 israelíes que viven en Cisjordania.

Los palestinos, por su parte, ven a todos los colonos como intrusos en una tierra que reclaman para su propio estado y hace tiempo que protestan por las amenazas y el acoso de los mismos, ignorados por las autoridades israelíes.

Los primeros colonos eran vistos por muchos compatriotas como una vanguardia patriótico en el territorio capturado en 1967. Pero algunos de sus descendientes, seguidores de rabinos mesiánicos y suprematistas, combinan la piedad judía con la defensa de la expansión del Israel secular.

"Los brotes malolientes y sonrosados del movimiento de los colonos", es como el columnista Bradley Burston describe a estos fanáticos en el diario liberal Haaretz, a la vez que denuncia la impunidad de facto de la que han gozado.

Otros comentaristas comparten el análisis y recuerdan el limitado número de detenciones y los castigos leves, como órdenes de alejamiento, que se han impuesto a criminales que pertenecían a alguno de los partidos pro-colonias que forman parte de la coalición conservadora de Netanyahu.

"Esta conducta criminal debe ser arrancada de raíz, y todo el mundo sabe dónde están las raíces: en la incitación de los rabinos de las colonias; en el gobierno israelí que una y otra vez ha aprobado los actos ilegales de los colonos; en la levedad de los jueces y la incapacidad de las fuerzas de seguridad", escribe Nahum Barnea en el diario más vendido en el país, Yediot Ahronot.

Es probable que la alta natalidad entre los judíos religiosos perpetúe la preeminencia de la derecha israelí y el control de Cisjordania, donde las colonias son vistas por prácticamente toda la comunidad internacional como ilegales y un impedimento para el estado palestino.

Uno de los líderes de los colonos, Saúl Goldstein, ha alegado que los radicales son una minoría, comparando su actitud con el historial de su comunidad en el servicio voluntario en las unidades de combate del Ejército. Algunos fanáticos son excluidos del servicio militar obligatorio por sus antecedentes o son declarados psicológicamente inválidos. Pero la semana pasada tres soldados fueron arrestados bajo sospecha de participar en actos de vandalismo.

"Toda sociedad tiene jóvenes en situación de riesgo, descarriados", dice Goldstein, pero añade que los colonos de Cisjordania, muchos de ellos armados, a menudo son objetivo de ataques palestinos.

"El contexto es más amenazante, y hay muchas armas alrededor", explica el líder colono, que añade que algunos jóvenes se radicalizan porque creen que sus padres no hacen lo suficiente por el movimiento.

Retirada de Gaza

Esta generación sufrió como una afrenta el abandono de la franja de Gaza en 2005, en contradicción con las predicciones de algunos rabinos y dejando vía libre a un gobierno palestino islamista.

"No tengo duda de que la retirada de Gaza ha causado mucha de la crisis actual", explica Menajem Landow, un oficial retirado del servicio de seguridad interior, el Shin Bet, que se ocupaba de los colonos y es, él mismo, un judío ortodoxo.

Israel evacuó a unos 8.000 colonos de Gaza entre protestas de la derecha. En Cisjordania viven unos 10.000, según las estimaciones de Goldstein. Muchos preveían que el Gobierno autorizaría retroactivamente sus construcciones.

Los intentos por derruir estas colonias no-autorizadas se han encontrado con la resistencia de los radicales, que se han enfrentado a las tropas o han saboteado las guarniciones militares en lo que han dado en llamar la campaña del "precio" por "vender" los asentamientos. En un intento por provocar a los palestinos, algunos ultras han atacado mezquitas y cementerios islámicos y han destruido olivos y vehículos propiedad de palestinos.

"Estos actos ponen en peligro la vida humana, distraen de la misión principal de las Fuerzas Armadas (...) y amenazan el tejido sensible de las relaciones con nuestros vecinos", ha advertido el ministro de Defensa Ehud Barak, en declaraciones a la emisora de radio militar.

"En lo referente a su conducta, no hay duda de que es una actitud de terroristas: terrorismo, aunque sea judío", ha añadido.